No es raro, pero tampoco común.
24.- Felicidad
Faltaban 2 minutos para que la campana que anuncia que el último periodo ha acabado, sonara y la señora Brown, mi profesora de español, aún no acababa su sermón de lo decepcionada que estaba de darse cuenta que faltaba menos de un mes para que nuestro penúltimo año escolar, el más importante de todos, acabara y aún había estudiantes que no se esforzaban ni un poquito. Ok, es verdad que mi clase es bastante perezosa y puede que no trabaje al máximo, pero no era verdad que los estudiantes no se esforzaban. Todos, pero todos podemos aceptar que, a final de año, cuando la presión por querer pasar los exámenes finales comienza a hacerse presente, hasta el chico que dormía en clase empieza a tomar notas y comienza a elevar su promedio. Así que, si la señora Brown se está quejando de nuestro desempeño, es ella quien no está haciendo bien su trabajo.
La campana sonó y la clase se vació en cuestión de segundos, se ve a simple vista cuanto cariño le tenemos a la señora Brown. (Evidentemente, es sarcasmo)
Me despido normalmente de la señora Brown y salgo del salón. Me dirijo directamente al casillero de Hannah, sin necesidad de ir a mi casillero por mis libros ya que como se acerca el final del año escolar los profesores ya no mandad tareas si no solo documentos preparatorios para poder estudiar en casa. Solo debo doblar por el laboratorio y llego a su casillero, cuando Amber y Raaya aparecen de la nada.
-Ivy!!! -Raaya grita y Amber voltea los ojos riéndose
-Raaya!!! -grito con la misma intensidad y rio
-Cómo estás? -Amber pregunta preocupada
-Bien? Por qué? – estaba igual de preocupada que ella
-El sábado se fueron, -Amber comienza, pero enseguida abre paso a la palabra de Raaya -Sí, dile a Hannah que me debe ese baile -Amber asienta con la cabeza y continúa – Y hoy no vinieron a la hora del almuerzo.
-Oh! – parecíamos tan mal?
-Se pelaron? -Zach se mete a la conversación y sin darme cuenta a nuestro circulo también.
-No, no!, no nada que ver chicas -Zach me mira -Digo, chicos.
-Entonces? -Raaya insiste
-Uhm... - no estoy segura de sí debería contarles -Pues, - I mean, son nuestros amigos, no? -Pasó algo en casa de Hannah y pues quería estar un poco apartada, así que comimos solas – no les voy a contar todo tampoco.
-De acuerdo, está bien – Amber parece estar menos angustiada
-Bueno! Raaya quiere saber si el miércoles quieren ir a su casa -Zach la corta colocando sus manos en sus bolsillos
-Zach! -Raaya dice con furia -Era mi invitación! -ella lo mira mal
-Bueno sí... -Raaya retoma apenada -Es para estudiar y conversar, tómalo como una tarde de estudio y de charla al mismo tiempo.
-Qué dices? Vienes? -Amber pregunta
-Sí, seguro!
-Bueno, mañana vengan a comer con nosotros, sí?
-Sip, no te preocupes Amber -ella me sonríe y yo hago lo mismo
Nos despedimos y sin apuro alguno voy al casillero de Hannah. Cuando llego pienso en sorprenderla, pero me detengo cuando escucho que alguien está llorando por detrás de su casillero. Era Hannah. Era ella quien estaba llorando y sus amigas la estaban consolando.
-Tal vez ya se les pase Hannah -Lilly decía
-Sí, solo están molestos porque llegaste al día siguiente -Antoinette continúo. Hannah estaba llorando porque sus papás estaban molestos con ella?
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No es raro, pero tampoco común.
Teen FictionLa historia de un par de chicas,una de ellas ya salió del clóset y la otra...está en ello. Ellas no son más que adolescentes en el colegio. Su relación no es rara, pero tampoco común.