Capítulo 21

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Chenoa

Nerviosa por el momento vivido hace unos segundos y con una sonrisa en mi cara subo las escaleras dejándole en el piso de abajo.

Me pienso en que habitación entrar, pero sé que si me quedo en la habitación de David va a pasar lo inevitable y es precisamente lo que quiero evitar de momento, por lo que me decanto por la de invitados llevándome la sorpresa al entrar de que había dejado la maleta aquí, tal y como quería desde el principio.

Muerdo mi labio enternecida por el gesto, no quiere presionarme con todo esto, sabe la facilidad con la que me estreso cuando las cosas cambian repentinamente y esa faceta suya no puedo adorarla más

- Muchacha ¿aún estás vestida? - espeta sorprendido entrando a la habitación y dejando algo que no sé muy bien lo que es, en la mesita

- Ah, que lo decías enserio...- comento arqueando las cejas girandome hacia él

- Por supuesto, nunca miento con estas cosas - afirma acercandose a mí

- No quiero un masaje, quiero ducharme - aclaro

- ¿Segura? - pregunta tentador pasando su mano por mi nuca y haciendo círculos con los dedos en mis cervicales

Cierro los ojos mientras suspiro por el gusto que me estaba dando aquello, él sabía perfectamente que ese sitio en concreto era donde más tensión acumulaba y a su vez el que más dolor me causaba. Un gruñido suena en mi garganta y mi cuerpo se inclina ligeramente hacia delante, echando la cabeza hacia atrás y agarrando su camiseta a la altura de su cintura.

Deja un suave beso en mi barbilla y lo escucho sonreír sin despegarse ni un milímetro de mi, lo que provoca un cosquilleo en mi bajo vientre que me obliga a acercar mi cadera a la suya

- Para o te juro que me duermo aquí mismo - demando en un suspiro abriendo lentamente los ojos con una sonrisa tonta en los labios

- Ese es el propósito, que duermas un rato, llevas mucho tiempo sin descansar bien y te va a acabar pasando factura - explica y pasa sus manos en una caricia por mis brazos

- No sé si quiero que lo hagas tú... a lo mejor lo haces tan mal que no puedo moverme en días - vacilo dudosa muy cerca de sus labios

- Tranquila, que los hago bastante bien...Además...

Asegura sonriendo pícaro llevando las manos a la parte de atrás de su cabeza y sacando la camiseta despacio haciendo que mis manos las cuales agarraban la tela todavía, pasen a su torso obligándome a desviar mi mirada ahí

- Si no puedes moverte en días...no sería precisamente por el masaje

Añade dejándome con la boca entreabierta que se encarga de cerrar con un roce en mis labios y con mi mirada clavada en los suyos, los cuales quería besar sin ninguna duda. Se aleja de mí yendo a cerrar la persiana para dejar la habitación a oscuras

- Venga quítate eso - ordena señalando mi ropa - o...¿te da vergüenza? - sonríe burlón enchufando una vela

- No...que va - respondo saliendo del estado de shock en el que estaba metida mirándole con una ceja enarcada

- Venga vaale... me giro - arrastra las palabras con pesadez, sabe que estas cosas me dan vergüenza pero está tentando mucho a la suerte y no me apetece que se salga con la suya

- No hace falta...- le sorprendo haciendo que se quede mirando atónito cuando saco mi camiseta por mi cabeza sin ningún pudor.

- No llevas...- interrumpe sus propias palabras tragando saliva

Siempre volvemosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora