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El pequeño infante no sabe porque hay tanto alboroto, desde que su madre ha tomado el teléfono pegó un grito y fue en busca de su señor padre.
Tal vez porque lo consideran muy pequeño, pues apenas va cumplir cuatro años, no le dicen las noticias a él.
Un casi un mes después, le están colocando el cinturón de seguridad del carro mientras suben las demás cosas.
Cómo es costumbre él y su familia van a un día de campo donde los amigos de sus padres se reúnen.
A Minho le gustaba antes, cuando solo era el único niño en la familia y todos le llevaban obsequios, pero hace ya dos años que el pequeño hyunjin y su pequeña melliza Yeji llegaron a este mundo.
El piensa que a lo mejor los mandaron del espacio, porque cuando los conoció no eran muy felices, lloraban mucho y exigían cuidados.
Esos dichosos marcianos no hicieron más que robarle la atención.
– minhonnie bebé ¿Recuerdas que dijiste que querías tener amiguitos para ir a jugar? –
Oh oh, esa frase la había escuchado antes, su madre se voltea hacía él buscando la respuesta.
– si, hace días lo dije pero ahora mejor ya no quiero –
Responde con su voz infantil, acariciandose la pancita mientras termina sus pedacitos de manzana picada.
– oh, apuesto a que querrás ¿Recuerdas a la tía solar? –
El asiente con la cabecita, haciendo un sonido afirmativo.
– la tía solar ya no podía caminar porque le dolía la barriga y se le hinchó muchísimo –
Cuenta, abriendo los ojos alarmado, su madre se ríe por lo bajo por la inocencia de su bebé.
– no estaba enferma honnie –
Minho truena su lengüita y mira por la ventana, es una mentira, la amiga de su mami si estaba enferma, él podía verlo.
– hoy te vas a sorprender mucho –
Y su madre vuelve a sentarse mirando al frente con una sonrisa emocionada.
Cuando llegan al estacionamiento, Minho no se apura en bajar, pero cuando lo hace ve que la mayoría de personas están reunidos en un círculo.
Llegan corriendo hacia él los mellizos, ambos tienen dos añitos y son unos niños muy hiperactivos, a Minho no le gusta cuando se ponen a llorar o hacen mucho ruido.
– Honnie, ¡bebé! ¡hay un bebé chiquitito! – Yeji la que mejor habla le sostiene la mano para acercarlo mientras minho empieza a hacer coraje.
– ¡¿Otro?! ¿Qué acaso no los quieren en su planeta? –
Abulta sus labios, Yeji corre un poco acercándose y abriéndose paso entre los adultos reunidos, sus padres ya habían llegado ahí desde hace unos breves segundos.
– ¡Oh por dios! ¡Es una lindura! –
Dice otra amiga de sus padres, la señorita Hwasa, mientras está mirando la carriola color amarillo pastel.
Minho se acerca con curiosidad porque no puede escuchar mucho ¿Qué será que le pasó a ese marciano? Hyunjin pegaba a gritos cuando lo miro por primera vez.
Se pone de puntitas acechando, hay un cuerpecito pequeñito envuelto en pañales, su boquita se mueve tiernamente y estira las manitas al aire.
Minho a sus tres años, todo un niño grande, siente unas inmensas ganas de llorar por lo precioso que resulta ese pequeñito bebé.
– cielos ¿Honnie, estás bien? – el amigo de sus padres, hongjoong le pregunta, arrodillándose a su altura, Minho apunta al bebé – oh ¿No te agrada mi changbinnie?–
Minho logra sostener aire y niega intentando borrarse las lágrimas, la mayoría de ojos está en él.
– es tan bonito que me hace llorar – Patalea infantilmente, intentando no volver a llorar mientras sus tíos y papás suspiran enternecidos.
Su tío se voltea hacia la carriola, lo ve sujetar a su pequeñito hijo y luego se acomoda a la altura de Minho mostrándole de cerca al nuevo integrante de su familia.
"Changbinnie" está calladito y es tan chiquitito, Minho lo ve tan indefenso y se acerca para sostener el borde de su pañal, el señor Seo le indica que se siente sobre el césped y cuando la acción es hecha le asienta al bebé en los brazos.
Minho vuelve a llorar y el bebé bate las manitas rozando sus mejillas.
– ¡tengo que cuidarlo, mamá, tengo que cuidarlo! – suelta, aferrado al bebesito que parece estar a gusto en sus pequeños bracitos.
