Después de que Bokuto volviera a entrar al bar, Kageyama llamó a Ushijima y le dijo que quería irse. El mayor no tardó ni cinco minutos en estar afuera, alegando que había estado buscándolo por un rato, ya que también quería irse.
-No te creo, pero lo dejaré pasar porque gracias a que me perdiste, me encontré con un viejo sempai. -El menor argumentó y se subió al auto de su compañero.
Ushijima lo dejó en su casa y ni bien llegó a su cuarto, sacó su teléfono y envió un mensaje a Hinata para que le pasara el número de Bokuto. Instantes después, envió un mensaje de agradecimiento y una invitación para ponerse al día al mayor, incluyendo que estaría muy feliz de volver a ver a Akaashi con él.
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Durante la siguiente semana, Tobio no hizo otra cosa más que pensar en lo que Bokuto le había dicho, sopesó sus opciones para tener un novio falso y descartó a más de una docena de personas. Cansado, el fin de semana decidió salir a caminar para despejarse, algo que tal vez hubiese tenido mejores resultados, si no se hubiese topado con unos reporteros por accidente.
"¿Por qué a mí?" Se cuestionó en su mente, mientras intentaba encontrar alguna excusa que pudiera servirle. Estaba considerando seriamente rendirse ante los periodistas que esperaban respuestas de su parte, cuando escucho a alguien llamarlo.
-Bokuto-san. -Nombró, viendo al mayor acercarse rápidamente. -Hola. -
- ¡Hasta que te encuentro! Se suponía que nos veríamos más adelante y nunca llegaste. -El mayor hizo un puchero dramático. -Ya estaba pensando en llamar a la policía. -
-L-lo siento. -Sin estar seguro de entender, él respondió. -Es que los periodistas me atraparon, y no estaba seguro de cómo decirles que necesitaba llegar para verte. -
Bokuto se volteó hacia los reporteros inmediatamente y les dio su mejor cara de tristeza.
-Sé que su trabajo es buscar la siguiente gran historia, pero realmente necesito llevarme a Kags conmigo. -Indicó, aún con ojos de cachorro apaleado.
-O-oh... cl-claro. -Ellos asintieron, medio sorprendidos.
Sin perder tiempo, Bokuto agarró al menor del brazo y se lo llevó lo más rápido que pudo a una cafetería, unas calles adelante.
Kageyama parpadeo, sin saber qué decir, mientras su ex sempai lo guiaba entre las mesas a la más alejada.
-Uh, Bokuto-san... ¿habíamos quedado de vernos hoy? -Cuestionó finalmente, muy confundido.
- ¿Eh? No, pero parecías bastante incómodo con esos periodistas. -Explicó el mayor, encogiéndose de hombros. -Creí que necesitabas una salida fácil y me acerque... ¿estaba equivocado? -
- ¡No, no! Solo... gracias. -Tobio suspiro, y tomo asiento. -Parece que últimamente nadie me deja tranquilo, y no me resulta fácil inventar excusas creíbles como a ti. -
