aries llego a mi sin aire, casi molesto por la cantidad de gente, resoplando y negando rotundamente.
─¿conoces a alphonse cox? ¿en serio?─el me miró molesto, yo miré los dulces que estaban a mi espalda ignorando su estupidez extrema, entonces él se apoyó a un lado mio mirándome fijamente─ ¿cuantos hombres conoces?
─¿cuantas mujeres conoces?─pregunté riéndome de él, extrañada por su pregunta. era estúpido, a mi parecer, porqué conocía casi la misma cantidad de mujeres que de hombres... no muchos.─ que importa, ademas.
─¿que importa?─preguntó levantando sus cejas, luego sacudió la cabellera rubia, molesto─ a mí me importa, no me gusta verte...
─no me veas, entonces, aries.─le pedí y el me miró sin aire, ladeando la cabeza sin entender─ déjame en paz, realmente no sé que te picó, pero no es de mi agrado.
─¿y qué? ¿te vas a ir con luther?─preguntó como si fuera una estupidez enorme, yo me encogí de hombros─ ¿qué?
─luther no me molesta por la cantidad de amigos que tengo.─murmuré como si fuera obvio, sin mirarlo─ tampoco deberias tú, es una tontería, no acepto esto. tú no me conoces.
─¿como podria conocerte? apenas pasas tiempo conmigo, estoy intentándolo, mucho.─el apuntó su pecho como liberándose de culpa, yo entorné los ojos hacia él─ no me dejas conocerte, no me dejas pasar tiempo contigo, me gustas.
─¿lo hago?─pregunté y el bufó harto, yo me encogí de hombros─ ¿como puede gustarte alguien que no conoces?
─¡porqué eres linda!─dijo como si nada, como si fuera una obviedad─ me gustas, eres una chica linda, eso es todo.
─¿que sucede contigo?─pregunté extrañada moviendo la cabeza, parpadeé harta mirando a todos lados─ no puede gustarte alguien simplemente porqué te parece lindo, debe haber algo más que... otra cosa, muchas cosas, no puedes salir con alguien solo porqué sí, eso... es tan... ¡tan vacio! ¡sin corazón!
─¿a quien le importa? la vida es más rápida de lo que crees, tal vez no lo hayas notado porqué te la pasas de un lugar a otro, pero las cosas son más rápidas de lo que parecen. no necesitas... amor... a veces el amor es simplemente... divertirte al rededor.─aries tomó mi brazo pero yo vi en sus ojos algo que jamás pensé ver, a mi misma, odiandolo tanto. odiaba su cerebro, la forma que pensaba y actuaba... era terrible, como una enfermedad que se habia esparcido.
─¿donde estan todos?─pregunté algo asqueada, olvidandome de los dulces, con una mueca de tristeza─ ya quiero volver.
─ya se fueron.─murmuró él y yo fruncí el ceño mirandolo sin entender─ les dije, que nos dejarán a solas. pensé que te haría mejor pasar tiempo conmigo.
yo sacudí la cabeza negándome rotundamente.
─no, vuelve con ellos, ya no quiero hablar del tema.─murmuré abrazándome a mi misma, acomodando mi cabello lejos de mi rostro─ creo que tu y yo nunca estaremos en la misma página.
─porque no lo estás intentando, no te estoy pidiendo que te enamores de mí. ─me dijo mientras yo iba hacia la salida, entonces me siguió─ necesitas relajarte al respecto.
─no quiero hacerlo, no me gusta... no me gustas.─le dije, una vez afuera, miré al piso con molestia, pensé que su forma de pensar era tan terrible que no valia la pena mirarlo a los ojos.
aries se quedó un momento en silencio, parado frente a mí, luego metió sus manos en sus bolsillos suspirando y se dió media vuelta. volviendo en sus pasos, hacía la calle de abajo, pero yo me sentía completamente mareada, ofendida y molesta que me quedé en el frío intentando calmarme.
─¡cupid!─levanté la cabeza sin entender, y cedric corría hacia mí, de forma cansada llegó a mí y se quedó calmandi su respiración un momento.
de la nada pasó sus brazo al rededor mío, y pegándome a su pecho, escuchaba como respiraba cansado.
─¿por qué corriste?─pregunté extrañada, con las mejillas rojas y el sentimiento de odio desapareciendo.
─no me querían decir dónde estabas... yo, me... fui al baño un momento y no estabas, tampoco aries. pensé que te habías perdido.─el me soltó y se rió avergonzado, acomodando su bufanda que venía desenredandose de su cuello─ ¿y? ¿que compraste?
─nada...─dije algo avergonzada apuntando a la tienda, el ladeó la cabeza sin entender─ yo... me peleé con aries, así que...
─oh.─el se quedó en silencio, el vapor salía de sus labios cuando respiraba agitado─ bueno, compremos algo de chocolate, eso siempre ayuda.
yo lo seguí con la mirada, tenia las mejillas coloradas y no sabía si se debia al aire frio que tomó corriendo, o simplemente porqué estaba avergonzado. el sostuvo la puerta abierta para mí con una sonrisa y yo pasé por su lado sin entender cómo de la nada me sentia mejor.
salí del lugar llena de bolsas de papel, incluyendo aquellas con las que había rellenado mi mochila. cedric no me habia dejado gastar tanto como quería, por lo que nos dirigimos con risas a zonko, para ver si aún seguían ahí los gemelos weasley.
cedric me dió la mano cuando un grupo de chicos de tercero corrieron entre risas, hablando de la casa embrujada. yo me olvidé por completo de dónde estaba por un momento cuando la mano cálida de cedric apretó la mía, con naturalidad. según él era para no perderme, algo que si hubiera hecho aries me hubiera parecido humillante.
