- ¡Oh, Romeo, Romeo! ¿Por qué eres tú Romeo? Niega a tu padre y rehúsa de tu nombre; o, si no quieres, júrame tan solo que me amas, y dejaré yo de ser una Capuleto.
Hades dejó de jugar al Minecraft y giró la cabeza para observar a su reina, quién se había apoyado en su silla para recitar ese verso de Romeo y Julieta. Ella le miraba con una sonrisa traviesa.
- ¿Te acuerdas de esa vez en la que te encontraste con ese hombre apellidado Shakeaspeare y le inspiraste para escribir un romance? – le preguntó Perséfone.
- No es tan seguro que fuera yo el que lo inspiró.
- No seas tan modesto querido. Ambos sabemos que esa historia salió apenas unos años después de vuestro encuentro.
Perséfone tenía razón. Ella no estaba, pero él se lo había contado varias veces. Recordaba ese momento con tal claridad que parecía que hubieran pasado días en vez de siglos.
Había ocurrido un atardecer de primavera, muchos siglos atrás. Nunca recordaba la fecha exacta, pero no hacía ni demasiado frío ni demasiado calor. Había una temperatura perfecta. En esa época, Hades solía deambular por los parques y jardines de Inglaterra, sintiéndose así más cerca de su amada, pero al mismo tiempo notando su ausencia. Jamás había podido disfrutar con ella de la hermosura de la primavera en todo su esplendor. Solía lamentarse de ello cuando no había nadie más a su alrededor.
- ¡Oh, mi amada, mi dulce amada! La estación cálida ya ha comenzado y tú no estás aquí para apreciarlo. Las flores intentan competir con tu divina belleza, aunque siento en ellas una profunda tristeza. Saben que no estás aquí, mi adorada, y desean verte tanto como yo. Las margaritas me transmiten tu luz, y los lirios, flores de difuntos, me recuerdan a nuestros momentos más íntimos. Los narcisos siguen creciendo junto al agua, reflejándose en ella para poder verse a sí mismos. Veo tu carácter en las rojizas rosas, y tu dulzura en las rosadas. Los cerezos me trasmiten tu amor, y el viento se lleva mis palabras. Los pájaros que tan ágilmente se ponían sobre tus hombros apenas se acercan a mí. Esperan tu llegada con el frío y la nieve, dónde por fin me permitirán observarles. Si tan solo tu madre me diera una oportunidad y viera aquello que nos une tan profundamente...
- Disculpe joven, le veo afligido...
Hades se giró para observar al hombre que había pronunciado esas palabras. Creía estar solo en ese hermoso paraje, pero allí estaba el distinguido caballero que le había hablado. No intentó ocultarlo, ya que seguramente había escuchado todo su lamento.
- No creo que pueda ayudarme con ello, señor...
- Shakeaspeare, William Shakeaspeare.
- Reconozco su nombre. Debo haber leído casi todos sus escritos.
- Aunque no pueda ayudarle, parece que tiene una historia interesante ahí. ¿Le importaría contármela?
- Nada fuera de lo común, señor. Sólo un amor imposible con una bella dama. Su madre se la lleva al norte cuando viene el calor. Argumenta que las altas temperaturas no son buenas para su salud. Ella nunca ha sentido la calidez del sol en verano, y anhela conocer esa sensación.
- Por como hablaba de ella, debe ser una auténtica belleza y con un carácter fuerte.
- Si no estuviera acompañada por sus doncellas a todas horas, incluso en nuestros encuentros, ya nos habríamos marchado muy lejos de aquí. Me habría arrastrado hasta el puerto con lo que llevara en ese momento, y no le hubieran importado los pasajes. Capaz es de subirse al barco de polizón y no permitiría que nadie se diera cuenta de que no los tenemos.
- Eso le gusta de ella. Se le ve en los ojos.
- Es de mis cosas favoritas, esa fortaleza que tiene para desafiar a cualquiera. Es algo que heredó de su madre, por esa razón la situación es tan complicada. Ambas tienen un carácter muy fuerte y han llegado a chocar. Agradezco infinitamente que se me permita verla en la estación fría, pero la echo mucho de menos durante la cálida.
- ¿Ha intentado hablarlo con su madre?
- No quiere escucharme. Nunca ha querido. Ni a mí ni a su adorada hija.
- Realmente la huida de los amantes suena muy bien.
- Si supiera que su madre no puede seguirnos, lo haría.
- Los boticarios tienen mucho que ofrecer, no sé si sabe a lo que me refiero.
- Mi tío era boticario, conozco algunos de sus secretos, aunque no sus mezclas. Supongo lo que está sugiriendo. Se lo propondré en invierno.
- Que tenga mucha suerte, joven. La necesitará.
- Se lo agradezco. Espero con ansia su próxima obra.
Ese recuerdo siempre le hacía sonreír. Le parecía muy divertido que un mortal le sugiriera a un dios de los muertos el que fingiera su propia muerte para huir de algo. Perséfone lo notó enseguida.
- Veo que he despertado un recuerdo divertido, querido. ¿Pensando en esa conversación que tuvisteis?
- Aún me parece divertido que me recomendara una droga para aparentar estar muertos e irnos lejos de tu madre.
- Y porque no sabes la de veces que lo he considerado...
- Sabes que sería capaz de venir a buscarte aquí abajo. Ahora sabe dónde estás.
- Sí, en eso tienes razón. Y, volviendo al tema anterior, ¿vas a seguir negándome que inspiraste Romeo y Julieta cuando debes tener una de las pocas primeras ediciones firmadas que existen escondida bajo la cama?
- Eso es... porque nos hicimos amigos. Nada más.
- Pero te has puesto nervioso. Y muchos de los versos de Julieta se parecen a aquellos que inventas para mí.
- Era la forma de escribir que tenía él.
- Ya... ¿Qué hace ese aldeano encerrado en una jaula suspendida en el aire?
- Oh, es Zeus. Ya sabes que me puse a construir el Olimpo en Minecraft si yo hubiera tenido el control del mismo.
- ¿Y qué ha hecho para estar ahí?
- ¿Qué no ha hecho, mi reina?
- Muy cierto. Me gustan las llamas de colores.
- ¿Te conectas y me ayudas un poquito? Necesita un toque tuyo. Está en nuestro servidor privado.
- ¿Me dejas poner a Afrodita en otra jaula flotante?
- Lo que quieras. Es nuestro Olimpo.
Perséfone sonrió ante esa afirmación. Dejó sus espadas encima del escritorio y se sentó en su silla, encendiendo su ordenador y conectándose al servidor privado para añadir algunas cosillas a ese Olimpo, aparte de hacer reír a su amado con sus extrañas ocurrencias.
Agradecimientos especiales a William Shakeaspeare y a Hades, señor del inframundo.
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Amantes eternos
Short StoryReto realizado para el canal de Twitch de DiegoClares el 7 de Mayo de 2024 bajo el tema de Flashback, con el añadido de un poema. Al recitar un fragmento de Romeo y Julieta, Perséfone evoca a Hades a un encuentro anterior con un conocido autor de ro...