X-men 2000.
"Ahora ábre los ojos, Scott. Confía en mi."
"Siempre" .
Libro 3.
Se recuerda que las edades pueden variar entre las historias ya que pertenecen a "diferentes líneas de tiempo" pueden leer los primeros dos libros y detenerse sin problema...
Comiendo ella sintió una presencia en la escuela, pero no podía encontrar de donde provenía, era alguien que conocía, sin embargo, la inquietaba.
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Scott en la estación veía como un niño se le quedaba viendo, así que le regreso la mirada sonriéndole, la mamá del niño se lo llevo y lo regaño por hablarle, pero lo único que pensó él fueron en dos niños, una niña y un varón, el varón tenía el cabello castaño de Natasha, parecía ella en hombre, este portaba parte de la magia de su madre, pero también podía disparar láser por sus manos, casi como Alex. La niña era parecida a él, pero tenía los ojos hermosos de su madre, ella poseía la telequinesis al igual que la telepatía y de sus ojos podían salir láser, pero ella si los controlaba, así que no tenía que usar lentes como él todo el tiempo, tal vez incluso imagino a un tercero. No podía evitar realmente pensarlo, formar una familia con Natasha era algo que deseaba con todo su corazón.
Pero salió de su trance al ver que Storm estaba siento atacada, cuando alguien le quito sus lentes y sus rayos salieron disparado destruyendo el techo de la estación, cerro los ojos fuertemente volteando su cara hacia el suelo.
Storm empezó a usar su poder y disparandole un rayo a la bestia, lo sacó volando.
En el tren Logan también estaba teniendo problemas, este se estaba destruyendo y por la puerta entro magneto. Intento atacarlo, pero por el metal de su cuerpo no pudo hacer nada. Rogué intento correr hacia él sin lograr nada ya que Magneto la durmió.
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En un carro enfrente de la multitud, Jean manejaba, Xavier estaba de copiloto y Nat en el asiento trasero.
-¿Por qué no sales a donde pueda verte, Charles? -pregunto magneto.
-¿Para que hacerlo? -se comunicaba el profesor por medio de dientes de sable a quien controlaba
-¿Puedes leer mi mente? -pareció preguntar-, ¿Qué deseas? ¿Salvar a la chica? Tendrás que matarme, Charles, ¿y que lograrás con eso? Que aprueben esa Ley para que te encadenen con un número en tu frente o que Natasha te odie por el resto de su vida al asesinar a su padre, no lo creo.
-No va a ser así -respondió Charles.
-Entonces matame y averigualo -reto Magneto-, ¿no? Entonces sueltame... Bien.
