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Kevin volvió a mirarse en el espejo del baño de la escuela, haciéndose señas a sí mismo.

"Ánimo. Sólo hazlo. Escríbelo"

Aguantando la respiración para que su valentía no se escape, sacó el cuaderno de su mochila, escribiendo rápidamente lo que quería decir.

No sabía porqué le ponía tan nervioso invitar a Ws10 a su cumpleaños.

Quizás era sólo porque se trataba de hablar con Ws10, siempre lograba ponerlo un poco nervioso, aunque se había acostumbrado a ese nerviosismo.

La puerta del baño se abrió, entrando tres chicos entre risas, chicos que conocía bien.

-Hey, está el cerdito mudo.-

Sintió un empujón en su hombro, que lo hizo soltar el cuaderno, que se abrió en el suelo, dejando ver.

- Oh- dijo uno de los muchachos, con interés, agachándose para tomar el cuaderno.

Kevin se adelantó, tomándolo primero, pero un empujón lo hizo caer sobre su trasero hacia atrás.

- ¿Que? ¿Lo quieres?-

Kevin quería gritar, de nuevo, pero no podía, la impotencia hizo que sus ojos se llenarán de lágrimas.

- Oh, va a llorar, el gordo va a llorar- se burló otro, mientras uno comenzaba a hojear su cuaderno, viendo todas las palabras, todo lo que había dicho.

-¿Es tu cumpleaños?- preguntó el que tenía el cuaderno en mano, cerrando, dejándolo sobre el pecho de otro para que lo tomara.

El chico tomó sus manos, alzándolo sin cuidado.

- Felicidades, ¿Cuánto tienes ya? ¿Quince verdad?- golpeó su brazo con exagerada fuerza-. Dejame darte un regalo.

Kevin negó, quería irse, quería correr, pero el chico lo estaba agarrando demasiado fuerte por sus brazos.

Un grito mudo mudo escapó de sus labios cuando sintió el pie del chico aplastando el suyo, con fuerza, viendo como sonreía un poco más.

No sé quién sea esa idiota que te defendió, pero tú vas a pagar lo que me hizo-dijo, bajo, haciendo las rodillas de Kevin temblar.

Deseó dejar de sentir con el primer golpe.

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