La reunión

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Violeta

Yo no se que pasaba los martes, pero el bar estaba lleno desde que se abría hasta el cierre, era una locura. Menos mal que Cris me hizo el favor de darme la tarde libre, si no la sesión con la psicóloga tendría que suspenderla y no estaba en condiciones para hacerlo la verdad. Como de costumbre, los días que abría el bar, Alex me hacía el favor de ir a mi casa y llevar luego al colegio a Tana. Es un sol. Todavía me acuerdo la forma tan surrealista de conocerle, cuando hará tres años llegué al piso de Denna corriendo porque me meaba y entre al baño sin avisar, con tal mala suerte que me encontré medio desnudo a Alex en la ducha. Desde entonces, estamos super unidos y no se que sería de mi vida sin Denna y él.

Después de atender una mesa, me fui hacia detrás de la barra para preparar la cafetera nuevamente y limpiar los filtros, no dábamos abasto con tanto café.

-Violeta, atiende en barra- me dijo Cris desde la cocina mientras recogía unos desayunos.

Al girarme, me quede estática. Ahí estaba la chica del domingo, la de la mirada rara y penetrante, aunque he de reconocer que me cayó bien al final, se la veía timidilla y nerviosa, aunque no se muy bien el por que la verdad. A su lado estaba Ruslana, que solía venir al bar cada mañana a por café, supongo que no tendrán cafetera en casa. Recuerdo que una vez se cruzó con Denna y me dijo que era la profesora de Educación Física del colegio. Pues viéndolas ahora, puede que la morena sea pareja de la pelirroja. Uf no sé, tendré que cotillear con Denna, que a mí el chisme me pierde.

-Buenos días chicas, ¿qué os pongo?¿Lo de siempre?- dije mirando a la pelirroja.

-Bien cargadito por favor.

-Genial. Si no recuerdo mal, tu te pediste un Caramel Lima ¿no?- dije ahora mirando a la chica de ojos verdes.

-Em si, ¿te acuerdas?

-Violeta es una jefa, tiene una mente de millones, no sé como lo hace.

-Anda exagera', pero si vienes todos los días me acuerdo.

-¿Y el de ella?- dijo Ruslana señalando a la chica.

-Supongo que se me quedó rápido, no sé.

-Mmm ya, claro.

Me giré para preparar ambos cafés mientras escuchaba a las dos chicas cuchichear de fondo. De vez en cuando miraba de reojo y notaba una actitud bastante cariñosa entre ellas. Creo que si va a ser su novia.

-Aquí tenéis chicas.

-Toma Violeta, hoy invito yo Kiki – me dijo Ruslana extendiéndome un billete de 5 euros.

-Genial, pasar buen día chicas.

-Igualmente, que te sea leve la mañana.

-Buen día- me dijo la morena sonriente mirando hacia atrás.

Kiki, que nombre tan raro. Será algún diminutivo, pero vete tú a saber, no lo había escuchado en mi vida.

La mañana fue tranquila dentro de lo que cabe, y a las doce y poco apareció Denna en el bar. Siempre que podía venía a la hora del recreo a tomarse un café conmigo y a charlar un poco.

-Hola amor, ¿café con leche de almendra?

-Exacto. Sigo alucinando con tu memoria, normal que te ganes a los clientes.

-Mira que eres exagerada tu también, Ruslana me ha dicho lo mismo esta mañana por acordarme del café de la chica con la que venía.

-Uy, ¿qué chica?

-No sé, una tal Kiki, ¿están liadas? Que yo me he puesto a shippear y todo.

-Pues me acabas de dejar tiesa, yo no sabía nada, y eso que en el claustro no han comentado nada.

Entre notas y melodías|KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora