━━━━ ʚ ❪ 𝙈𝙤𝙧𝙣𝙞𝙣𝙜 𝙈𝙤𝙧𝙣𝙞𝙣𝙜. ❫ ♡ ❜· ̽₊
៸៸ ❛ A penas un vistazo, la luz poniente del sol se filtraba a través de las cortinas.
Su pequeño cuerpo desnudo y de pelaje negro y corto se veía lustroso por el cálido
dorado de la mañana. ❜
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⺌【𝐀𝐃𝐕𝐄𝐑𝐓𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀】: La historia contiene temas de sexo implícito, fluff. Drabble con más de 1.000 palabras.
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Yakko se sentó en el regazo de Max, a horcajadas sobre su muslo. A penas un vistazo, la luz poniente del sol se filtraba a través de las cortinas. Su pequeño cuerpo desnudo y de pelaje negro y corto se veía lustroso por el suave dorado de la mañana. Max se recostó en medio de las sabanas, apoyando su cabeza en la almohada mientras exhalaba y rodeaba la cintura de su novio con ambas manos. Yakko se presionó contra él en un acto inconsciente que buscaba la calidez que emanaba. No hacía demasiado frío, pero el fresco del amanecer le causaba escalofríos teniendo la sensibilidad a flor de piel.
Sus manos sin guantes recorrieron su espalda, provocando un suspiro a penas imperceptible. Max sonrió ante la ternura expuesta, Yakko luchaba constantemente por desvelar su vulnerabilidad; todavía tímido y avergonzado, desconociéndose por completo cuando sucumbía al descenso de su orgasmo. Sus parpados se entrecerraron, ocultando casi en su totalidad sus pequeños ojos negros que brillaban con las gotas del sol. Como un gato perezoso, Yakko comenzó a ronronear cuando sintió unas suaves caricias en la parte trasera de la nuca. Al inicio de su relación, a Max le sorprendió este extraño gesto animal, teniendo en cuenta que Yakko no era precisamente un toon muy convencional y sus creadores decidieron hacer una mezcla única para su concepción. Sin embargo, no fue para nada desagradable tener una bolita ronroneante sobre su pecho. Era hasta relajante (Yakko bromeó sobre esto una vez, llamándose así mismo un lindo novio con habilidades terapéuticas. Max no le iba a negar tal comentario).
Yakko cerró los ojos, regocijándose con las caricias. Un delicado tarareo se mezcló en medio de la bruma; una melodía sin letra con una entonación calmada, muy diferente a sus usuales composiciones alegres y enérgicas. Max suspiro y se dejó envolver por su cántico. No había prisa en levantarse ni en comenzar el día. Tenía al mundo en sus manos y no planeaba dejarlo ir por un buen rato.
