Volviendo al internado

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Sophia

Recomendación músical: Feels Like We Only Go Backward - Tame Impala

Volver al internado era lo único que quería, los últimos días, nuestra madre se había vuelto extremadamente cariñosa, y solo con Marianne, la cual no parecía ni notarlo. Pero no la culpo, si madre me diera siquiera un cuarto de la atención que ella recibe, no diría nada. Es decir, no quiero sonar egoísta, pero es todo lo que queremos, aún así me sentía agradecida de tener a Emily Nova, era una de las amigas de nuestras madre que venía seguido a nuestra casa, siempre noté que había un gran parecido físico entre ambas, incluso cuando salimos decían que podríamos ser familia. Esa simple idea me hacía sonreír, era bonito imaginarlo. Ella era una madre para mí, me enseñó todo lo que sabía.

Volviendo al tema del internado, aquel día me encontraba en mi habitación guardando la ropa en mis mochilas, las cuales no eran muchas, eran solo tres, pero considerando que nos quedamos allí hasta las vacaciones de final de primer bimestre, era mucho tiempo y pocos conjuntos.

A pesar de lo que muchos piensan, los internados son bonitos, en lo personal me gusta mucho, de hecho, es bastante seguro, comparado con el mundo exterior y flexible considerando que no usamos uniforme.

Sin embargo, lo que más disfruto de mi estancia allá, es estar con mi mejor amiga Michelle, ella es mi solecito en mi vida, una de las pocas cosas disfrutables de las vacaciones es poder hablar con ella, algunas veces es raro pensar una vida sin ella, ni siquiera sé cómo tuve una antes.

Mientras cerraba mi maleta, me senté encima de ella mientras pensaba.

—Ojalá este sea un buen año. —pedí en un susurro mientras miraba el techo.

Los años anteriores no fueron los peores, de hecho fueron los mejores de mi vida, pero desde el inicio de año había comenzado a sentir algo que me carcomía, un mal presentimiento que abundaba mi cuerpo. En un acto inconsciente comencé a jugar con la sortija de mi dedo anular izquierdo.

—¡Sophia, vamos! —gritó Ethan desde el piso de abajo.

Tomé mis maletas y bajé con ellas, las de mis hermanos estaban en una montaña desordenada. Coloqué las mías a su lado, ordenadas por tamaño. No es muy difícil ser ordenado, pero para ellos, parecía ser la cosa más complicada del mundo.

Siempre que nos íbamos de casa, llegaba un grupo de sirvientes, ellos se encargaban de ayudarnos en todo el día, eso incluía: hacer el desayuno, subir las valijas al auto y ser nuestros choferes personales hasta el colegio. Sí, cada uno iba en un auto distinto, obviamente todos ellos eran de lujo, madre decía que era para mantener apariencia de elegancia. Por lo que nuestro primer atuendo al pisar el colegio tenía que ser elegante, y a pesar de lo que seguramente están pensando, en nuestro internado es muy normal hacer eso, solo asisten familias de alto rango económico y social.

Para ese día me puse un vestido beige con estampado de flores de tonalidades cálidas, junto con un pequeño abrigo blanco, únicamente para decorar, nuestro colegio quedaba en alguna parte del Callao en el Perú, así que siempre hacía calor a inicios de año, por lo que me pareció el mejor atuendo.

Pronto bajó Ethan, llevaba un traje negro, la camisa estaba por fuera, la corbata mal puesta, sin mencionar el cabello despeinado a más no poder y sus ojos verdes con un brillo burlón, al igual que su sonrisa, e incluso ignoró completamente cuando lo miré mal por su ropa, su única rección fu encogerse de hombros mientras se dirigía a la cocina, seguramente a robar algo. Voy a serles sincera, no se veía mal a pesar de todo, Ethan siempre había sido del tipo de chicos que roba la atención de muchas chicas con tan solo su presencia, quiero decir, es un chico divertido. Pero créanme, que es irritante algunas veces, no sé cómo Harper lo soportaba.

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Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando bajó Annie, ella llevaba un vestido turquesa claro hasta el suelo, con pequeños diamantes simulando ser gotas de agua cayendo por su hermosos vestido, su cabello negro estaba peinado en una cola alta soltando algunos caballos que caían hermosamente en su rostro. Definitivamente mi hermana robaría muchas miradas ahora y a futuro.

Y ni hablar de lo bien que se verían mis hermanos en su graduación ¿Se imaginan eso? por supuesto tendría que tener mil fotos de eso.

No obstante, no toda mi atención estaba en mis hermanos, también tenía en mente a mi mejor amiga, Michelle BreansLow, la mejor chica que había conocido en mi vida, para estos eventos ella normalmente iba con vestidos hermosos los cual se deslumbraban durante los bailes. Cada uno más extravagante que el anterior. Simplemente no podía esperar para llegar a verla.

En cuanto me distraje, bajó mi madre, llevaba un vestido verde oscuro increíble, algo ajustado, pero hacía resaltar bellamente sus ojos, sin mencionar su cabello rizado, que estaba más arreglado que de costumbre, se veía precioso.

—Te ves bellisima. —le dije a mi madre sonriendo, ella tomó mis manos con una sonrisa—. ¿Por qué no heredé tu hermoso cabello?

Su sonrisa se volvió algo incómoda, tenía que admitir que la pregunta fue más un halago, pero no fue tan malo para ponerla incómoda ¿o si?.

—Me encanta tu cabello rubio, Sophia. —dijo madre, intentando mantener su sonrisa—. Es igual al de Emily.

Soltó mis manos y se dirigió a la cocina, poco después salió Ethan con una manzana mordida en la mano y su cabello más despeinado, a pesar de lo que pensé, sí, Ethan podía estar aún más despeinado, pero por alguna razón a las chicas que lo perseguían les gustaba eso.

—Madre está rara ¿no? —preguntó dándole otra mordida a su manzana.

—Solo... está cansada. —respondí intentando convencerme de ello.

—Ah, pero cuando se trata de Annie, nunca lo está ¿verdad?.



Miraba por la ventana del auto, el chofer mantenía su vista fija en el camino, la música sonaba realmente baja y podía escuchar el sonido del carro sobre el camino terroso. Me preguntaba cómo estarían mis hermanos en sus propios carros. Pero en un momento, el chofer dió una vuelta, llevándonos en un camino distinto al del resto, entrando por uno de los portales.

—Disculpe ¿pasa algo? —pregunté mirando al chofer por el retrovisor.

Pude notar como el señor de gorro me miró de vuelta con una pequeña sonrisa.

—No se preocupe, futura señora Ravencroft —respondió, devolviendo sus ojos en el camino.

Solté un leve suspiro, devolviendo mis ojos en el camino, e inconscientemente volví a jugar con mi anillo. Mis ojos seguían en el terreno, no le estaba prestando la atención suficiente, pero cuando logré reconocer la zona a la que nos estábamos acercando mis ojos brillaron con emoción.

Nos estábamos acercando al hogar de los BreansLow.

Finalmente la camioneta se detuvo frente al hogar, y allí estaba ella, su cabello negro estaba suelto mientras se movía un poco con el aire, llevaba un vestido morado de varias capas y con un corte diagonal en al final, sin mencionar sus tacones morados llevaban pequeñas alas que se movían. Realmente era hermosa.

—¡Michelle! —grité emocionada.

Bajé lo más rápido que pude y nos abrazamos muy emocionadas, di pequeños saltos de emoción.

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