Un día de Enero [Sabo x Koala. One Piece Fanfic]

Parte 2 (Sabo)

Llegar a la orilla de la playa de la isla solo era el primer paso para poner a Koala a salvo. Con sumo cuidado, la puso sobre su brazos y fue buscando algún lugar seguro para resguardarse, le bastaba con una cueva o algo similar, solo quería un sitio relativamente seco para poder atenderla.

Para su suerte, aunque la isla llevaba ya un tiempo deshabitada, todavía quedaban esbozos de la civilización que antes la ocupaba, y ruinas de casas y centros de salud alcanzaban a divisarse a lo lejos. Sabiendo esto, Sabo entró al primer lugar que vio con algo de insumos en buen estado, organizando todo lo más rápido que pudo, para acomodar a la chica cerca de una destartalada chimenea, encendiéndola para ayudarla a entrar en calor.

No sabía casi nada de primeros auxilios, todo este tiempo había creído que no lo necesitaba dada su resistencia, pero ahora le hubiera gustado prestar más atención a las clases, porque se sentía sumamente perdido. Por lo general, era ella quien siempre lo salvaba en situaciones así, pero cuando los papeles se tenían que invertir ¿Realmente podría hacer algo por ella?

Recolectó cuánta cosa vio que podía usarse: algodones, vendas, alcohol, pinzas y curitas, no sabía si eso era todo lo que necesitaba, pero algo era. Contrario a él, su novia si era una chica seria que ponía atención hasta a lo más aburrido, por lo que se le ocurrió husmear en la mochila mojada que ella llevaba consigo, con esperanza de hallar algo útil.

Al hallar su agenda, si bien encontró algunos apuntes borrosos por el agua que le podían servir, su curiosidad pasó del asombro y luego al enojo al hallar el calendario y ver la anotación del siguiente día: "6 meses... Ni siquiera recordaba cuanto tiempo había pasado".

Soltó alguna que otra palabrota en medio de su frustración, regañándose a si mismo, y hasta resignándose de que, luego de ese día, le iban a terminar por tan estúpido que había sido con ella.

— Si al menos me van a terminar, espero que pueda hacerlo adecuadamente.

Con triste resolución, agarró en mano lo recolectado, le echó una última ojeada a los apuntes de Koala, y se dispuso a acercarse a ella para tratarla, aunque antes de eso, la chica parecía ya haber vuelto en si.

— Sabo-kun... ¿En dónde estamos? - habló con algo de mareo, tratando de levantarse, más el dolor la pasmó, aunque aguantó cualquier grito de dolor en ese momento -.

— Espera, no te fuerces, déjame ayudarte - con delicadeza la tomó para ayudarla a sentarse - iba a tratar tus heridas, estamos en un viejo centro de salud en la isla desierta de ese país y encontré algunas cosas que pueden servir.

— ¿De veras? - aún con la vista borrosa, divisó el improvisado botiquín del chico, sonriendo levemente - si es así, te guiaré si lo necesitas. Lo primero, es que retires las balas, si es que quedaron incrustadas en mi cuerpo.

— Eso lo sé, leí tus apuntes - expresó casi que con queja, no quería que ella fuera la principal en ayudarse a sí misma - déjame ayudarte, sé lo que hago.

— vale vale, realmente estas más enojón de lo normal - aprovechó para reclamarle, a la par que iba desabrochando su camisa -.

— Lo siento, no es mi intención - tomó un respiro para tratar de tranquilizarse y no desquitarse más con ella. Al notar la intención de la chica, se hizo precisamente a sus espaldas, para no dar un mirón curioso cuando no lo ameritaba - ¿Necesitas ayuda con eso? - preguntó un tanto nervioso -

— Solo para terminar de quitarla, me duele mover los brazos.

— Entendido - una vez vio que estaba desabrochada se acercó para ayudarla a sacarse la prenda. Volvió a regañarse a sí mismo, su corazón de hombre se aceleraba un poco ante el tacto, aunque de inmediato, si algo había subido, se bajó de golpe al ver el tatuaje en la espalda de Koala, no pudo disimular quedar estupefacto, no sabía nada de su pasado como esclava -.