Hola bellezas! Nueva novela para mí y para ustedes. Espero que les guste.
Hay datos que no corresponden a la realidad y otros que sí. Eso se va dando según lo que necesite para lo que tengo en mente para la historia.
¡Ahora si! Damos comienzo❤️Leandro
Me despierto con un dolor de cabeza que me mata al instante, la luz de sol no deja que abra bien los ojos y siento un peso extra, en realidad dos, sobre mi cuerpo, que tampoco deja que me levante.
Parpadeo un par de veces hasta que logro abrir los ojos ya que, se acostumbraron a la luz del día. Me encuentro en una cama con dos mujeres al lado, ambas dormidas y desnudas. Empiezo a correrlas sutilmente e intento bajar de la cama sin que ninguna se despierte.
También estoy desnudo, tengo marcas en el cuerpo de lo que fue una noche de pasión con esas dos mujeres. Voy al baño, hago pis, lavo mis manos y busco la ropa que está tirada en el piso, controlo tener todas mis cosas y salgo del lugar en donde me encuentro.Nada de lo que relaté es extraño para mi. Soy esto. Salgo con amigos y la noche la termino con cualquier pibita en la cama. No en mi cama, nunca las llevo a mi casa. Siempre trato de que sea la casa o el departamento de la chica o bien, algún hotel.
Encuentro mi auto entre una multitud y de a poco voy saliendo del estacionamiento de lo que, al parecer, es un hotel. Una vez en la calle, coloco el gps y marcho para mi casa, hoy tenemos directamente el entrenamiento a la tarde-noche y de ahí concentramos.
Llego a mi casa y voy directo a bañarme, antes preparo la ropa, el toallón y caliento el agua para el mate. Seguramente salga a comprar algo para tomar y comer. No hice las compras del mes y faltan varias cosas. Elena, que es la mujer que limpia la casa prepara la lista siempre y la deja pegada en la heladera. No sé qué sería mi vida sin Elena.
Luego de una ducha reparadora preparo el mate y me quedo un rato con el celular. Bastante aburrido, viendo algunos videos y cuentas de fútbol. Así pasa casi una hora, decido agarrar la lista e ir a comprar. El mercado no está muy lejos de casa, aun así voy en el auto porque tengo muchas cosas que traer.
Salgo del auto encapuchado y con anteojos de sol, siempre estaciono bastante cerca de la puerta de entrada del mercado para poder subir al auto rápidamente. Agarro un changuito y comienzo la gira para encontrar todo lo que tengo anotado. Primero voy a pasar por la parte de electrodomésticos y tecnología y luego por la panadería.
Valentina
El día es bastante agotador, no dejo que la mala onda de la gente me llegue pero a veces es inevitable. Soy Valentina, trabajo en una panadería que se encuentra en el centro de la ciudad, dentro de un mercado que es enorme, suelo trabajar por la tarde pero, le cambié el turno a mi compañera porque rindo un final. Ya faltan unos minutos para que se cumpla mi horario y me puedo ir a casa a prepararme. El día de hoy es bastante largo. No creo que tenga 24 horas como todos. Atiendo dos o tres personas más y veo que se llena el lugar de personas buscando distintas cosas, realmente esta panadería es popular por la zona. Observo, mientras sigo pensando veo que hay un chico dando vueltas y que le piden fotos, pasa desapercibido apesar de tener capucha pero, no para unos chicos con camiseta de la selección argentina. Veo que se aleja un poco pero, no logro observar quién es, vuelvo a la realidad cuando mi compañera se aparece en frente de mí chasqueando sus dedos y recuerdo que tengo que irme.
¿Cuántas veces habremos coincidido en esta vida, con aquella persona que se vuelve especial para nosotros y nosotros no nos hemos enterado? Definitivamente a Leandro y a Valentina les acaba de pasar. Quizás éste no era el momento de encontrarse, quizás este no era el momento para cruzar sus caminos por unos instantes, quizás así estaba escrito en el destino. Que sus caminos coincidieran pero que ellos no se den cuenta.
