Bitácora Jaedo: 1+1 = 2

776 87 12
                                    


Un día nublado en enero, Doyoung despierta sintiéndose completamente extraño. No le encuentra sentido alguno a la sensación inexplicable que recorre su cuerpo cuando abre los ojos por la mañana. Acababa de terminar su tercer y último día de celo la noche anterior con su exhausta pareja dormida entre sus piernas, por lo que no podía ser un efecto de su rutina bien atendida; tampoco era la necesidad de anidar porque era muy pronto para que vuelva a subsistir en su psique.

¿Entonces por qué de pronto tenía la extraña sensación de alerta inminente?

Acariciar el cabello desordenado de Jaehyun era una de sus actividades favoritas luego de largos días de sexo casi violento. Los mechones rubios de Jaehyun, como una pseudo extensión de su melena en forma híbrida, siempre estaban suaves y brillantes. El omega de Doyoung se engreía mucho con su alfa después de cada eliminatoria, y su modo de retribuir por el esfuerzo eran pequeños mimos y afecto de conejo —como le llamaba Jaehyun— que se reflejaba en beso tras beso y caricias que hacían ronronear al puma por horas.

Pero esta vez, este día en especial, Doyoung tuvo la necesidad de tirar del cabello de Jaehyun con mucha fuerza y despertarlo de mala manera.

—Ay, ay, ¿Qué pasa? —Gimió Jaehyun despavilándose entre los muslos de Doyoung, apoyando sus brazos a los costados para levantarse y ver a su conejo. —¿Amor? ¿Qué pasó?

Doyoung parpadeó un par de veces, buscando un motivo para sus acciones, pero fracasando en el proceso.

—No lo sé. —Respondió en automático. —Solo tuve la necesidad de hacerlo porque estabas durmiendo sobre mí tan cómodo mientras me aplastabas. ¿No es eso egoísta? Jaehyun nunca pensé que fueras ese tipo de persona. —Agregó el omega antes de cruzar sus brazos y observar al alfa con desaprobación. —Podrías hacerme daño, pesas al menos 10 kilos más que yo.

—Wow, Doyoung, espera un momento. —Jaehyun levantó una mano y lo observó extrañado. Habían estado haciendo eso desde que empezaron a salir y pasaron su primer ciclo de apareamiento juntos, mas nunca había recibido quejas por parte del omega y ahora de repente algo estaba mal. —Siempre hemos dormido así después de anudarte, es más cómodo para ambos. ¿Por qué de pronto-

—No lo sé, no sé. —Cortó a su novio. Algo en el olor de Doyoung también era distinto, pero tampoco se podía identificar y era frustrante. De pronto sus ojos almendrados se volvieron brillantes y cristalizados. —Solo desperté y tenía esa sensación de estar alerta sobre algo y luego tú encima de mí. No lo sé, fue casi por inercia. No sé qué me pasó.

Jaehyun arrulló ante la vista y estado de vulnerabilidad de su omega. Doyoung no solía llorar con facilidad, a menos que se tratara de problemas sobre sus relaciones de sangre y amistades, pero ahora había algo que evidentemente lo estaba angustiado y el alfa de Jaehyun también se sentía mal por eso.

Saliendo de encima de su pareja, Jaehyun encontró lugar a su lado y lo rodeó con uno de sus brazos, mientras olfateaba sobre su cuello y perfumaba a Doyoung con sus propias feromonas para calmarlo.

—Está bien, está bien. —Susurró con los labios pegados sobre la sien del omega. Ahí mismo dejó un beso largo que lo hizo reír un poco en medio de su angustia. —Seguramente son efectos colaterales de la rutina. La de este mes fue más fuerte que otras veces, me fue difícil mantenerte el ritmo, y se supone que el depredador soy yo.

Doyoung se sonrojó furiosamente.

—Tú quisiste salir con un híbrido de conejo. —Se defendió, golpeando el abdomen marcado del más alto cuando Jaehyun ahogó una risa contra su cuello. —Tú me perseguiste a mí, ahora soporta las consecuencias. Te di muchas oportunidades para escapar de mí y decidiste pisarlas todas.

Atypical [JaeDo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora