26

3.9K 183 126
                                    

Final.

Y estábamos en el aeropuerto, Pablo a punto de salir en un avión a otra ciudad por un mes entero. Me partía el corazón aunque fuera temporal y necesario.

Una semana antes me había contado que debía volar a Madrid a entrenar para sus primeros partidos. Ya me había llenado las mejillas de besos y seguía dándome más hasta que lo llamaron para abordar. 

Ximena y yo, habíamos ido a despedirnos de él. Finalmente, nos dimos un fuerte abrazo y entonces un último corto beso en los labios. 

—Te voy a extrañar—confesó antes de apartarse de mi— Te amo. 

—Yo a ti—dije sonriendo par después verlo irse entre la multitud. 

Gracias a su viaje, no estaría en mi graduación, era una lástima. 

Regresé a casa sintiéndome extraña, no sabia por qué. Bueno, posiblemente porque no vería Pablo durante un tiempo. Pero, sentía algo más. Algo que me estaba preocupando.

Y era el hecho de que seguía evadiendo el tema de mi mudanza. 

Había decidido que, dejaría pasar un tiempo, para ver como conllevábamos n nuestra relación en este mes que estaría en Madrid. 

No entendía porque procrastinaba tanto esto. 

Me daba muchísimo miedo, me tumbé en mi casa mirando al techo entre la oscuridad. Era bastante tarde, mamá ya estaba durmiendo por lo que el silencio en casa era total. 

Esta habitación, que guardaba tantos recuerdos en ella, me provocaba una nostalgia abundante. Me estaba costando mucho hacerme a la idea de que en tan solo un mes, todo este escenario seria diferente. Esta casa, esta ciudad, esta habitación....

Incluso, y seguramente yo. 

Esa semana, fue neutral. Pablo me llamaba todos los días aunque fuera un corto rato entre sus descansos. También me escribía, mandaba fotos y videos de los lugares que conocía y de sus entrenamientos. 

Me hablaba de sus nuevos compañeros, decía que le agradaban, aunque eran un poco alocados y les encantaba salir de fiesta pero no se los permitían pues podían dañar su imagen.

No lo podía negar, me gustaba que no pudiera ir a fiestas.

Mel y yo, empezábamos a ir a los centros comerciales en busca de vestidos de graduación. Ella eligió un color rosa bajo, yo tardé un rato más en los vestidores. 

Mel me había traído demasiados vestidos pero ninguno me convencía. 

—¿Qué tal este?—dijo enseñándome un vestido color rojo, tenia una abertura en la pierna y era ajustado. O bueno como dice Mel, "tipo de sirena". 

—¿No se te hace mucho?.

—Claro que no. Fuiste la mas top de ese instituto por mucho tiempo, debes finalizar con broche de oro.

Me reí.

No seas modesta, nena. 

No los soy pero, era gracioso. 

Un verano con mi enemigoWhere stories live. Discover now