Pdv: Rozemyne. Presentación de harspiel.
Como los bautismos de invierno ya habían terminado, ahora era el momento del debut. Donde todos los niños bautizados durante el año, y el día de hoy. Tendrán que ofrecer sus oraciones tocando el harspiel y cantando una canción, en honor al Dios asociado a su temporada de nacimiento, por su protección.
Todo desde aquí, fue muy parecido a lo que recordaba, de mi debut del tejido anterior. Nos indicaron, que nos acomodáramos al lado izquierdo del escenario. Y un asistente de Sylvester, puso una silla en el centro del mismo.
Ferdinand comenzó con las presentaciones llamando a Freydís primero, luego Lagertha y así, hasta llegar a nosotras. Como laynobles, eran las más bajas en estatus, por esa razón serían las primeras en tocar. Entonces Freydís se sentó en la silla, con su sonrisa noble, aunque yo que la conocía bien, noté que estaba algo nerviosa. Luego uno de los músicos del restaurante, le entregó su harspiel, debido a que Freydís lo contrató como su maestro.
“Reza a los Dioses y ofrece una plegaria”. Dijo Ferdinand indicando a Freydís que comenzara.
Entonces Freydís comenzó a tocar. Y nuestra administradora de los restaurantes lo estaba haciendo muy bien, para su estatus, y considerando el poco tiempo que tuvo para practicar.
Al terminar su presentación de forma muy correcta, Ferdinand llamó a Lagertha. La cual caminó hasta la silla y se sentó. Luego recibió su harspiel de manos de su maestro, el cual era el mismo maestro de Freydís. Una vez lista, Ferdinand le dijo que rezara a los Dioses, indicándole que comenzara. La niña tenía una expresión tranquila en su rostro y unos nervios de acero. Aunque esto se debe, a que Lagertha está más familiarizada con nobles, y por el entrenamiento del abuelo Bonifatius.
‘Bueno, después del rudo entrenamiento del abuelo, una presentación de harspiel no es nada en comparación, verdad?’.
Las dos practicaron muy duro juntas, como hermanas, algo que hizo feliz a Freydís, porque se le cumplió su deseo de tener una hermana. En general lo hicieron bastante bien, las dos. Sin embargo, las hermanas sorprendieron mucho a los nobles, por su nivel más cercano a los mednobles, que a los laynobles.
Luego fueron pasando uno a uno, los demás niños, los cuales tenían un nivel bastante bajo, tal como recordaba. Todos eran tan buenos, como su estatus les permitía, debido a que su educación era de acuerdo a lo que sus familias podían acceder o permitirse pagar. Asimismo, el sonido dependía mucho de la calidad de sus instrumentos.
Cuando llegamos a los archinobles, la calidad y destreza en las presentaciones cambió drásticamente. Todos eran muy buenos…….. Pero no al nivel, que nos exigió Ferdinand. Yo sabía muy bien esto, sin embargo, Cattleya no sabía nada, sobre el promedio en destreza que tienen los niños nobles en general en el ducado.
‘Y aunque le dije hasta el cansancio que no se preocupara, por la presentación de harspiel. La tonta solo siguió preocupándose’. Al pensar en esto, yo suspiré con resignación, internamente.
Ella todo el tiempo, estuvo comparándose conmigo, con Rocina o con Ferdinand. Por esa razón, en éste momento tenía una expresión desconcertada y de incredulidad en su rostro, a medida que avanzaban las presentaciones de harspiel.
Cuando ya casi llegaba nuestro turno, Cattleya dijo. “Muffliato”. Activando una vez más nuestros aretes mágicos.
Luego comenzó a quejarse de la educación espartana de Ferdinand. “¡¡¡Con un demonio!!!. En serio hermanita, nuestro prometido es un explotador. No se si reír o llorar, de lo absurdo de todo esto. Ahora hasta me siento como una tonta, por estresarme y preocuparme hasta casi enloquecer, por esta presentación de harspiel”. Dijo mi gemela todo esto con una sonrisa de dama noble en su rostro, pero la irritación viva en sus ojos dorados de luna, era muy visible.
