Treinta y ocho

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Tanto Jeonghan como Jihoon, estaban felices de que Chan haya vuelto en sí, pues significaba que aún había una esperanza de recuperar todo lo que perdieron. Sin embargo, Jun y Wonwoo seguían confundidos, aunque cada vez era más claro que ellos habían perdido la memoria, o se las habían cambiado, y no a Jeonghan y a Joshua.

—¿Entonces algo nos ocurrió?— preguntó Jun al ver cómo Chan abrazaba amorosamente al desconocido.

—Sí, solo que no sabemos el qué. ¿Ustedes tienen alguna idea?— preguntó Jeonghan mirando a Chan y luego a Samuel.

Ambos negaron y el primero en hablar fue Samuel —no estoy muy seguro, porque mi mente tiene tantos recuerdos, que es un poco difícil de distinguirlos.

—Es como cuando duermes y despiertas de un sueño; recuerdas partes, pero no sabes el orden, y algunas cosas no tiene coherencia, o es como si pertenecieran a otro sueño reciente— explicó Chan.

—Bueno, nunca en mi vida he dormido, ni tenido sueños, así que no sabría explicarlo así— agregó Samuel.

—Tampoco yo recordaba esa sensación de despertar de un sueño— volvía a hablar el pelirrojo —pero lo que siento en mi cabeza, es exactamente eso. Sé que estaba haciendo algo— cerró los ojos tratando de recordarlo —estaba... caminando... uhm...

—Seungkwan dijo que brindáramos— agregó Samuel al hacer el mismo ejercicio de recordar lo último que hizo antes de que su mente fuese confundida.

—¡Sí, sí! Seungkwan dijo que nos reuniéramos a brindar, y que los esperaríamos para cuando nos avisaran...

—Tengo la sensación de que hubo un estallido, pero no tengo un recuerdo de uno.

—Sí, yo también, es extraño...

—Ustedes son extraños— dijo Wonwoo al seguir sin entender nada —¿saben qué? Estoy harto de esto, me iré a casa.

—Claro, la puerta principal está a la izquierda— dijo Jihoon y todos observaron a Wonwoo marcharse.

El vampiro caminó por el pequeño pasillo, llegó a la puerta que Jihoon le había indicado, y la abrió, se encontró con la casa, pero había una sensación extraña en ella, aún así intentó dar un paso afuera, pero de inmediato la imagen de la casa se alejó, y una infinidad de escaleras se formó ante él. Gruñó y regresó enfadado a la habitación.

—¡Déjame salir de aquí, demonio!

Jihoon sonrió —¿cómo me llamaste?

—Lo que escuchaste, demonio. Siempre eres tan irritante, ¿podrías dejarme en paz por un segundo?

Todos abrieron los ojos con sorpresa y Jeonghan preguntó —¿ya recordaste todo?

—¿Recordar qué?— se sentía muy enfadado.

—Bueno... todo— dijo como si fuera obvio.

Wonwoo cerró los ojos con frustración, rascó su cabeza y dijo —mi cabeza es una locura. Tengo recuerdos de una vida que nunca he tenido, y no sé cuál es la sí he vivido. Yo... ¡Necesito un venado fresco al cual pueda matar y succionar la sangre!— dijo exasperado.

—Una vez Mingyu me dio de comer venado— recordó Jihoon y Wonwoo lo miró.

—¿Y eso que?

—Uhm nada, solo me acordé— sonrió —te llevaré al mundo real para que puedas cazar.

Antes de que Jihoon lo sacara del mundo, Joshua llegó veloz a la habitación —yo voy contigo. Hannie, ¿te haces cargo?

Jeonghan asintió —¿quieren conocer a alguien?

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