Capítulo XII

32 2 0
                                    

¿Y si...?

¿Y si hubieran dejado esto para un momento más idóneo?

—¡Vegeta!

—¡¿Qué haces aquí?!

Granolah empujó al príncipe, aportándole de él.

—¡¿Perdón?! ¡La pregunta es, ¿qué hacen ustedes dos?!

Eh... bueno... una sola palabra.

Teletransportación.

¿De quién? Obviamente del saiyajin criado en la tierra. Tenía entendido que Bulma había viajado y quería ver a sus dos amigos al menos unas horas.

No estaba en sus planes verlos a los dos en el sofá así.

—¿Estás...? O sea, ambos...

Granolah no decía nada, tan sólo mantenía la mirada al costado de la sala. Vegeta por su parte, estaba furioso, pero también preocupado por lo que fuera a pensar Goku de esto.

Los encontró besándose en medio de un manoseo bastante frenético.

—¿No van a decir nada?

—Nosotros... sólo estábamos...

—Y no trates de negarlo, no seas tan descarado, Vegeta.

—Está bien, sí... nos agarraste besándonos.

—Eso ya lo sé, lo que no entiendo es porqué.

—Es evidente...—Se puso de pie para darle la cara a Goku, quien estaba... muy indignado.

—¿Por una pelea te vas a desquitar con alguien más siempre o cómo funciona tu matrimonio?

—¡Ese es el problema, no funciona y no va a funcionar y tampoco quiero que lo haga tan tarde! Granolah... es... Él no es un amante como tú piensas.

—¿Ah sí? ¿Y cómo sabes que lo pienso? Ah, cierto... estás casado con alguien más... ¡Con mi mejor amiga!—Tomó desprevenido a Vegeta y lo jaló por la ropa—¿Sabes cómo se sentiría? ¿Siquiera lo pensaste?

Una de sus muñecas fue tomada.

—Suéltalo.

—Granolah, no quieras defenderlo, por favor.

—Esto es culpa mía. Él no... si no fuera porque me le insinué, esto no hubiera pasado. Es culpa mía.

—No es así.

Dijo Vegeta. No iba a dejar que Granolah se echara toda la culpa.

—Yo empecé, porque no la soporto y quiero a Granolah sólo para mí. Tú tienes un feliz matrimonio, viviendo tranquilo en una linda casa en una montaña alejado de la molesta ciudad, yo tengo que convivir día a día con una celosa, dos entrometido suegros y mucha gente que viene a esta maldita empresa. Y encima lidiar con su indiferencia... ¡¿Sabes qué es eso?! Lo dudo, ¡Tu mujer se preocupa por ti y te quiere como si fueras el único hombre en este planeta! La mía no. A pesar de haber muerto, a pesar de haber quedado siempre herido de gravedad... siempre había una excusa, una molestia, un motivo, aunque sea el más mínimo, para pelear conmigo. Y si no quiere firmar un divorcio... está bien, lo acepto, pero que se atenga a las consecuencias de no querer darse un tiempo para ese estúpido trámite. Todo lo que ella no me dio en años, Granolah pudo dármelo en tan poco tiempo. Y vas a ser el primero en oír esto, porque te respeto mucho y sé que mereces oírlo por todo lo que te debo. Yo...

Goku fue soltando a Vegeta de a poco mientras lo escuchaba.

—Yo... Amo a Granolah.

Granolah y Goku se paralizaron al oírlo decir eso.

You'll also like

          

Vegeta no diría eso ni de chiste a menos que lo sintiera de verdad. Estaba rojo, pero sabía que debía decirlo ya y se sintió mejor al hacerlo, porque al fin se lo pudo decir, no de la forma que hubiera querido, pero lo hizo.

El ceresiano soltó la muñeca de Goku y dio un paso hacia atrás. Sus mejillas ardían y sentía cosquillas en el vientre.

Goku respiró hondo y luego suspiró.

—Eres... un idiota... pero si lo que dices es cierto... y no lo dudo por tu cara y tu manera de hablar, supongo que está bien que lo quieras... pero... sabes que está mal.

—Eso lo sabemos mejor que nadie pero... el... corazón puede más, ¿no?

—Si tú lo dices...—Rueda los ojos.

—¿Entonces...?

—Seré claro contigo. Agh... son mis amigos... te conozco hace años, y no diré nada.

—¿En serio?

—Pero...

—¿Por qué siempre hay un pero?

—Si ella me pregunta directamente... no dudaré en decírselo. Porque antes de conocerte a ti, la conocí a ella... y ya te estoy dando mucha prioridad al no decir nada. Eso hará que se enoje conmigo. Y sobre ti...—Voltea hacia Granolah—Bueno, realmente esperaba más... de ambos—Los mira consecutivamente.

—Nunca creí que... tú nos juzgarías hasta con la mirada—Dijo Granolah, nunca se había sentido intimidado por nadie... mucho peor por alguien con la personalidad que tenía Goku.

—No lo hago.

Él decía que no, sus ojos llenos de decepción y enojo decían otra cosa.

—Sí... claro...

—Creo que aprendí una lección.

—¿Cuál...?

—Dejar de usar la teletransportación con los ki's de ustedes dos. No quiero encontrarlos en alguna movida...

—¡Goku!/¡Kakaroto!

Dijeron los dos, avergonzados por lo que acababa de insinuar el saiyajin más joven. Este solía no tener escrúpulos al hablar, cosa que hacía que les ardiera la cara cuando decía algo de ese estilo u cualquier otro comentario.

—Sólo tengan más cuidado. Estar en media sala en las suyas es peligroso, cualquiera puede verlos. Cualquiera que no sea yo...

—Kakaroto... deberías usar ese celular que Bulma te regaló en vez de hacer que a la gente que visitas le den infartos por lo inoportuno que eres.

—Hey...

—Goku, lamentamos todo esto. En realidad no es tu culpa.

—Granolah, deja de quitarle peso a esto, que así fue la última vez.

—¿Cuál última vez?

—Nada.

—¿Cuánto tiempo llevan así?

—...

—Respondan.

—Un mes—Dijo Vegeta.

Granolah no dijo nada y tampoco mostró nada en su expresión, si Vegeta decía eso era por algo. No quería que supieran que les habían visto la cara a todos por un largo tiempo.

Y era verdad, se habían burlado de ellos, fingían tan bien frente a todos, fingían sólo ser compañeros de combate y nada más. Fingían estar comenzando una gran amistad, amistad que disfrazaba ese romance prohibido. Un romance que no parecía querer terminar.

Noches de Verano 《Vegeta x Granolah》Where stories live. Discover now