Yo suspiré con cansancio, por una futura discusión con Ferdinand sobre esto, y solo respondí, para tranquilizarla. “Hermanita, te dije que no te preocuparas demasiado por esto. Ahora solo alégrate de que tocarás muy bien el harspiel el día de hoy. Y deja de preocuparte por tonterías”. Pero mis palabras obviamente no sirvieron para calmar la furia de mi salvaje hermanita.
‘Oh, oh, esto de seguro será un completo desastre’. Yo entraba en pánico por dentro.
Cuando el último niño terminó de tocar su canción, Ferdinand nos llamó. “Rozemyne, Cattleya”. Nosotras al oír nuestros nombres nos adelantamos al escenario.
Entonces Aub Ehrenfest, se levantó de su asiento muy serio, para presentarnos. Esta era la primera parte de nuestro plan, para debutar como las emisarias de los Dioses. El hermano mayor Sylvester, estaba explicando el porqué, tocaríamos juntas. Algo muy inusual en este tipo de presentaciones.
Como emisarias de los Dioses teníamos el mismo estatus, debido a eso se hizo una excepción. Sylvester exageró la leyenda de las emisarias de los Dioses, tal como lo recordaba del tejido anterior, con la leyenda de la “santa de Ehrenfest”.
‘Si, y esto sigue siendo muy embarazoso’.
Entretanto el hermano mayor Sylvester, hablaba de todas nuestras a sañas, como emisarias de los Dioses. Un asistente colocaba otra silla junto a la que ya estaba en el escenario, para que las dos pudiéramos sentarnos. Y mientras tomábamos asiento con elegancia, Aub Ehrenfest estaba explicando, como salvamos a la familia archiducal, de un ataque con veneno.
Pude notar en el rostro de Sylvester, lo incómodo que estaba, al exponer a su madre como una criminal. La mirada dura que tenía en sus ojos, mostraba que esto no lo complacía en lo absoluto. Algo que se reflejaba en los rostros, indignados de los nobles de la facción de Verónica.
Pero la satisfacción en los nobles de la facción contraria, contrastaba de forma muy evidente, ya que ellos lo estaban disfrutando. Aunque también habían nobles confundidos, y algunos que miraban a Aub Ehrenfest con miradas críticas y de juicio, otros en completa incredulidad.
A pesar de esto, él continuó adelante hasta llegar a la parte en que los Dioses nos salvaron, de una muerte segura. Todo esto era en preparación para la función principal. Donde los Dioses se harían presentes, para juzgar a Verónica por todos sus crímenes.
Cuando Sylvester por fin terminó, con sus exageradas alabanzas y regresó a su asiento. Cattleya y yo en nuestros lugares en el escenario, echamos un pequeño y rápido vistazo hacia nuestra familia y séquito. Quienes nos dedicaron miradas llenas de calidez, junto a sonrisas confiadas.
‘Ellos confían en nosotras, y en nuestro talento. No podemos decepcionarlos’.
Yo reafirmé mi determinación, mientras Rocina se acercaba a nosotras trayendo nuestros harspiels. Y cuando nos los entregó, ella dijo para darnos ánimos. “Lo harán muy bien mis Ladys. Muestren a todos lo talentosas que son. Así que sonrían, y no olviden rezar a los Dioses”. Luego de decir esto Rocina, bajó del escenario.
Entonces preparé mi harspiel. Y cuando estuve lista, miré a Cattleya, para comprobar que ella también estuviera lista para comenzar. La cual me miró con una expresión noble y tranquila, que no coincidía con la tormenta de rayos y truenos en los ojos de una muy molesta Cattleya…..
‘¡¡¡Demonios!!!. Pasó de los nervios a la furia, verdad?’.
Pensé con preocupación, mientras la miraba con ojos suplicantes. ‘!Oh, vamos hermanita, ya perdona a Ferdinand!’. Yo dije con mi mirada. Pero ella solo se crispó más, ensanchando su sonrisa noble. Ella tenía esa mirada de, ‘¡al diablo con todos, solo acabemos con esto ya, hermanita!’. Luego asintió con la cabeza, lista para comenzar. Lo que yo respondí, con otro asentimiento algo preocupada. Entonces miré a Ferdinand, quien tenía una mirada de inquietud en sus ojos.