21

2.1K 314 133
                                    

* * *

   Hoseok empezó a abrir sus ojos con pereza, estaba cansado pues había llegado al departamento muy tarde, un poco más de las dos de la noche. Un ruido que parecía provenir de la sala, lo hizo despertarse. Se removió con cansancio y se sentó al filo de la cama. Enfocando su mirada en la puerta, más dormido que despierto, vio a Soobin entrar aún con su pijama puesta.

  — Buenos días.— el infante parecía nervioso.

  — ¿Soobin, te pasa algo?. — preguntó con curiosidad. Dio unas palmadas para indicarle que se sentará a su lado.

  El infante se acerco, sentándose a un lado de su mayor.

— ¿Y bien?. ¿Estás molesto conmigo?.— indagó. Hoseok había notado un comportamiento distante en su hermano las últimas semanas.

   Soobin negó con la cabeza. — No es eso... Yo, estoy preocupado por ti.— comenzo a juguetear con sus dedos. — se que llegas muy tarde por las noches, y te he escuchado llorar muchas veces. — confesó el infante. Nervioso sin saber cómo expresarse, bajo la mirada. — hmm... ¿Estás así... por qué papá volvió?.

   El mayor cambio por completo su expresión. Sin saber que decirle a su hermano.

  — Hobi.– llamándolo. El infante jaló el brazo del mayor, tratando de llamar su atención. — ¿Es eso?.

  Hoseok medito sus palabras por unos segundos. — Perdóname, he sido un mal hermano... No quiero que te preocupes, ¿Está bien?.

  — Pero soy tu hermano, y quiero cuidarte como tú me cuidas a mi.— expuso el infante, seguro de sus palabras.

  — ¿Cuando creciste tanto?.— preguntó más para si mismo. — Bien, te contaré lo que pasa, así no estarás preocupado por mí. Estoy trabajando por las noches en una clínica aparte. Solo será por un corto tiempo.— explico. Tratando de cubrir sus salidas de noche y ser creíble para el menor. — Y ... Sobre lo de llorar, ya estoy mucho mejor, así que no tienes que preocuparte.

  — ¿Papá no volverá?.

  — Si así fuera, ¿Te molestaría?.

   Soobin comenzó a negar frenético.
— Por supuesto que no, yo no lo quiero. — Aseguró. — Tú y Tae son los únicos a los que quiero.

  — Me dices eso solo porque hoy te llevaremos a pasear. — bromeó. Intentando cambiar el tema.

  — ¡No!, claro que no.— se apresuró a decir el pequeño.

   Hoseok sonrió con todo su cuerpo contagiando a su pequeño hermano.

  Después de dejar las cosas más claras y despejar las preocupaciones de su hermanito, salieron a comer el desayuno preparado por Taehyung.

  Esa tarde, tal como lo prometió, llevaron a Soobin al cine y luego a pasear por un parque del centro.

   Hoseok se sentía feliz de ver a su hermano sonreír, le tranquilizó mucho el saber lo que pensaba de su padre, con eso en mente, no tenía ningún cargo de conciencia por lo que le hicieran a ese hombre.

   Cuando llegaron a casa, Soobin estaba agotado por el día tan ajetreado, Taehyung lo mando a darse un baño para que durmiera temprano. Y así fue, después de una ducha Soobin comió su cena y se durmió minutos después.

También te gustarán

          

  Hoseok mantuvo en secreto lo que vio en aquella bodega, era el primer secreto que le guardaba a su amigo.

  A la mañana siguiente, como siempre, siguieron su rutina matutina. Dejaron a Soobin en la escuela y siguieron camino a su clínica.

  Llegaron con unos minutos de retraso. Habían varias personas con sus caninos y felinos en la sala de espera.

   Hoseok atendió primero a un lindo perrito Dachshund, era cachorro por lo que era su primera vez. El canino fue atendido sin problemas, Hoseok le explico a su dueño la dieta que el cachorro debía seguir y le recetó unas vitaminas para ayudar a su crecimiento.

   La mañana siguió su curso siendo bastante ajetreada para los doctores. Al llegar la hora del almuerzo Taehyung propuso comer en el pequeño restaurant al que no pudieron ir la última vez, Hoseok acepto encantado.

  Llegaron al lugar y pidieron una mesa para dos, era un restaurant familiar bastante acogedor. Pidieron Samgyeopsal, Taehyung tenía antojo por comer carne de cerdo. Hablaron un poco mientras disfrutaban de la comida, terminaron su comida y con prisa se dirigieron a la clínica.

  Hoseok ni Taehyung se dieron cuenta que alguien los observaba a lo lejos, guardando distancia.

.

* * *

  — A ver si entendí... ¿Nuestro Jung Hoseok está en una relación con el propietario, el señor Min?.— Irene pregunto incrédula. No podía creer lo que escuchaba de Taehyung.

  El castaño asintió mientras se sacaba unos chicles de los bolsillos de su bata.

   — ¿Y el abogado Wang?.— pregunto Rose.

  — ¿Que hay con él?.— quiso saber Taehyung.

  Irene lo miro con los ojos entrecerrados.— Que el abogado Wang estaba interesado en Hoseok. — dijo con obviedad.

   — Tiene razón.— confirmó Rose.

  — Escuchen, era claro que el señor Wang siente algo por nuestro Hobi, pero él ya está con alguien más.— Taehyung respondió encogiéndose de hombros. — Y si se los estoy diciendo es para que no digan nada imprudente o... Estarán firmando su carta de despido.— amenazó con gracia, ganándose unas miradas dramáticas por parte de las chicas.

  Aunque quisieron saber más, Taehyung se negó. No podía darles detalles o Hoseok lo mataría.

  Esa tarde antes de cerrar, Hoseok y Taehyung hablaron sobre redecorar la clínica en cuanto tuvieran las escrituras a su nombre. Y quizás poder mudarse a un departamento un poco más grande en el que Soobin tenga su propio cuarto y su privacidad.Taehyung le alegro ver a su amigo pensando en planes a futuro, Hoseok era muy realista a la hora de idealizar un futuro, por eso nunca planeaba nada, sabía que las cosas podrían cambiar de dirección drásticamente.

  Unos minutos después despidieron a Irene y a Rose,

  Los amigos caminaron hasta su auto, pero antes de que subieran al mismo un hombre se acerco a ellos vistiendo de traje.

  — Buenas tardes, ¿Quién de ustedes es el doctor Jung Hoseok?.— pregunto el hombre con un tono de voz un tanto hostil.

  Hoseok lo miro a detalle, dió un paso delante de Taehyung y miro al hombre respondiendole con el mismo tono hostil.

   — Soy yo. ¿Y usted es...?

Casualidad y no destino - (Sope) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora