En un mundo envuelto en sombras y secretos, Kasia se encuentra en el centro de una tormenta que amenaza con consumirla por completo.
Como la última heredera de las hechiceras malditas, su destino está marcado por una maldición que la persigue desde...
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En el pasado: 1888 Despues de la guerra de la discordia.
El viento siseaba entre los árboles de aquel bosque incluso podía sentir el viento golpeando mi cara.En la profunda oscuridad de la noche donde había un pequeño eclipse,me podía notar corriendo entre las sombras,moviéndose con sigilo para no alertar a nadie con mi presencia.
Mi corazón latía a millón con algo de fuerza por el miedo y la adrenalina recorría cada parte de mi ser.
Sabía perfectamente de quienes huía...Mi pueblo.
No sabía cómo había llegado a esta situación y mucho menos de cómo había roto la pulsera de mi abuela.
Y no solo mi pueblo me estaba buscando,Había criaturas oscuras acechando desde la oscuridad.No estaba preparada para enfrentar lo que sea que me estuviera acechando.
No me veía de 14 años...Veía una versión un poco más grande.
Unos 17 años masomenos y metida en un gran aprieto cosa que ni yo misma sabía cómo llegué a esto.
Pero sí sabía que no podía detenerme sentía que aquella sensación de que las criaturas oscuras estaban sedientos y no de sangre si no sedientos de poder y estos estaban dispuestos a capturarme a cualquier costo y eso incluía hasta la mismísima muerte.Un poder que ni siquiera se como los obtuve o de donde salió,solo corría cada vez con más fuerza y rapidez.
Hasta que casi choco con algo,un caballo iba a mirar de quien era, pero justamente desperté de ese sueño.
Mire a mi alrededor, estaba en mi cuarto...otra vez...respiré profundo estaba envuelta en sudor y a la vez agitada, acomodé un poco mi cabello hacia atrás.Pensando en lo que había pasado.
—Venía a despertarte,Kasia—dijo con voz suave.—¿Qué pasó?¿Otra pesadilla?.
Asentí,todavía con las manos un poco temblorosas por la intensidad de mis sueños.
—Si,pero esta vez... estaba huyendo por el bosque...—murmuré,recordando el miedo me había paralizado de mis propios sueños.
Mi abuela solo me miró con compresión,aunque también con una sombra de preocupación ya que ella sabía que era un presagio y que muy pronto se cumpliría como las otras.
—Tranquila,todo estara bien —dijo tratando de reconfortarme.—Ven a desayunar,te sentirás mejor.
Mientras seguía a mi abuela hacia la cocina,no dejaba de pensar cómo demonios había roto aquella pulsera y cómo terminó huyendo de casa solo por mantener a salvo a mi abuela.Me sentía atrapada sin saber que pasa en realidad;
«¿Qué significaba aquel sueño?¿Como demonios rompí la pulsera?¿Qué poder querían?¿Y porque sentía que había desencadenado algo más que una simple pesadilla?.»