─¿y por qué... peleaste con aries?─preguntó y yo hice una mueca culpable, la verdad era tan simple que era fácil perdérsela.
─no pensamos de la misma forma, creo que jamás lo haremos.─murmuré, apretando su mano cuando unas chicas slytherin salían con varias bombas fetidas entre las manos, riéndose sobre algo que iban a hacer con ellas.─ hay problemas que jamás podrás resolver.
─¿cómo cual?─sus ojos buscaron los míos con curiosidad, yo me reí avergonzada apartando los ojos de él.
─como... la forma de vivir de otros. eso de vivir rápido a mi no me va, y esa es prácticamente la filosofía de vida de aries.─murmuré, mirando a mi alrededor, pero no era demasiado de hacer bromas─ no puedo arreglar su forma de pensar y el no puede arreglar la mía, vamos en caminos contrarios.
─¿qué? ¿intento ir con el cuento de que la vida se vive una vez? eso se lo dice a todas, algunas les gusta, otras piensan que pueden cambiarlo... ─murmuró riéndose cedric, como si fuera comico la forma de pensar de aries, luego sacudió la cabeza─ una de las últimas fue colette, estuvieron juntos un año, pero él desistió, como todos predijeron. ella lo odia ahora y el jura que ella sigue detrás suyo.
─¿que le hizo?─pregunté extrañada, porque a mis ojos aries se veía diferente al mirar a la rubia, incluso si ella no quería nada que ver con él.
─la dejó en san valentín, ese mismo dónde se le declaró a bambi.─susurró por lo bajo, acercándose a mi para decirlo─ en esos tiempos su frase era la de, que dejó a su novia para encontrar a alguien que realmente lo hiciera sentir bien. ahora volvió a ser la de que la vida es una.
─¿por qué hizo una tontería así? si se nota que aún está enamorado de colette.─murmuré sin entender, el se acercó a mi, para susurrar una cosa más yo espere su calidez con fingida tranquilidad.
─porqué es un idiota, simplemente. ahora, ¿porqué estaban a solas tu y el?─en la última frase, se alejó a mirar mis ojos, como comprobando que le entendí, yo me reí sin saber que decir.
─porqué quería pasar tiempo a solas conmigo.─dije como si nada, empujandolo suavemente lejos de mí para caminar por la tienda─ no fue a voluntad, no te preocupes.
─neferet dijo que tú lo habías pedido, pero supongo que eso es lo que dijo aries.─murmuró el, de mala gana, siguiéndome por la tienda, yo me reí.
─entonces sabias que no me habia perdido.─dije volteando a verlo, las mejillas de cedric tomaron el mismo color que tenian cuando estaba afuera─ ¿por qué viniste corriendo?
─porqué... sentí que debía correr.─admitió, aclarando su garganta en media oración, apartando los ojos por la tienda─ ah, ahi están fred y george.
yo sin embargo dejé mis ojos un momento más sobre cedric, quien seguía avergonzado, intentando disuadirme de su razonamiento previo. miré a los weasley después de ello, encontrandolos hablando entre si cómo dos empresarios con el dueño de el lugar, hasta sus posturas los delataban.
yo me acerqué a ellos y toque sus costillas provocando un susto, cuando voltearon a verme enojados les sonreí con culpa.
─oh, si te aburriste de los...─los ojos de fred siguieron lentamente detrás mío, probablemente la silueta de cedric.
─no del todo.─se rió george, ahogando su risa en su mano─ hey, cedric... ¿listo para perder contra gryffindor?
─yo no estaría tan seguro, tenemos un arma secreta en hufflepuff, ¿no es así cupid?─cedric se rió entretenido, escondiendo sus manos con orgullo en sus bolsillos.
─¿qué? ¿estas de su lado?─se quejó fred incrédulo, yo fruncí el ceño, ofendida por la acusación totalmente real. si cedric me lo pedía, estaría de su lado yo misma diciéndole que hacer.
─yo creo...─dije poniendo una mano entre los gryffindor y el hufflepuff, parándome entre ellos para mirarlos─ que ravenclaw les pateará el trasero a los dos, ¿qué? tenemos a cho chang, ¿ustedes que tienen?
fred bufó molesto, haciendo reír a george, quien me chocó los cinco animandome. cedric negó con la cabeza riéndose por lo bajo, tirando de mí para volver a la salida, ahora acompañados de los gemelos.
─deberíamos ir a las tres escobas antes de irnos.─ofreció fred, mostrando una bolsa llena de monedas, yo fruncí el ceño intentando verla y el la alejó de mi alcance.─ yo pago.
─bueno, yo puedo pagar tambien.─se rió george, con una bolsa igual, que yo también intenté ver, pero tambien la alejó de mi alcance. los miré mal, cuando sabían que amaba ver monedas.─ estás son de verdad, cupid, no servirán para tu colección.
─¿de dónde sacaron tanto dinero?─se rió cedric, mirándolos extrañado, ellos se encogieron de hombros simultáneamente.
─digamos que los regaliz rompemuelas son un hit entre los de tercero.─murmuró fred, y yo me reí sin entender en absoluto.
─bueno, los chicles crece-dientes salieron igual de bien con los de tercero.─dijo george, guardando la bolsa de monedas entre su bolsillo de nuevo.
─pero, ¿puedo verlas?─pregunté tristemente, juntando mis manos─ hoy tuve que gastar muchas, fue una perdida muy terrible...
─quien no te conozca creería que eres hija de un leprechaun.─se rió george, aguantando la risa─ tal vez lo eres, deberias investigar al respecto...