A un lado y a otro del jardín resplandecían varias clemátides y caléndulas. Hacía poco que el viento había dejado de azotar los árboles, y en el jardín de la casa veraniega de los Nott reinaba un profundo silencio en el que las malezas se erguían inclinadas unas a otras, oscuras y siniestras. En el horizonte se divisaba una fina línea púrpura que indicaba que estaba amaneciendo un nuevo día. Aquella escena era la esencia de la misma aflicción, tan solitaria y fría para el verano inglés que tan solo se podría describir como el desconsuelo en si mismo.
Mattheo Riddle había vuelto a pasar la noche en vela. Recostado en una de las hamacas del jardín, había pasado horas observando el firmamento. Afortunadamente lo había podido hacer en el exterior, pues aquella noche había sido una de las pocas en las que no había caído una tormenta eléctrica. Durante el último mes había ocurrido en varias ocasiones: aunque el calor azotaba a todos los ciudadanos de Inglaterra, la incredulidad por aquel poco común hecho lo había provocado también.
—¿Ya estás despierto? Bien. Coge tus cosas. Si no nos vamos ya llegaremos tarde.
Su hermano adoptivo, Theodore Nott, asomó la cabeza por la puerta trasera de la enorme casa veraniega de piedra caliza de la familia. Mattheo se levantó. Al hacerlo cojeó ligeramente, entumecido y agarrotado por todas las horas que había pasado tumbado, inmóvil. La cabeza le retumbó, probablemente a causa de la botella de ginebra que yacía ahora vacía y tirada en el suelo. Se introdujo en la casa sin mirar a su hermano.
Cruzó la cocina y subió las escaleras hasta la planta superior. Su habitación era la primera del pasillo; la siguiente, la de Theo, estaba entreabierta, mientras que la de sus padres estaba completamente cerrada. El matrimonio de los Nott solía acostarse pronto y levantarse tarde durante las vacaciones; unos lejanos y suaves ronquidos se escuchaban al otro lado de su puerta.
Mattheo entró a su cuarto. Aunque no lo utilizara demasiado, la cama estaba sin hacer y las sábanas se arremolinaban a sus pies. El escritorio estaba repleto de papeles y libros abiertos a medio leer, y una de las puertas de su armario estaba medio descolgada. Cogió la mochila verde que había en la silla de su escritorio y que había preparado el día anterior y volvió a bajar las escaleras.
Theo estaba de cuclillas en frente de la chimenea del salón. En aquellos momentos extendía un brazo y cogía con cuidado un pequeño cuenco de cerámica que contenía un polvo verde. Se levantó y miró a Mattheo:
—¿Quieres ir tú primero?
Aquella vez Mattheo tampoco contestó. Tan solo se acercó a él e introdujo la mano en la vasija. Luego se colocó de pie dentro de la chimenea, que era lo suficientemente grande como para poder hacerlo al menos dos personas. Los primeros rayos matutinos se habían colado por las ventanas y lanzaban destellos dorados aquí y allá por todo la estancia. Apartó la vista de la luz reflejada sobre la mesa de café de cristal y enderezó la cabeza, posando la vista fijamente en un punto de la pared detrás de la cabeza de Theo, cerca de un cuadro de la familia al completo que, en la pintura, dormitaba en aquellos momentos.
—El Caldero Chorreante, Londres.
Mattheo tiró con fuerzas el puñado de polvos que había cogido y una llamarada de color verde envolvió su cuerpo.
Odiaba viajar con polvos flu. Sintió algo así parecido como si lo succionaran por un enchufe, y comenzó a girar a toda velocidad. El ruido que se formaba en sus oídos era ensordecedor: intentó mantener los ojos abiertos, pero el remolino de llamas verdes lo mareaba. Algo duro lo golpeó en antebrazo, así que él se lo sujetó contra el cuerpo, sin dejar de dar vueltas... Luego fue como si unas manos frías le pegaran bofetadas en la cara. Con los ojos entornados vio una borrosa sucesión de chimeneas y vislumbró imágenes de las salas que había al otro lado. La ginebra se le revolvió en el estómago. Cerró los ojos de nuevo deseando que aquello acabara cuanto antes, y entonces... cayó de bruces sobre una piedra muy fría.
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El Despertar de los Sanna: El Retorno de los Antiguos | Mattheo Riddle
Fanfiction2° libro de la saga "El Despertar de los Sanna" Primer libro publicado en Wattpad: "El Despertar de los Sanna: Los Hilos del Destino", completado, actualmente en edición. FANFIC MATTHEO RIDDLE Sinopsis: Tras enfrentarse a una villana nada esperada...