Mile apretó los puños. Sabía que el tenía razón. Lo más probable era que los laboratorios no trabajaran durante el fin de semana, así que el lunes sería lo más pronto que podría comenzar a interponer una demanda para
exigir sus derechos como padre. Sin embargo, una vez que lo hiciera, era mejor que Nattawin Sabin se anduviera con mucho cuidado.-Quiero ver a mi hijo -dijo él. En esa ocasión, su tono de voz fue menos exigente y acalorado.
-Entonces, cálmate y suelta el móvil.
Mile se guardó el teléfono en el bolsillo de nuevo.
-¿Contento?
Aunque Nattawin Sabin no parecía contento, asintió.
-Ahora, antes de que entres, tenemos que aclarar algunas reglas básicas.
Él tuvo que hacer un esfuerzo para no responder una grosería. Pocas personas se atrevían a imponerle normas. Pero Nattawin era distinto. Por el momento, acataría sus reglas. Aunque no por mucho tiempo.
-Tú dirás.
-Primero, no puedes gritar cuando estás en mi casa o cerca de Jared. No quiero que lo disgustes.
Jared. Su hijo se llamaba Jared.-¿Cuál es su nombre completo? -preguntó él, sin poder contener la curiosidad. De pronto, ansiaba saberlo todo sobre su hijo.
-Jared Thomas Wattanagitiphat.
-¿Por qué Thomas? -quiso saber él, preguntándose si sería una coincidencia.
-Por mi profesor de arte del instituto, el señor Thomas. Ha sido la única persona que me ha animado a pintar. También tú te llamas así, Mile Thomas, así que me pareció adecuado -contestó el, antes de proseguir con sus normas, -En segundo lugar, no le digas que eres su padre. Hasta
que no esté legalmente confirmado y los dos estemos preparados. No quiero que se preocupe ni se sienta confundido.-¿Quién cree que es su padre?
-Todavía no ha cumplido dos años. No ha empezado a hacerme preguntas sobre eso.
ESTÁS LEYENDO
*Secreto Descubierto*
Romance****Argumento: ***** ¿Lograría escapar del encanto de un seductor? El destino obligó a Nattawin Sabin Hayes a reencontrarse con el padre de su hijo, aunque no estaba dispuesto a rendirse a todas sus demandas. No iba a permitir que el poderoso y ri...