Capítulo 33

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Mi cabeza comenzó a doler. Un pinchazo tras otro resultando en un dolor incesante y en aumento.
Sentí como mis ojos se humedecían ante la sensación, deseando dejar escapar algunas lágrimas que aliviaran un mínimo aquella repentina tortura.
Todo había comenzado con aquel mensaje, como si fuera un interruptor conectado directamente a mi cabeza.

Aparecieron voces, no podía distinguirlas y se escuchaban distorsionadas. Mis oídos dolían y parecía que mi cabeza iba a explotar en cualquier momento.
A pesar de estas sensaciones desagradables que seguían apareciendo, traté de concentrarme en las voces.
«Después de todo lo que pasó».
Aún no podía reconocerlas, escuchaba mucho ruido, las voces apenas eran audibles por lo que me costaba seguir la conversación.
«Sabes que me arrepiento».
Miles de sonidos diferentes interferían.
«¿Qué crees que pensará de ti?».
Era como estar rodeada de personas y vehículos, motores de coches, risas, conversaciones, todo se mezclaba en uno.
«Se alejará de nuevo».
Me centré en la respiración, cinco segundos de inhalación, cinco de exhalación.
«No puedes rehacer algo que se volverá a romper».
A pesar del estrés por no poder obtener información de la procedencia de aquellas voces, intenté mantener la calma.
«Se siente como si hubiera vuelto atrás en el tiempo».
No terminaba de oír, se me escapaban muchas palabras, cosas que podrían ser importantes.
«Volverá a golpearse, y esta vez más fuerte».
Los sonidos comenzaron a disminuir, el ruido dejó de ser molesto y las voces se hicieron más audibles. Solo escuché una última frase antes de que todo quedara en completo silencio.

«Solo estás acelerando el proceso».

Unos minutos después de lo ocurrido me paré a pensar. Volví a leer el mensaje de You.
Debía dejarle su propio espacio por ahora, por mucho que me gustase la idea de seguir viéndola a diario.
No envié nada de vuelta, no sabía cómo una respuesta podía afectar a la situación, así que simplemente decidí no hacer nada al respecto.

Una cosa menos de la que preocuparse. O quizás una fábrica de pensamientos que no abandonarían mi cabeza hasta dentro de unas semanas.
De todas formas, elegí pensar que no se trataba de algo malo.

___

—¿Me dejarías si fuera un gusano?
Por dios, de nuevo esa pregunta no. Me reí ante aquella estupidez.
—You-chan, si fueras un gusano serías mi gusano —respondí agotada.
—¿Por qué suena cómo si estuvieras cansada de mí? —bromeó. Sonreí.
—Mi turno de preguntar. —tomé la oportunidad. Ella levantó una ceja, pero no me cuestionó. —¿Me dejarías de hablar si yo hubiera hecho algo malo?
—¿Por ejemplo?
—No lo sé, hacerte sentir mal.
You se lo pensó unos segundos.
Traté de ponerla en situación, pero el no saber la razón por la que me había dejado de hablar hizo complicada la pregunta.

—Nunca dejaría de hablar contigo —aseguró. —A menos que pasara algo realmente grave.
No sabía si eso debía provocar alivio en mí, pero fue al contrario.
Estaba segura de que yo no había hecho nada. ¿Entonces habría pasado algo muy malo?
—¿Todo bien Chika-chan? —preguntó con preocupación. Yo asentí.
No debería de preocuparme tanto.

___

Tardé mucho en conciliar el sueño aquella noche.  Apenas desperté pude notar el cansancio.
Aún así fui al instituto con más motivación de la normal. ¿La razón? Había decidido que al final del día debía haber descubierto algo.
Ya sabía que el optimismo por conseguirlo no aseguraba nada, pero también estaba dispuesta a hacer lo que fuera.

Aún me quedaban muchas cosas por aclarar, Eiji, la razón por la que You me dejó de hablar, el origen de mis sueños extremadamente realistas...
Era hora de encontrar respuestas. Cada día sentía una conexión más cercana con You, y eso no indicaba nada bueno, ya que últimamente dormía más de lo que debería.

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