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ADISON

Las manos me temblaban ligeramente mientras sostenía la prueba de embarazo que Aron, Lucy, Erol y Jack habían traído de la farmacia. No podía evitar parpadear varias veces, tratando de procesar lo que esto podría significar.

—¿Acaso es...?

—Es solo por prevenir —dijo Lyra, interrumpiéndome suavemente.

Asentí, todavía en estado de shock, y subí las escaleras hacia nuestra habitación, seguido de cerca por Lucy y Lyra. Aron, Jack y Erol se quedaron fuera, respetando mi necesidad de privacidad. Cerré la puerta detrás de nosotras y me dirigí al baño, sintiendo el peso de la situación en cada paso que daba.

—Estoy aquí contigo, Adison —dijo Lucy, apretando mi mano con fuerza.

—Gracias, chicas —respondí, intentando sonreír, aunque mi corazón latía con fuerza.

Una vez en el baño, tome un profundo respiro y siga las instrucciones de la prueba. Los minutos que esperaban mientras el resultado aparecía se sintieron eternos. Lucy y Lyra esperaban en silencio a mi lado, ofreciéndome su apoyo incondicional.

Finalmente, la prueba mostró el resultado: dos líneas. Embarazada.

Salí del baño con la prueba en la mano, sintiendo que mis piernas eran de gelatina. Lucy y Lyra me siguieron de cerca, listas para sostenerme si era necesario. Al abrir la puerta de la habitación, encontré a Aron, Jack y Erol esperándome ansiosos.

—Adison? —preguntó Aron, su voz llena de preocupación.

Miré a Aron, tartamudeando ligeramente.

—Estoy... estoy embarazada.

El silencio se apoderó del ambiente durante un momento eterno, antes de que la noticia se hundiera y todos comenzaran a celebrar de repente. Jack levantó a Erol en un abrazo de oso, y Lucy y Lyra saltaron de alegría.

Aron me miró con una mezcla de sorpresa y alegría, y se acercó para abrazarme. Pero antes de que pudiera hacerlo, las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas. Mis emociones estaban a flor de piel, y no podía contenerlas más.

—Adison, cariño, ¿estás bien? —preguntó Aron, su voz llena de preocupación mientras me tomaba en sus brazos.

Las lágrimas seguían cayendo, pero esta vez no eran de tristeza. Eran de pura felicidad.

—Sí, Aron, estoy bien. Es solo que... estoy tan feliz —logré decir entre sollozos.

Aron me abrazó con más fuerza, y sentí su amor y apoyo rodeándome. Jack, Erol, Lyra y Lucy se acercaron, preocupados, pero también aliviados al ver mi sonrisa entre lágrimas.

—¡Esto es increíble! —exclamó Erol, tratando de contener su propia emoción.

—¡Vamos a ser tíos! —gritó Jack, su entusiasmo era contagioso.

La atmósfera se llenó de risas y abrazos. Todos estábamos emocionados y, de alguna manera, aliviados. Había sido un día lleno de tensión, pero ahora podíamos celebrar juntos la maravillosa noticia.

Mientras la celebración continuaba, todos comenzaron a hacer cosas graciosas para mantener el ambiente ligero y feliz. Jack, siempre el bromista, se ofreció a cocinar una cena especial para todos.

—¡Yo me encargo de la cena! —anunció, levantando la mano.

—¡Ni lo sueñes, Jack! —dijo Lyra, riendo—. La última vez que cocinaste, casi explota la lavadora.

—Vamos, no fue tan malo —protestó Jack, aunque su sonrisa delataba que sabía exactamente lo que había pasado.

—Tal vez esta vez podrías ayudar a poner la mesa, Jack —sugirió Lucy, guiñándole un ojo.

Promesas de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora