X-men. The dark phoenix.
"Nat, vamos a pasar por esto, por todo"
"¿Juntos? ¿Realmente seguiremos juntos?"
"Hasta el fin"
Libro Dos.
Todos los derechos reservados a Marvel y al creador de X-men, lo único que me pertenece es mi personaje al igual que...
Una multitud de gente esperaba a los X-men cuando aterrizaron en el aeropuerto.
Natasha al reaccionar había ido a ver a Jean lo más rápido que pudo y ambas se habían abrazado con mucho sentimiento, alegres de que estuvieran vivas.
Bajaron de la nave. Algo apenada la castaña se escondió (lo más que pudo) en Scott, estaban tomados de la mano y ella se cubría con la espalda de este.
Jean se detuvo al ver a la multitud de niños ahí, mientras que Scott y Nat avanzaron rápidamente.
En la escuela los recibieron igual.
—Suficiente niñas y niños. Hoy los X-men han hecho algo increíblemente valiente, una vez más han probado a la humanidad qué nos necesitan a personas como todos ustedes.
Nat dejo de escucharlo, realmente estaba molesta con él, su discurso le molestaba. Charles estaba dispuesto a dar dos vidas por la vida de un hombre, ¿solamente para demostrarle a la humanidad que los necesitan?
—Jean —le hablo Charles—, le diste un susto a todo el mundo, ¿Cómo te sientes?
—Ah... De echo me siento bien.
Charles le sonrió y volteo aún lado.
—Hank —llamo.
—¿Sí?
—¿Revisaras a Jean? examen médico para lesionados en el campo, gracias —después volteo a un lado viendo a la que llmaba su hermana—. Nat —llamo, pero la chica no lo volteo a ver— ¡Natasha! —llamo más fuerte, pero ella siguió avanzando ignorandolo con Scott detrás de ella se abrieron paso por la multitud.
Raven se acercó.
—El presidente casi nos da el pésame, Charles, ¿en serio te preguntas por qué Natasha esta enojada? Ella casi muere.
—Por fortuna no —fue lo que respondió él alejándose de Raven yendo a su despacho y ella lo siguio.
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Scott jalo a Nat tirándola a la cama con él, por lo que ella rio.
—Oye, que malo eres —le dijo a centímetros de su rostro.
—Casi me matas de un susto —respondió el Joven—, solo quiero tenerte pegada a mi.
—Que empalagoso —se quejo la chica con una sonrisa dejando que él la tomará de la cintura y la posicionara arriba de su cuerpo quedando acostada en su pecho y procedió a acariciarle la espalda.
La chica sentía como detallaba varias cicatrices, pero ya no le importaba. Sabía que él podía tocarlas cuando quisiera.
—Mira quien lo dice —el chico río y beso gentilmente a la castaña tomándola de la cintura.
—Debemos cambiarnos, Scott —informo ella sin apartar su mirada de él, solo aumentó la cercanía si era eso posible—. Sabes cuanto odio estos trajes.
