Internado de Mafiosos

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ADVERTENCIA

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MinHo miro a Sook con algo de alivio pero.. ¿Porqué? Qué acaso ¿No le dolía el pecho? ¿No se sentía impotente ni frustrado? ¿ES QUE ACASO NO HABIA VISTO ESA HORRIBLE FOTO?

Ese no era YoonGi, ¿Porque no era él? ¿Donde estaba? ¿Que le estarían haciendo?

La mente de Sook formulo muchas preguntas desesperadas mientras se apartaba de esa pantalla y se mantenía serena por fuera, "¿Puede ser que en verdad lo vendieron? ¿Y si estaba muerto? ¿Que no vi?".

- Se ve algo delgado, igual, no es que me guste cualquiera, tengo mis preferencias, ya sabes, mi misma altura, cabello negro, ojos gatunos, y la piel blanca es un plus - dijo MinHo ya siguiéndole el juego a su hija, debía de describir a su terno e hijo adoptivo a la perfección, pero sin ser tan detallista, sino el viejo sabría que lo buscaban.

- oh, lastimosamente no tengo a nadie así para ofrecerle, pero si se de alguien que si le avisare - respondió al instante el tailandés pera luego guardar rápidamente su celular, ya no era seguro hablar. -oh querida - llamo el viejo a Sulni quien se acercaba al hombre con una sonrisa que fue borrada de su rostro al ver a Sook allí parada - ven -pidió el hombre.

Sulni alzo la frente y los hombros y camino a paso firme hacia ellos; sintiéndose poderosa alzo la mano y la deposito con todas sus fuerzas en el rostro de Sook. Ya ella no valía nada, ahora que estaba casada con la segunda magia mas poderosa de Corea esa insignificante perra no era nada.

El ruido de las pieles de las chicas resonó por todo el salón, y todo quedo en silencio. MinHo fingió sorpresa, al igual que algunos de sus hombres que allí se encontraban. Todos los que conocían a Sombra sabían que si se dejaba golpear era por algún motivo, Choi HeeSook era una maquina asesina del mal, sus instintos eran los mejores, Jin hasta creía que si una bala iba hacia ella y teniendo las manos ocupadas la detendría con los dientes.

- Se siente bien golpearte perra sarnosa - dijo Sulni con expresión psicópata en su rostro. Cuando se incorporo un poco ante esa descarga de fuerza pudo ver la cara roja de su nuevo, viejo y posible padre del bebe que llevaba en su vientre, un adonis precioso casi siendo la personificación del pecado y un alto chico elegante y sexy llegando donde Sook para revisarla; a el joven que hasta hace poco le proponía una noche de pasión sin limites, y al mismo tiempo era retenida por dos tipos vestidos igual su expresión de alegría cambio a una de confusión. Alzó la mirada al hombre frente a ella y pudo ver al hombre que le había también desgraciado la vida, era El Diablo, el que la llevo con YoonGi a corea del sur donde fue abusada cada día por ese hijo de perra de maneras que intentaba olvidar.

La respiración se le corto y el pecho le dolió al recordar todo ese dolor junto con ese embarazo no deseado que no sabia de quien y solo esperaba metérselo al viejo. Ya tenia la vida resuelta al decirle que era su hijo, el era el segundo mejor mafioso del mundo, ella era su mujer, era intocable, era la madre de su hijo, su heredero, nadie debía de haberle nada y podía llevar la vida que quería.

- ¡Eres una perra idiota! - grito el viejo ante ese tal acto para luego intentar acercarse a Sook para poder ser su estado, pero ambos amantes se lo impidieron con solo una mirada. Parecían lobos feroces a punto de degollarlo con los dientes. - Perdón Señorita -pidió el viejo ya entrando en pánico. El pacto que había prometido cumplir en ese encuentro de territorios los había roto al no instruir a esa niña ignorante. Se había puesto la soga en el cuello él solo al decidir llevarla.