Capítulo II

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Neully Sur Seine/ Francia Febrero 2018

¿Cómo era posible que en menos de un mes de haber comenzado el año todo se había vuelto un desastre?, ¿Cómo era posible que una persona por culpa de los celos fuese capaz de hacer lo que hizo llamándonos enfermos por algo que simplemente paso?

Iba corriendo por las calles de aquel lugar, la llovizna era muy poca, y aunque el día fuese hermoso por el inicio de la primavera todo en este lugar era horrible y lúgubre, seguía corriendo deseando llegar a casa, ¿Por qué de todos los días justo hoy tuvo que pasar todo aquello?, justo hoy que no me encontraba en el colegio porque a mi padre se le había ocurrido la maravillosa idea de llevarme a una de sus tantas reuniones por petición de mi abuela, porque según ella "era momento de que ya fuese parte de la compañía y saber su funcionamiento si quería en algún momento de la vida ser el dueño de todo aquello", tonterías, aún faltarían años para poder entrar en ella. El sudor brotaba por mi camisa de vestir. Jeremy había llamado tantas veces que tuve que pedir permiso en plena reunión y poder responderle.

- "¡Han golpeado a Elena! - fue lo primero que dice entre su rabia - no fui capaz de ayudarla porque estaba en el taller de baile, ¡No sé cómo pero ellos sabían que no estarías hoy en el instituto y yo estaría ocupado!, supe que había sido golpeada porque August me busco en la clase".

Y eso fue más que suficiente para que yo saliera del lugar sin decirle nada a nadie, luego me encargaría de darle alguna explicación a mi padre, estaba seguro que él lo entendería.

Al llegar a la casa quitó el chal que tenía puesto y deshago la corbata que me estaba asfixiando, siempre he pensado que este tipo de ropa era horrible y no iba en nada con mi gusto personal, pero era algo que tenía que lidiar una vez comience a trabajar en la empresa familiar. Voy hasta el jardín de la casa, comienzo a ver alrededor hasta que la encuentro, sin pensarlo dos veces subo al gran sauce llorón que teníamos en la casa y era nuestro lugar para escapar todas las noches y hablar hasta el amanecer. Me siento a su lado y lanzo un suspiro.

- Es sorprendente como de un momento a otro este sauce ya volvió a botar sus hojas y caer hasta el suelo, ¿Viste las flores que están alrededor?, tú y tu madre las han cuidado de tal manera que ahora se ven mucho más hermosas que antes. ¿Cómo lo hacen?, ¿Acaso les cantan? - pregunto volteándome a verla. El corazón se me parte al observarla - voy a matar a esos desgraciados. - Siseo entre dientes.

La sangre me hierve, ¿Cómo pudieron hacerle algo así?, su hermoso cabello negro y largo bailaba al viento con aquellas hondas que parecían ser parte del mismo viento, su piel un poco más oscura de lo normal se encontraba con cardenales y algunos rasguños, pero la parte más golpeada era su hermoso rostro, su abultado labio ahora estaba roto, había un cardenal en su pómulo izquierdo y aquellos morados ojos que siempre mostraban un curioso brillo ahora estaban oscuros, empapados por el rímel corrido y llenos de lágrimas y de mucho dolor, está muerde su labio inferior, al instante con el pulgar quitó el labio de sus dientes.

- Te lastimaras mucho más si los muerdes - le digo.

Elena comienza a llorar de impotencia y de seguro de mucho dolor y es justo en ese momento que me prometí que al día siguiente golpearía y mataría a cada uno de ellos, sin importar si son hombres o mujeres, pagarán por hacerle sufrir. Rápidamente la abrazo fuertemente y esta mete sus frías y temblorosas manos por debajo de mi camisa como siempre hace cuando se siente mal y tiene frío para sentir mi corazón latir y poder calmarse.

- ¿Por... qué... ellos... hacen?

- Shh, no digas nada hermosa, así es la envidia, creen que haciendo esto harán que nos separemos, pero lo que no saben es que se arrepentirán de cada uno de los golpes que te dieron.

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