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Taeyong estaba en su oficina, se encontraba revisando varios correos electrónicos pendientes, pensaba hacer una exposición de sus obras para noviembre así que entre contratos y palabras estaba estresándose. 
Pasó su mano por su cabello y suspiró, las ganas de tirarlo todo a la mierda y correr lejos lo perseguían cada día, llevaba horas delante su computadora y aún no terminaba, necesitaba un poco de aire para que su mente tuviera tiempo de procesar sus preocupaciones, se sentía encerrado y frustrado. 

LLevaba más de un mes sin ver a Ten, aquel chico lleno de estrellas y sustancias seguía sin salir de su mente, vovió un par de veces al bar pero nunca lo vió de nuevo, como si se hubiera esfumado con el humo de los cigarrillos que adornaban sus labios. 

Taeyong salió de su oficina y se dispuso a caminar por las calles de San Diego, con un abrigo por el amargo frío que golpeaba su cuerpo,  respiró y soltó vaho por sus labios, volvió a respirar y su estómago pidió comida, después de todo lo único que había hecho desde las 9am era estar pegado a una patalla. 
Dieron las 6pm y se acercó a una tienda de convivencia cerca del parque por el que pasaba, un sándwich estaría bien como cena, tomó un sándwich de pollo junto un agua mineral y después de pagar salió de nuevo a encontrarse con el conflictivo frío. 

Estuvo a punto de dar su primera mordida al sándwich hasta que vió un delgado cuerpo ser tirado fuera de una de las tiendas cercanas, un tipo grande le gritaba mientras pateaba su estómago tres veces seguidas, le dijo cosas que Taeyong sabía que ni siquiera deberían decírsele a una persona.

El pequeño cuerpo en el suelo le gritó, con su voz desgarrada gritó que lo dejara en paz, a la distancia se podía ver sangre en su rostro, el tipo grande pateó por una cuarta vez su cuerpo y volvió a entrar a la tienda. 
El hombre en el suelo gritó una maldición guiada por la ira, no podía siquiera levantarse del suelo, Taeyong sintió compasión. 

Aún con su cena en mano caminó cerca del tipo, su corazón saltó al acercarse lo suficiente y reconocer el arrugado rostro del tailandés, corrió rápidamente a él y se arrodilló a su lado.

— Ten ¿qué mierda? — Taeyong masculló tomando el delgado cuerpo del suelo, Ten se quejó. — Vamos lindo, levántate. — Taeyong cargó a Ten al 'estilo princesa' hasta una banca cercana, él se volvió a quejar. 

— Bájame, bájame ya. — Ordenó.

—No estás bien — dijo sentándose con él sobre sus piernas — ¿Estás bien?

—¿No acabas de putamente afirmar que no lo estoy? — dijo Ten fastidiado, Taeyong sonrió cayendo en cuenta de sus palabras, Ten puso su mano sobre su abdomen y suspiró de dolor, Taeyong habló: 

—Hay que llevarte a un hospital Ten, no estás bien.

—Solo tengo que llegar a mi casa, no es la primera vez que paso esto. — empujó el cuerpo de Taeyong y cayó de nuevo al suelo, Taeyong volvió a levantarlo, esta vez lo sentó a su lado. — Vete ya Taeyong — Ten lo miró a los ojos. 

— ¿Quién es es tipo? ¿por qué te golpeó? — Taeyong levantó la camisa de Ten, él no lo detuvo, miró los moretones que se formaban en su abdomen y costillas, volvió a mirarlo. 

— Es el tipo que me alquila el lugar en el que vivo, quería sexo a cambio del pago del mes y no se lo dí — lazó otra maldición — no tengo dinero para pagarle y tampoco voy a follar con él, estoy en la calle. — comentó preocupado, volvió a quejarse por una aparente oleada de dolor — ¿Tú qué haces aquí pintor? ¿No deberías estar jugando con colores o algo así?

