Capítulo 11. Sombra. Parte 4.

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"No hay que disfrazar lo que sentimos, hay que decirlo tal como lo pensamos."

___ P.O.V

Se quedan mirándose unos segundos. Sam está serio y tiene los ojos llorosos. Dean oculta un poco su sonrisa y avanza hacia John para darse un gran abrazo. Sonrío, me alegro de que estén juntos de nuevo. Los chicos se lo merecen.
Cuando se separan, Sam se acerca lentamente dudoso. John le mira y suspira aliviado.
-Hola Sam
-Hola -sin dejar de mirarse Sam deja la bolsa de las armas en el suelo, la cual hace un ruido bastante estrepitoso al aterrizar.
No me he dado cuenta que los tres me están mirando, me he quedado un poco apartada para dejarles un momento a solas.
-Papá me pongo al lado de Dean y pone su mano en mi hombro Esta es ___.
-Lo sé, ___ Swan. Le ofrezco una mano pero me da un abrazo, al principio me quedo sorprendida pero le correspondo en seguida. Conocí a tu madre, una gran cazadora. He oído muchas cosas de tí, sobretodo cazando Wendigos...
- Ni lo mencione por favor. La verdad es que cazar Wendigos se me da bastante bien pero a nadie le gusta y siempre me tocaba encargarme a mí cuando otros cazadores no querían. John se ríe al ver mi cara.
-Por favor no me trates de usted. Dice todavía con una sonrisa.
-De acuerdo digo devolviendosela.
-Fue una trampa habla Dean lo siento.
-Tranquilo, ya me lo imaginaba.
-¿Estuviste?
-Sí, llegué justo a tiempo de ver caer a la chica. Ella era la mala ¿verdad?
-Sí, señor Sam y yo no hablamos y Dean parece disfrutar la conversación.
-Bien. Sí eh... No me sorprende, ya intento pararme antes...
-¿El demonio? Pregunta Sam ahora más interesado.
-Sabe que estoy cerca y que voy a matarlo. Dice decidido. No sólo a exorcizarlo, a enviarlo de vuelta al infierno. Voy a cargarmelo.
-¿Cómo? Hablo ya más segura.
-Todavía no lo sé dice sonriendo, es como si no pudiera para de sonreír.
-Déjanos acompañarte, te ayudaremos.
-No Sam. Aún no. Dean mira decepcionado al suelo. Intentad entenderlo. Ese demonio es un cabrito muy peligroso. No quiero que os dé una bala perdida, ni que os pasé nada.
-No te preocupes por nosotros.
-Claro que me preocupo su tono de voz hace incluso que me crea que entro en ese "nosotros". Sois mis hijos. Dean me coge la mano y me mira dolido. Se lo está aguantando todo.
Como siempre. Oye Sammy la última vez que nos vimos tuvimos una pelea.
-Sí, lo sé...
-Me alegro de verte habla conteniendo las lágrimas y sonriendo mirando a su hijo menor. Hace mucho tiempo...
-Demasiado dice Sam con los ojos vidriosos. Se quedan mirándose esperando a algo que no sé lo que es... Finalmente se acercan y se dan un abrazo tan efusivo como el que se dio con Dean. Cuando se separan mira a Dean orgulloso y de repente algo le empuja contra los muebles, Sam grita y va al suelo. Noto que algo me tira de la pierna herida y me empuja encima de Sam.
-¡No! Grita Dean pero el también sale por los aires.
Solo oigo los mismos gruñidos de antes acompañados está vez por los gritos de John. Son Daevas ¿Cómo es posible? La pierna me arde y las lágrimas se me acumulan por el dolor. John está con los brazos a la altura de su cabeza como si algo le estuviera sujetando. Le está desgarrando poco a poco.
Debe haber otros dos porque uno no para de empujar a Dean y otro a Sam y a mí que cada vez que nos movemos nos aprisiona más y nos araña.
Solo los veo gracias a la luz de la luna que se filtra por las ventanas. Son criaturas de las sombras y como todo tiene un punto débil, acabo de encontrar el suyo.
Decido arriesgarme y cuando el Daeva va a por Sam me arrastro a por la bolsa, la abro rápidamente y grito para que me oigan.
-¡Cerrad los ojos! Saco una bengala y la pongo en el aire. La enciendo mientras me cubro los ojos con la otra mano. Y la suelto en el suelo para que brille más. Las bestias sueltan un alarido y al parecer han desaparecido porque cuando abro los ojos solo hay luz y un montón del humo. Empiezo a toser, Sam me ayuda a ponerme en pie pasándose una mano por la cintura y coje la bolsa. Entre toses buscamos la salida del cuarto y cuando la encontramos salimos rápidamente del hotel. Dean va cargando con John y yo ando aunque a trompicones para no molestar a Sammy más. Andamos por las calllejuelas y llegamos al coche.
-Daos prisa. Habla Sam. No hay tiempo. En cuanto se apague... dice metiendo las cosas en el asiento de atrás. Volverán a por nosotros.
-¡Espera! Le dice Dean Papá tú no puedes venir...
-¿Qué? Dice Sam por nosotros. ¿De qué estás hablando?
-Hijo... Os venceran...
-No pasará nada
-Dean, debemos estar juntos. Perseguir a ese demonio juntos.
-¡Sam escúchame! Han estado a punto de cargarselo. No lo entiendes. ¡No van a parar! Volverán a intentarlo. Nos usarán para llegar hasta él. Meg tenía razón...  La cara de Sam lo dice todo. No se puede creer lo que Dean dice pero es cierto. Él es vulnerable con nosotros. Es más fuerte si estamos lejos... Dean respira con dificultad y le cuesta haber dicho esas palabras. Le ha dolido al que más tener que decirlo y escucharse a si mismo.
-Papá. Sam le agarra por los hombros. No. Después de todo, todo el tiempo que hemos pasado buscándote... Por favor. Participaré en esta guerra.
-Esta guerra acaba de empezar, y todos jugaremos un papel en ella. Ahora confía en mí hijo. Sam debes dejarme solo.
Nos mira uno por uno y pasa delante de nosotros sin decir o hacer nada más. Le miramos marchar y antes de subirse a su coche, nos mira y nos dice algo que difícilmente lograremos.
-Tened cuidado

Sobrenatural: Fear will learn to fear me (Dean Winchester)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora