Haerin estaba nerviosa en la cocina de Danielle mientras sostenía contra sí a Kazuha durmiendo. Después de todo, eran las ocho de la mañana y su bebé necesitaba descansar, así que no la iba a despertar porque no era necesario.
Trató de concentrarse en la voz de Danielle, pero era imposible. No cuando la alfa se veía hermosa, excitante, con esa camisa blanca y pantalones negros, bebiendo una taza de café, con sus labios moviéndose con rapidez y sin dejar de hablar.
—... puedes decorar el jardín como quieras, es todo tuyo, sólo quiero que se vea decente —estaba diciendo la alfa, apresurada—. Una última cosa, supongo que vas a ordenar la pequeña oficina que tengo aquí abajo. Si lo haces, por favor, no desordenes los papeles, me cuesta un culo buscarlos si los necesito y no los encuentro donde los dejé. Creo que no se me olvida nada, ¿cierto?
—No, señora Marsh —dijo Haerin en voz baja.
Danielle bajó la taza de café, enarcando una ceja, y negó con la cabeza.
—Mi nombre es Danielle, pequeño sol, utiliza mi nombre —regañó la alfa con suavidad.
Trató de pasar por alto el apodo que le puso, queriendo fingir que no le afectó en nada, a pesar de que se sentía cohibida y nerviosa.
Mordió su labio inferior.
—Está bien... Danielle —concedió, tratando de sonreír un poco.
La alfa pelinegra la observó en silencio, antes de suspirar.
—Te dejé una copia de la llave sobre la mesa —prosiguió, dejando la taza en el lavamanos—, junto con mi número de celular. Ante cualquier emergencia, no dudes en llamar, siempre voy a contestarte.
Haerin asintió, sin dejar de mirarla y arrebujando más a Kazuha en sus brazos, que no dejaba de dormir.
—Nos vemos, Haerin —Danielle se quedó quieta unos segundos, pareciendo querer decir algo más, pero a último momento se arrepintió porque se marchó apresuradamente del lugar.
Sólo cuando la puerta de la casa se cerró, Haerin pudo relajarse un poco, mirando a Kazuha con ansiedad.
—Es una buena idea, ¿cierto, Zuha? —le preguntó, sabiendo que no iba a obtener respuesta alguna—. Con lo que Danielle va a pagarme podremos estar bien, ya verás, voy a comprarte todos los juguetes que quieras y más que eso. Lo prometo.
Le besó la frente, pero lo único que le respondió fue el silencio.
No importaba. El silencio siempre era el que contestaba luego de dieciocho años de vida.
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kilig; daerin
RomanceDonde Haerin es una omega con una bebé y Danielle quiere ser su nueva alfa. omegaverse; danielle g!p adaptación © Hobibuba