—Salí a caminar — Taeyong dió una mordida a su Sándwich que aún no soltaba — vi como tiraban a un lamentable chico en la calle y como lo golpearon, cuando me acerqué me di cuenta que eras tú. — dio otra mordida — es todo. 

— Ridículo — Ten dijo con una sonrisa. 

Después de eso ninguno dijo nada, Ten montó sus piernas al regazo de Taeyong y éste no dijo nada, continuó comiendo hasta terminarlo, tomó agua y le ofreció al chico a su lado quien aceptó un poco, no hicieron nada más que mirar a la puerta de tienda de la que el más bajo había sido expulsado. 

Taeyong tomó una decisión rápida y después de quitar cuidadosamente las piernas del castaño sobre las suyas se levantó y entró a la tienda.
Ten sintió algo de pánico al pensar que Taeyong había entrado a pelear con Hunter, trató de mover su cuerpo pero este no respondía adecuadamente, al levantarse cayó al suelo de dolor, Taeyong salió de la tienda segundos después con una pequeña bolsa en su mano, al ver a Ten en el suelo solo sonrió. 

—¿Te caiste bebé? — se burló de él. 

— Vete a la mierda — Taeyong lo volvió a subir a la banca y se arrodilló entre sus piernas. 

Taeyong abrió la bolsa y sacó un tubo de crema para moretones, vendajes, desinfectante, paños húmedos y banditas de la película 'Trolls'. Ten lo miró mal al verlas. 

— Eran estas o de princesas — dijo Taeyong en su defensa. 

—Prefiero de princesas, los trolls quitan todo mi estilo. — Taeyong rió, tomó uno de los paños húmedos y limpió el poco de sangre olvidada que comenzaba a secarse cerca de la boca del tailandés, se quejó. — Duele. 

— Lo sé. — fue lo único que dijo.

Tomó otro paño y aplicó desinfectante sobre él, lo acercó a la pequeña herida cerca del labio de Ten y éste se quejó, no le importó y continuó. después de colocar una de las banditas en la herida levantó su camisa y abrió el tubo de la crema, puso un poco sobre su dedo y aplicó la fría crema en los moretones en su abdomen. 

Taeyong colocó la venda al rededor del abdomen de Ten y después de asegurarse de que todo estuviera bien asegurado volvió a bajar su camisa.

— Me gusta esta posición — comentó Ten desacaradamente. 

—¿Eres ninfómano? — Ten golpeó su cabeza — cada que te veo quieres sexo o estás teniendo sexo, es normal preguntar. 

— Me gusta el sexo y otras cosas — se quedó en silencio un momento — ¿quieres prestarme dinero?

—¿Quieres que pague tu alquiler? — dijo volviéndose a sentar a su lado, puso su mano sobre la pierna de Ten. — Puedo hacerlo. 

— Nunca dije para qué el dinero — Taeyong se quedó pensando y recordó aquel día fuera del bar, las pupilas dilatadas del hermoso chico frente a él delataron su consumo de drogas, Taeyong negó con la cabeza. — ¿No qué? — preguntó Ten. 

— No voy a patrocinarte drogas, nunca haría eso. 

— Voy a morir si no consumo. —Trató de convencerlo.

— Entonces muere — dijo sin más — Te ves mal, te ves delgado y acabado, es mejor verte muerto que verte peor. 

Taeyong realmente no sabía que decir, sabía que no quería ver a Ten morir, era claro, peor tampoco quería verlo hundido en las drogas. 
No mintió cuando dijo que se veía mal, estaba muy diferente a la última vez que lo vió, más delgado, más apagado, al levantar su camisa vio como comenzaban a marcarse sus costillas, Taeyong no está de acuerdo con esto. 

— No voy a morir sin antes follar contigo — Taeyong lo miró. —es una meta personal. 

—No pienso follar con un adicto, nunca caería tan bajo


𝑀𝑦 𝑚𝑢𝑠𝑒 - 𝑡𝑎𝑒𝑡𝑒𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora