𝗖𝗢𝗟𝗢𝗥𝗦;ˡʲᶰ

Capítulo VIII

— Lo siento, solo tengo que pasar por la casa muy rápido. Dejé algo allí. — murmuró Jeno mientras conducía por el camino de entrada después de haber estado con ella todo el día.

Habían ido a todos sus lugares favoritos. Un café para perros. Centro de juegos. E incluso la llevó de vuelta al mismo lugar donde habían tenido su primera cita.

— ¿Por qué no vienes y saludas a los chicos? Siempre es un gusto verte.

—Sí, suena bien. — contestó ella con una sonrisa, saliendo del coche.

Ella lo siguió por la entrada principal, sorprendida al encontrar toda la casa completamente oscura cuando la pisó. No podía ver ni una sola cosa mientras la puerta se cerraba detrás de ella.

— ¿Jeno? — Llamó, de repente consciente del hecho de que ya no estaba a su lado. — ¿Hola?

De repente, todas las luces se encendieron, toda la habitación explotando en colores brillantes.— ¡Sorpresa! — gritaron los muchachos.

Ella no podía creer lo que veía. Toda la habitación estaba cubierta de globos y confeti, todos los chicos, incluyendo a Jeno, saltando con enormes sonrisas en la cara.

—¡Feliz cumpleaños, Hyewon!— Gritaron juntos, todos se acercaron a saludarla.

—¡Oh, Dios mío! — exclamó ella, incapaz de contener su excitación. —¿Has hecho todo esto?

Jeno asintió mientras se acercó a ella, tirando de ella en un apretado abrazo. —Espero que te guste.

— ¿Gustar? ¡Este ha sido el mejor cumpleaños de la historia! — dijo con una risa.

—Feliz cumpleaños. — dijo Taeyong con una sonrisa mientras le daba un ligero abrazo. — ¿Qué te pareció?

— Es increíble.— Ella se rió mientras Jaemin le dio un abrazo también. —¡Esto es genial!

— Bueno, puedes agradecerle al Sr. Eye smile de allí. — dijo Jaehyun asintiendo con la cabeza hacia Jeno. — Él planeó todo esto, nosotros solo arreglamos mientras estaban fuera hoy.

— Creo que podría ser la chica más afortunada del mundo. — dijo ella alegremente. — Gracias, Jeno.

— Bueno, ¿a qué estamos esperando?— preguntó Johnny con una sonrisa. — ¡Que empiece la fiesta!

***

Después de una noche de baile con los chicos, era seguro decir que Hyewon estaba exhausta. Feliz, pero agotada, y no quería nada más para pasar el resto de la noche relajándose.

Se acomodó en el sofá junto a Jeno, después de haber podido convencer a Kun, con la ayuda de Lucas, de que la dejara quedarse. Por supuesto, pensó que era con uno de sus primos, no con otra pandilla, pero lo que no sabía no lo mataría.

Jaehyun le había dado algo de ropa para que la tomara prestada y todos los dreamies ahora estaban reunidos en la sala de teatro gigante de NCT, mantas, almohadas y colchones apilados por todo el piso para una fiesta de pijamas gigante.

— ¿Qué pasa, Hyewon? —preguntó Jeno al notar que constantemente tiraba de su cabello sobre su hombro, la ropa que Jaehyun le dio era un poco demasiado grande.

— Nada, nada. —murmuró, volviendo rápidamente a ponerse las manos a los costados—.

— ¿Tienes algo en el cuello? ¿Estás herida? —preguntó insistentemente, sentándose más derecho mientras Mark preparaba la película.

—No, es solo que...— Suspiró, al verlo mirarla con preocupación mientras se apartaba el pelo con cuidado. — Me hice esta cicatriz hace unos meses cuando un cuchillo atravesó mi traje de misión y es incomoda.