Valentina
Sin dudas este día fue eterno, llego de la facu, un final más que rindo y quedan... No importa cuántos quedan, ya perdí la cuenta y mejor así, porque me vuelvo paranoica en tan solo poco minutos.
Abro la puerta de mi casa, vivo sola, en una casa inmensa, una casa que me vio crecer, una casa que vio a mis padres forman una hermosa familia, una casa que los vio morir. Mamá se fue primero a causa de una enfermedad terminal, papá la siguió a los meses, por depresión.
Entro y dejo los zapatos en la entrada, me coloco mis pantuflas, es una costumbre que adoptó mi mamá cuando trabajaba de empleada doméstica.
Saludo a mi gata, Palta, que viene a meterse entre mis piernas para darme la bienvenida, budín sin embargo, se queda en su lugar, me mira con indiferencia y se vuelve a acomodar. Ese gato es de lo más arisco que hay en la vida.
Pongo la tele, saco una vianda del freezer que tiene lasagna de verdura y la caliento. Suelo preparar los fines de semana comida para freezar y así tener una opción rápida los días que no tengo ganas de nada. Mientras espero que la comida se caliente, me cambio.
Hoy la ciudad está bastante tranquila, me quedo mirando desde el ventanal de mi habitación y de lejos escucho cómo el microondas terminó su trabajo.
Bajo la escaleras en musculosa y short, me dirijo al microondas, saco mi plato y busco una copa para tomar un poco de vino mientras ceno y miro algo de tele.
Adoro los viernes, los fines de semana no trabajo en la panadería y así comienzan mis días de descanso.
Leandro
Luego de preparar el mate, me acomodo en el living, estoy esperando que se haga la hora para poder ir al club y concentrar, este fin de semana tenemos partido y ya estoy con la mente puesta en eso, al menos eso creo cuando recibo el mensaje de Daniela, es una íntima amiga que conozco hace años, está de novia con un chico que conoció en Roma cuando se vino a vivir acá por trabajo. Y obviamente es íntima porque tenemos encuentros secretos. Es la única que llevo a la cama frecuentemente, sólo porque es muy cuidadosa y tiene mucho por perder, incluso más que yo...
A los minutos de recibir su mensaje, toca timbre y veo por la cámara que es ella. Toco el botón para abrir la puerta desde adentro y veo cómo entra en su auto negro. Baja cuando está cerca de la puerta y veo que trae un vestidito corto, como me gusta a mí. Abre la puerta y sin saludo ni intercambio de palabras, la levanto para que rodee mi cintura con sus piernas y la llevo para el sillón, cuando llego allí la tiro y comienzo a embestirla con la ropa puesta. La ropa nos estorba y el simple roce de nuestros cuerpos hacen que entremos en calor inmediatamente. La beso por el cuello sin parar, la boca es lo único que no puedo besar de su cuerpo. Ya no puedo esperar más y le saco todo eso que estorba.
Luego de ponerme el preservativo, entro en ella sin pedirle permiso. Sin piedad comienzo a embestirla pero esta vez como corresponde. Y lo demás es historia.
Al cabo de unos minutos, salgo de ella y voy al baño. Entro a la ducha, ella hace lo mismo, no nos tocamos, nos miramos simplemente, ella sonríe con malicia y yo tengo ganas de darle otra vez pero en la ducha. No hago ningún amague ya que, recuerdo que tengo entrenamiento.
Sale ella primero, se seca, se cambia y sale del baño. Luego es mi turno, como no agarré ropa, voy hasta el living a buscar todo y me doy cuenta que ya se fue.
Me cambio, miro la hora y termino de acomodar todo porque ya me tengo que ir.
ESTÁS LEYENDO
Te llevo en mi piel
FanfictionLeandro Paredes es jugador de la Roma y de la selección argentina de fútbol. Vive una vida completamente profesional. Se dedica noche y día a entrenar y a prepararse para lo que le espera en cada enfrentamiento deportivo. Compromiso, responsabilida...