Tsukimaru es una chica normal, la cual por cosa del destino termino cuídando a un pequeño llamado "Toshikuni". Pero lo que ella no sabía es que... este pequeño es un demonio y... no cualquier demonio si no que es... "El Rey Demonio"...
Cuando salí de bañarme, fuí a desayunar con Tomioka y el señor Urokodaki. Pregunte en dos ocasiones más si me estaban ocultando algo, pero ellos negaron tal cosa. Al ver que ninguno me decía nada deje de insistir, luego de eso terminamos la comida. Cuando los tres acabamos de comer, me pare y comencé a levantar los platos y vasos sucios, cuando termine de recoger los platos y de lavarlos, me dirigía a descansar, ya que el señor Urokodaki me había dicho que al día siguiente tendría que ir a la última prueba de mi entrenamiento. Estaba a punto de llegar a mi futón pero en esto senti una mano que me tocó la muñeca haciéndome girar instantáneamente.
Cuando voltee, vi a Tomioka sujetando suavemente mi muñeca. Cuando esto paso, lo único que atine a hacer fue a sonreírle dulcemente, cuando hice esto, vi un ligero rubor en las mejillas de Tomioka. Después de esto decidí hablarle.
Tsukimaru: Hola, Giyu. ¿Necesitas que te ayude a algo?, si es así dime y no dudaré en ayudarte. -Dije esto todavía sonriendo-
Tomioka: *Se sonroja* Yo... Amm, lo que pasa es qué... Quería hablar contigo. ¿Podemos salir afuera a hablar un momento?. -Dijo esto sin dejar de tomar mi muñeca y con su típica cara inexpresiva, a excepción de su pequeño sonrojo-
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Tsukimaru: Ammm, bueno, pues si, supongo. -Dije esto un poco confundida-
Tomioka: Bien, vamos afuera, sirve que te da un poco el aire, te vez palida. -Después de decirme eso, me soltó de la muñeca y salió de la casa-
Yo sali de tras de el, realmente me daba curiosidad saber el por qué quería hablar conmigo. Tomioka iba más adelante que yo, así que acelere un poco el paso hasta qué lo alcance y comencé a caminar al lado del el. Estuvimos caminando unos minutos en silencio, hasta que me canse y decidí hablarle.
Tsukimaru: Y... ¿Sobre que querias hablarme, Giyu?. -Dije esto sin voltear a verlo-
Tomioka:...
Tsukimaru: ¿Que pasa? ¿Por qué no dices nada?. -Dije esto con un tono claro de confusión-
Tomioka: Yo... Quería preguntarte sobre...
Tsukimaru: ¿Sobre que?. -Lo interrumpí al ver que no decía nada-
Tomioka: *Suspiro*... ¿Por que no me habías contado sobre las pesadillas que has estado teniendo?. -Volteo a verme sin dejar de caminar-
Tsukimaru: Mmm... Bueno, más qué nada fue por que... -No termine de hablar ya que Tomioka me interrumpio-
Tomioka: ¿Por qué... No confías en mi? ¿Es eso Tsukimaru?. -Dijo esto dejando de caminar en seco, a lo cual yo también hice lo mismo-
Tsukimaru: ¡Claro que no!, ¿Por que dices eso?, eres una persona muy importante para mí, ¡Jamás te tendría desconfianza!. -Dije esto mirándolo a los ojos-
Tomioka: ¿En serio? Y entonces... ¿Por qué no me lo habías contado?. -Me pregunto esto con un tono de voz frío mientras arqueaba una ceja y cruzaba los brazos-
Tsukimaru: Lo que pasa es qué... No quería qué pensaras que soy devil, no quería que pensaras que soy una niña pequeña dejándose llevar por el miedo de una pesadilla, y aparte... No quería causarte molestias, eres alguien bastante ocupado como para lidiar con problemas mínimos como los míos. -Dije esto agachando la cabeza-
Tomioka: No vuelvas a decir qué eres una molestia para mi, por qué no lo eres. Tus problemas también son los míos, y quiero que lo entiendas de una vez por todas. -Dijo esto mirándome fijamente-
Tsukimaru: Como qué ahora mis problem... -No termine de hablar ya que Tomioka volvió a interrumpirme-
Tomioka: Olvidalo. Ve a descansar, mañana será un día pesado de 6 más qué te esperan. Cuidate mucho, y pon atención a lo que haces, un movimiento en falso y podría ser tu fin. -Después de decir eso camino unos cuantos centimetros para alejarse-
Tsukimaru: ¡Si!, me esforzaré mucho Giyu, no te desepcionaré. Eres alguien muy especial para mí, así qué regresaré a salvó para demostrarte qué el hecho de que me ayudaras no fue en vano. -Dije esto con optimismo-
Tomioka: Qué bien, espero verte pronto. Recuerda qué los demonios no dan segundas oportunidades. No tengas piedad de ninguno, por qué ellos no tendrán piedad de ti. -Dijo esto con un tono serio y frío, luego de eso comenzo a caminar lentamente para retirarse-
Tsukimaru: Claro, igual por si no regresó quiero qué sepas qué... Te quiero. -Dije esto con un tono dulce y con un poco de timidez-
En ese momento Tomioka dejó de caminar. Volteo a verme, sus ojos estaban completamente abiertos, como si lo qué le dije lo hubiera sorprendido demaciado.
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Cuando vi su reacción, mis mejillas se tornaron de un color rojo intenso, obviamente no pensé bien lo qué dije, y probablemente ahora Tomioka pensaba que soy una adolescente sentimental, pensé.
Después, Tomioka comenzo a caminar pero ahora en dirección a donde yo estaba. No supe qué hacer, pues me quedé paralizada por la vergüenza que sentí. Tomioka estaba frente a mi, se inclinó un poco ya qué obviamente es más alto que yo. Me miro a la cara y sin decir nada simplemente levanto su mano derecha y me acarició una mejilla, luego se inclinó más dirigiéndose a mi oreja y con voz suave y baja me hablo.
Tomioka: Yo tambien te quiero...
Luego de decir eso se alejó rápidamente dio un salto y se perdió entre los árboles. Intente alcanzarlo, pues no sabía por que había hecho y dicho tal cosa. Cuando corrí tras el no estaba viendo al suelo, así que resbale con una piedra y caí. Me reincorpore, y me di cuenta de que Tomioka ya no estaba por ningún lado. Me sentía confundida, pero trate de ya no darle importancia, pues mañana tendría un día muy pesado. Decidí volver a casa del señor Urokodaki, pues el sol se estaba escondiendo de nuevo, y me estaba empezando a dar frío.
Me sentía cansada pero a la vez un poco observada, cosa que me pasaba casi todo el tiempo, pero más que nada cuando estaba con Tomioka. Realmente es algo que no entendía pero ya que me pasaba todos los días fue algo a lo que no le di importancia.
