15: Rencuentro.

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Hizo una mueca de fastidio.

Eloy: ¿Es neta? - Preguntó irritado. Miró a los reclusos y al patio frente a ellos, repitió está acción una tres veces. - ¿Por qué nuestra cadena de la reja está rota?

Cuando intentaron sacar los cadáveres del pabellón hacía el patio y quemarlos se habían llevado la desagradable sorpresa de que su lado de la reja estaba cortado. Casi fueron atacados por un grupo de caminantes, tuvieron que dejar el cadáver y volver corriendo.

Óscar: Esa cadena no estaba así ayer... - Hizo una mueca.

Axel: Tal vez el peso de esas cosas cuando se acumulan en un mismo lugar fue lo que rompió la cadena... - Dijo tratando de encontrar una explicación que fuera razonable.

Eloy: Si ese fuera el caso fuera la reja que estaría rota, no la cadena. - Forzó la mirada para intentar ver algo, pero los caminantes que estaban amontonados en la reja roja se lo impedían bastante. - Creo que podríamos dejar los cadáveres fuera...

Óscar: ¿Y cómo haríamos éso? - Cuestionó mirándolo.

Eloy: Del otro lado de la prisión hay una salida de esa, un enorme hueco en la pared. Por ahí podríamos sacar los cadáveres. - Propuso mirándolos con una sonrisa, creía que era una buena idea.

Axel: Podríamos hacer eso -Dijo a lo que el hombre afroamericano asintió - Hay que volver, al pabellón. - Los otros dos asintieron.

Eloy: Bueno. A trabajar. -Dijo bajando los escalones para volver al pabellón.

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Estaba cansado.

Habían tenido que dar medía vuelta a la prisión para poder sacar los cadáveres y poder quemarlos, cómo el humo atraería a los caminantes tuvieron que hacerlo rápido, aparte habían traído que limpiar súper bien todo el pabellón para que fuera un lugar donde kayce pudiera estar.

En ese momento los cuatro se encontraban jugando a las cartas. Mientras kayce estaba jugando con sus juguetes sobre una alfombra que traían.

Eloy: Con está es la quinta vez que ganó. - Dijo con una sonrisa.

Randall: Carajo amigo, sólo llevamos cinco rondas. - Se quejó tirando sus cartas sobre la mesa. Era un mal perdedor.

Se encogió de hombros.

En ese momento no traía su gabardina de cuero por el inmenso calor que hacía, traía una playera sin mangas color mostaza.

El hombre rubio lo miró curioso.

Axel: ¿Que te ocurrió ahí? - Señaló la cicatriz de su hombro.

Eloy: ou... Sólo es una cicatriz de un disparo. - Dijo con tranquilidad, acomodando las cartas nuevamente.

Óscar: ¿Te dispararon? - Preguntó a lo que el joven rubio asintió - ¿Cómo?

Eloy: Hace unos meses, para ser exactos diez meses. Me disparó un chico... - Sonrió ligeramente al recordar a Jimmy, esperaba en serio que algún día volverlo a ver. Esperaba que hubiera sobrevivido. - Y un hombre. Habían salido a cazar un venado, yo y otro... Amigo, nos dispararon.

Axel: ¿El otro chico sobrevivió?

Eloy: Sí. - Dijo en un tono cortante. No quería recordar a su viejo grupo, capaz ya estaban muertos. Era mejor aceptar sus muertes que vivir con la ciega esperanza de rencontrarlos.

Randall los miró como si les estuviera diciendo que se callarán.

Ambos hombres captaron la indirecta, por lo que dejaron de hacer preguntas y sólo se centraron en el juego.

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Randall: Muy bien, yo repartiré las cartas--

Un ruido se comenzó a escuchar, cómo si fuera una alarma.

Kayce se levantó de dónde estaba sentado jugando y vino corriendo a los brazos de Eloy, estaba asustado.

El caballo también relincho asustado.

El joven rubio tomó al bebé entre sus brazos y lo pegó a su pecho de forma protectora. Randall rápidamente se levantó para tratar de tranquilizar al caballo.

Eloy: ¿¡Qu es eso?!- Grito haciendo una mueca por el ruido. Abrazó con fuerza a su pequeño que estaba asustado.

Óscar: Deben ser los generadores de emergencia.

Eloy: ¿¡Dónde están!? - Grito, levantándose de su lugar.- ¿¡Cómo se apagan?!

Óscar: Están en el cuarto de control. - Dijo tratando de explicar en medio del alboroto.

Eloy: ¡¿Puedes encargarte?! - Preguntó tratando de impedir que su hijo llorara.

Óscar: Sólo trabajé dentro unos días, supongo que puede ser posible.

Eloy: ¡Bien! ¡Ve! - Grito con fuerza - ¡Axel, ve a acompañarlo!

Ambos hombres sintieron con rapidez.

Randall: ¡Esperen! - Grito acercándose a las mochilas que tenían sus cosas, sacó de ella una Glock (un arma) - ¡Tengan! - Grito arrojando les la arma.

Axel la atrapó en el aire.

Sin más ambos hombres se fueron del pabellón, cerrando la reja del pabellón.

Un minuto paso, después otro, y otro. El ruido no paraba. Ambos chicos ya se estaban preocupando.

Kayce estaba asustado y lloraba.

Eloy: Iré... - Se levantó de la mesa dónde había estado sentado durante varios minutos tratando de calmar a su bebé que no paraba de llorar.

Randall: No. Tienes que quedarte. - Lo tomó del brazo impidiéndole irse - No deben tardar en volver--

Eloy:O pueden estar en problemas, incluso muertos. - Argumento contradiciendo a su amigo.

Randall: Pero --

Eloy: Tengo que ir. - Dijo soltándose del agarré.

Randall: No. Quédate, yo iré.

Eloy: Tú sabes que no puedes ir. Eres cojo, no puedes correr. - Lo volvió a contradecir. Tenía razón, desde el incidente del pueblo. La pierna de Randall nunca volvió a ser la misma, se había quedado cojo para toda la vida.

Con ese último argumento el adulto joven suspiró.

Randall: Ve. Tienes razón.

El joven rubio le entrego a Kayce, tomó su hoz y su arma. Se dirigió a la salida del pabellón y lo volteó a ver.

Eloy: Si no regreso en cinco minutos... - Hizo una pausa dramática - Sólo espera un poco más (⁠◍⁠•⁠ᴗ⁠•⁠◍⁠)

Eso hizo sonreír al otro chico.

El joven rubio sonrió, sin más salió del pabellón. Cerrando la reja, aventurando sé el sólo en busca de sus nuevos amigos.

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Corría por los pasillos de la prisión.

«¿De dónde están saliendo tantos caminantes?»

Disparó al caminante que estaba detrás de el.

𝐄𝐥 𝐇𝐢𝐣𝐨 𝐃𝐞 𝐍𝐞𝐠𝐚𝐧. || ♥︎𝐶𝑎𝑟𝑙 𝐺𝑟𝑖𝑚𝑒𝑠♥︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora