The invisible girl || Ari Gameplays and Rivers Story

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Habíamos ganado el partido de fútbol; todo era risas, abrazos, pocas lágrimas y muchísimos gritos de felicidad, era todo puro festejo. Pero por otro lado se veía al equipo perdedor, en el cual estaba incluída mi hermana.
En un instante, ellos habían desaparecido, ¿Quienes? Tomás y Abril. Decidí alejarme y buscarlos, les dije a los del equipo que tendría que ir al baño y ahí los ví, escondidos en los vestidores; intenté escuchar de que es de lo que hablaban ellos dos, pero lo único que pude comprender según lo que escuché era que estaban planeando exponer a Alex, aunque por alguna razón nunca mencionaron mi nombre. Esto se me hacía raro, probablemente querían grabarlo con una grabadora de voz mientras él afirmaba cosas o se sacaba de quicio con ellos, pero aún me parecía raro que ni si quiera mi hermana me mencionara, ¿Me estaba protegiendo?.
Aunque logré escuchar todo eso, realmente no quise contárselo a Alex; si no me incluía, aunque fuera su amiga a decir verdad, no me importaba demasiado.
Solo seguí mi vida, el timbre para comenzar las clases sonó y todos se fueron, quedándose solo los del equipo; obviamente yo no estaba incluída, por lo que fui a clase. Al salir de aula, ví como Alex corrió hacia mí para decirme algo.

-Samantha...encontré esto, ¿Que hago? Acompáñame.- dijo ansioso en el mal sentido.

-¿Y yo por qué tendría que ir contigo?- pensé unos pocos segundos y me retracté- pensándolo mejor, si voy a ir.

Luego de un tiempo, ambos fuimos al centro de natación escolar casi a las corridas, ya que nos habíamos atrasado charlando entre nosotros por los nervios que sentíamos, sobretodo Alex.
Al llegar, nos encontramos ambos con Abril y Tomás, al no esperarlo nos pareció raro, pero aún así procedimos con la charla.
Justo cuando ví que Alex se sacó de quicio, me di cuenta de que yo no había escuchado para nada mal, pero ya era tarde. Ambos salieron corriendo con la grabación y yo le grité a Alex por no darse cuenta de la situación, así que fuimos tras ellos.
Fue en vano, lo único que logramos fue hacerle un moretón a mi hermana y que expulsaran a Alex, sin mencionar que a mí me sancionaron durante dos semanas, eso probablemente me atrasaría con mis estudios y me estresaria mucho más, aunque realmente no suelo estresarme.
Solo fui a casa, esperando que mi madre no estuviera decepcionada de mí.
Llegué a casa y abrí la puerta fingiendo un llanto y una cara con la que demostraba estar duramente desgarrada de la tristeza, cosa que claramente no era cierto, y mi madre al ver esa situación y a la hora a la que llegaba vino corriendo y se abalanzó hacia mí para darme un abrazo y así preguntándome desesperada qué me había pasado. Yo solo lloré.
Entonces mi madre me hizo sentarme en una silla y me preparó un té, así que le conté todo...pero a mi manera y, claramente la mitad era mentira.
Al ver llegar a mi hermana de la escuela, mi madre solo se levantó muy enojada de la mesa, para así darle el grito más fuerte que escuchó en toda su vida.

- ¡ABRIL ALONSO!- dijo para luego pegarle una cachetada en el rostro, tirándola al suelo y yo un poco preocupada, exageré mi preocupación y le grité a mi madre para que se detuviera, tomándola ligeramente del brazo; ella solo me miró y me dijo- no te metas en esto, Samantha- quitando bruscamente mi agarre de su brazo y así yo ver con una pequeña sonrisa a mi hermana, haciendo contacto visual con ella y luego así irme de aquella sala, solo se escuchaban los golpes y los gritos, llanto.

No me sentía mal, pero a la vez me sentía mal, era como si el cariño que yo le tenía a mi hermana hubiese desaparecido por completo, pero aún asi me dolía escuchar aquellos golpes e imaginar la en esa situación. No sabía que hacer, yo definitivamente solo servía para ser esto, un mounstro vestido de princesa.