Cap 08

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— ¡No puedo más! — dijo Lissa jadeante.

— ¡¿Y crees que yo sí?! — le devuelvo su queja.

La niebla del bosque es muy densa, << Cuanto desearía que Dara estuviese aquí >> me digo. El bosque tiene muchos obstáculos, varias veces me he caído pues el piso esta mojado. La lluvia nos ha empapado. Lissa y yo corremos por nuestras vidas.

— Allí están atrápenlas — grita alguien a nuestras espaldas.

— ¡A la izquierda! — le digo a Lissa jalándola.

— ¡¿Estas loca?! ...¡Por allí hay un acantilado!

— ¡Y hay agua! — le digo — con un campo bastara para no morirnos. ¿Dudas de mi?.

— ¡Jamás! — exclama y corre más fuerte. — de todas... Eres la más poderosa.

Una vez cerca del acantilado no nos detenemos, Lissa y yo nos tomamos de las manos y saltamos, grita yo me mantengo firme y la abrazo por la cintura. Ciento el poder correr por mis venas como la sangre, mis pupilas se dilatan, cubro a Lissa y a mi en un campo, la suelto y ella flota. Me enderezo y controlo el campo para que descienda más lento, lo guio para que nos deje cerca del la tierra, sin embargo debido a la falta de energía caemos en el agua. Las flechas empiezan a bombardearnos como lluvia. Nos apresuramos a llegar a tierra firme y seguimos avanzando.

— No puedo más — jadea deteniéndose para tomar aire. Su cabello rubio se ve oscuro, sus ojos grises de ven cansados.

Yo debo estar igual. Me detengo — No falta mucho — la tomo de la muñeca.

— No volveré a ir a una misión contigo — jura débilmente, trotamos — Odio a los Miller.

— Auch ...duele oírlo sabes. — me burlo intentando subir los ánimos.

— Todos quieren sus cabezas ¿Qué tienen ustedes?... — niega — no ¿Qué tienes tú que ellos quieren?.

— Aunque lo sepa, no creo poder dárselo — digo.

— Odio a Malik, mejor nos da....

No término su frase. Por que cayó al piso. Una flecha sobre salía de su hombro.

— ¡Lissa! — me detengo y me arrodillo cerca de ella. Rompo la flecha, dejando la punta dentro.

— Estoy bien — gime tomándose su hombro, la ayudo a colocarse de pié y empezamos a correr

— Unos pasos más y estaremos a salvo — aliento. Otra flecha paso silbando y se clavó en un árbol. Otra le dio en la pierna a Lissa y se derrumbó.

No pudo más y se desmayó me arrodille a su lado para cargarla, pero en un santiamén estábamos rodeadas. Mi ira brotó, mi cabello empezó a moverse y empezó a bailar, como le suele pasar a Camile solo que a ella se le eriza. Mis pupilas se dilataron y cambiaron de color a un amarillo, las venas de mi temporal empezaron a brillar de color dorado.

Los que nos tenían rodeados salieron volando. Rápidamente me atacaron, pero todo parecía en cámara lenta, ellos se abalanzaban a mi, yo solo levantaba mis manos y ellos se deshacían en cenizas. una vez todos desaparecían estire mis manos hacia Lissa, le saque las flecha empecé a mover los dedos como si tocase el piano y las heridas empezaron a cerrarse como si estuviesen tejiendo, la herida.. resplandecía del color del oro.

02 Memorias De Un DescendienteWhere stories live. Discover now