Esta es la primera vez que la veo entrar en mi cafetería, ¿estará de paso por la ciudad? La vedad que esta chica es muy guapa, me llaman mucho la atención esas pequitas color café que tiene por toda la cara y además es pelirroja. Creo que se me ha caído la baba observándola y ella viene hacia el mostrador, debo actuar rápido...
-Eeh hola buenas. ¿Qué va a tomar?- dije mirándola embobada todavía.
-Hola! Mmm, ¿qué me recomiendas? La verdad es que soy nueva en la ciudad y nunca me he pasado por aquí jajaja, bueno, ni por ningún otro sitio hasta ahora.- dijo ella con una gran sonrisa en la cara.
-Claro! Por eso no me sonaba tu cara... o sea, no estaba mirando ni nada jeje *no me lo creo ni yo*, pero es que este es un pueblo pequeño y todos nos conocemos.- respondí un poco nerviosa por si me había delatado a mi misma. -Ahora mismo te llevo la especialidad de la casa, aunque nadie lo ordena porque en mi opinión son un poco sosos.- ella me sonríe y va a buscar una mesa con las mejores vistas.
En lo que ella contempla el día lluvioso que tenemos hoy en el pueblo, yo le voy preparando un delicioso café con esencia de vainilla y nata montada con sirope de caramelo *espero que le guste*. Cuando termino de prepararlo, me alisto para llevárselo a la mesa pero una de mis compañeras se me adelanta y me lo quita de la barra.
-¿Pero qué coj...?- me quedo perpleja por la rapidez con la que se lo ha llevado.
-Sky eres muy lenta, a la pobre chica se le va a enfriar el café. *Susurra* Y además, yo también quiero conocerla jajaja.- y se va a toda velocidad con el café en las manos y me deja como a una tonta detrás del mostrador.
*Agg, como odio a esa bruja... Loane me las vas a pagar, ya verás* me quedo pensando yo sola en la barra, viendo como la chica de las pecas disfruta el café que le he preparado con tanto cariño pero que no he podido entregarle yo misma. De repente me mira y me regala una sonrisa de agradecimiento mientras eleva la taza, supongo que di justo en el clavo, menos mal. Cuando se termina el café, me deja la taza en el mostrador y me pregunta cuánto es, yo le digo el precio y me paga amablemente, al darle el cambio nuestros dedos se rozan levemente y yo me pongo más roja que un tomate, creo que ella lo nota y se ríe suavemente. Finalmente me dice que se pasará por aquí todos los días porque le ha encantado el café, pero me ilusiono tontamente y vuelvo a quedarme embobada mientras ella se va y me deja ahí sin poder moverme. Creo que esto es amor a primera vista...
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La chica del café
RomanceUna nueva chica en la ciudad, en mi cafetería. Creo que es amor a primera vista... ¿Podrá esta preciosa pelirroja descongelar el dañado corazón de nuestra protagonista y hacer que confíe en ella? Veamos que puede pasar en tan solo unos días, tengo u...