Capítulo 6

30 5 5
                                    

Hola hermosuras, ¿Cómo están?, antes de empezar, una mini aclaración sobre el color de ojos de Yunho y Wooyoung, los de Wooyoung son dorados (y no amarillos) porque él es un potencial Alfa, como lo puse en el primer capítulo. 

Bueno era por si alguien tenia alguna duda, ahora sin más la historia: 

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Había sido la semana más larga, y los días más dura en la vida de Hongjoong. Mantener la distancia con Wooyoung, fue en la imaginación de su acuerdo tácito con su mente, algo sumamente fácil de hacer. Pero la realidad era completamente diferente. Planear algo y tener imágenes subconscientes de cómo tenía que proceder, se hicieron añicos en la vida diaria y real en la convivencia con Wooyoung.

Era difícil decirle a Wooyoung que no a cualquier cosa, cosas que eran normales entre ellos.

_ Hyung, ¿quieres que vayamos a comer un helado? Invito yo.

_ No puedo, Wooyoung, pero gracias.

_ Hyung, tengo tiempo libre, ¿quieres ver una película?

_ Oh, lo siento Wooyoung, pero estoy cansado.

_ Hyung, ¿quieres que pida algo para que comamos en la cena juntos?

_ Ahhh, no, ya comí en el trabajo. Lo siento Wooyoung.

Y con cada negativa, con cada paso atrás que Hongjoong daba, cada vez que se detenía de extender el brazo y rozar a Wooyoung, una parte dentro de él se agrietaba. Por esas grietas se colaba un aire frio. Que poco a poco se fue acumulando, transformándose en una corriente helada. Cada parte de su cuerpo, cada célula, cada átomo de su anatomía se fue congelando.

Al principio no le dio importancia, eran unos pequeños escalofríos que apenas los podía sentir, pensaba que estaba sufriendo una especie de síntomas de un posible refriado. Nada grave. En el pasado había sufrido cientos de ellos, y no había muerto... obviamente.

Así que, durante un par de noches, antes de acostarse, y contra su gusto, se preparaba una taza de té, le ponía dos cucharadas de limón, una de azúcar, y se lo tomaba. Después se acostaba, apoyaba la cabeza sobre la almohada, y minutos después se quedaba dormido. Algo raro en él, porque era una de esas personas que, aunque se estuviese muriendo de sueño, Morfeo tardaba en darle la mano y llevarlo a su mundo. Pero también lo atribuyo al resfriado. Como también atribuyo el hecho de que con cada noche que pasaba, en su cama se iban apilando cada vez más frazadas para cubrirlo.

Solo descubrió que empezó a sentir una picadura de preocupación cuando conforme pasaban los días, el frio lo estaba afectando físicamente, y le impedía continuar con su vida y su trabajo con normalidad.

La noche del viernes en el trabajo, pudo sentir como una ventisca helada recorría todo su cuerpo, desde los pies hasta la cabeza, como si estuviese parado completamente desnudo en pleno polo norte, y a consecuencia de ello comenzó a temblar. Miro a Yunho por encima del hombro, y le dijo que iba al baño, Yunho se dio la vuelta solo para verlo caminar rápidamente hacia ese lugar.

Hongjoong había elegido entrar al baño de discapacitados, ya que podía cerrar la puerta con el pestillo, e impedir que cualquiera, en este caso Yunho o el dueño, entrada y lo viera.

Apoyando las manos en el borde del lavatorio, las aprieta hasta que sus nudillos se vuelven blancos, mientras el frio parecía no querer ceder. Mirándose en el espejo, que estaba gastado en las puntas, pudo notar como la piel de su rostro estaba pálida, sus labios dos tonos menos que su color rojo normal, y como eso acentuaba ojeras negras debajo de los ojos, algo raro, porque prácticamente se acostaba y se desmayaba en la cama, y dormía toda la noche sin interrupción hasta que el despertador sonaba. Y a pesar de eso, se sentía cansado, como si solo hubiese dormido solo un par de horas.

Mi lobo siempre le aulló a tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora