24. It's time to BeReal

13 3 0
                                    

Vamos a aprovechar que hace casi un mes que no publico y que esta noche estoy inspirada para hacer doble capítulo, ¿no?

Creo que este se explica por sí solo.

---------

-¿Y qué te dijo?

Becca me mira con curiosidad, como si de verdad le interesara lo que le estoy contando. Pero no es verdad. Tan solo lo hace porque le gustan los cotilleos. Le gustan casi tanto como los chicos. Y yo odio los cotilleos. Y odio a los chicos. Pero supongo que debería contarle a mi mejor amiga que mi casi-algo ha decidido dejar de serlo.

-Que era demasiado aburrida -explico-. Que nunca salgo, y que soy demasiado triste o algo así. No lo sé, no me acuerdo muy bien

Es mentira. Sí que me acuerdo. Recuerdo perfectamente todas y cada una de las palabras que me dijo. Recuerdo como me llamó sociópata (creo que ni siquiera sabe lo que eso significa), loca, maniaca, zorra... Y una retahíla infinita de insultos que parecía haberse preparado de antemano. Me acuerdo del odio que había en su cara. De como escupía cada palabra. De como sus ojos se emborronaron por las lágrimas que había en los míos. Recuerdo la manera en que se alejó, con los puños apretados y los tacones repiqueteando contra el suelo.

Lo recuerdo todo, y aun así no entiendo nada.

-Pues vaya mierda -comenta mi amiga-. ¿Seguro que no te acuerdas de nada más?

Intento explicarme. Intento expresar el lío que es ahora mismo mi cabeza y sacar algo coherente de mis pensamientos. Me estrujo el cerebro para encontrar las palabras que quiero decir. Y, justo cuando estoy a punto de conseguirlo y hablar, me interrumpe un ruido.

Es el sonido de una notificación que conozco muy bien, porque no es la primera vez que me corta de esta forma. Y estoy segura de que tampoco será la última.

-Ay, tía, el BeReal- anuncia Becca.

BeReal. BeReal. Ser real. Dos minutos para sacar una foto de lo que estés haciendo. Dos minutos para "ser real". Pero lo que hace Becca ahora mismo (sacar su móvil y abrir la aplicación) no es ser real. Sería real si me estuviera consolando por mi "ruptura". Sería real si intentara aconsejarme. Incluso si insultara a la cabrona de Dalia como ella me insultó a mí. Sería real si me diera un puto abrazo.

Se supone que es mi mejor amiga. Y hace meses que no nos damos un abrazo de verdad.

-Venga, Irene, sonríe un poco- me incita.

Pero yo no puedo hacer esto. Soy completamente incapaz de hacer esta mierda. No puedo sonreír ahora mismo. Y menos para una foto de mierda para una aplicación de mierda que va a ver gente de mierda.

No puedo.

-Lo siento- me despido.

Y sin más explicación, cojo mi bolso y me levanto de la mesa. Huyo igual que se fue Dalia. Solo que yo no he roto ningún corazón, ni he insultado a nadie, ni mis botas suenan con mis pasos. Ignoro los gritos de protesta de Becca mientras me alejo.

Lo siento. Lo siento mucho, Becca, pero no puedo seguir con esta mierda.

No puedo seguir con esta falsa amistad en la que finges preocuparte por mí cuando en verdad te importo una mierda.

Creo que estoy llorando.

Y lo siento.

Pero no me doy la vuelta hasta que salgo por la puerta del centro comercial. Me giro y mi amiga ya no está ahí. Quizá se ha cansado de mí. Igual que Dalia. Igual que mi hermano. Igual que todos.

Y lo siento.

Lo siento muchísimo.

Cúmulo de historietas cortasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora