𝑬𝑭𝑰́𝑴𝑬𝑹𝑶 | LINGORM

Capítulo cuatro: occurrens.

"El mal es sólo un punto de vista. Dios mata indiscriminadamente, también deberíamos hacerlo nosotros. "
—Lestat.

—

Caos, terror y sangre era lo que llenaba aquella noche tan macabra, cómo si de un castigo divino se tratase, no parecía real, gritos y disparos se escuchaban aún en la lejanía, uniéndose en un huracán aterrador que azotaba la oscuridad. Pero aquellas dos chicas se habían permitido un pequeño momento para presentarse la una con la otra por fin, Ling le dio una última mirada profunda ya que debía ir a su deber, sabía que sus compañeros ya debían estar en el lugar luchando contra aquellas criaturas y debía apurarse, indecisa en si dejar aquella hermosa chica en aquel bosque oscuro le daba miradas rápidas y miraba la lejanía donde debía apresurarse, dudando.

— Debo apurarme, ven conmigo.

Dijo la pelinegra tomando la mano de aquella rubia que la miraba con ojos atemorizados y un tanto llorosos suplicando que la llevara junto con ella en sus adentros, lo que provocaba que Ling se pusiera aún más seria ante el asunto, sabía que no debía dejarla ahí, algo en su corazón se lo pedía, tal vez era la adrenalina de aquella noche tan caótica o sólo era su instinto protector, con rapidez emprendió su camino a una velocidad que sabía que aquella chica no podría seguirle ya que iba en zapatillas y escuchaba los quejidos bajos de ella, y eso le causaba algo de estrés.— ¿Me permites?— comentó rápido Ling inclinándose frente a ella para tomarla de la cintura y levantarla con la manos para lanzarla sobre su hombro, sin escuchar la respuesta de Orm, quedando esta boca abajo en el hombro de Ling mientras esta la sostenía de sus muslos con cuidado de su vestido, era considerada aún cuando hacía sus acciones un tanto cuestionables, pero todo era para apresurarse, su peso no era nada para el arduo entrenamiento que se sometía la pelinegra a diario lo cual se notó cuando siguió corriendo por aquel bosque frondoso cómo si nada.

Por el otro lado la reacción de la rubia fue todo un poema ya que ni siquiera le dio tiempo para contestar cuando ya se encontraba en los aires y yendo a la velocidad de la luz o eso era lo que sentía, dando pequeños gritos agudos por el miedo que le daba caerse mientras cerraba los ojos con fuerza y se sostenía cómo podía de la espalda de Ling ya que era lo único que podía ver al estar colgada al igual que la tierra, una pequeña sonrisa de la pelinegra se formó en sus labios ante la situación en la que se encontraban, le causaba un poco de gracia pero no lo diría.

— No te preocupes, no te caerás, te tengo.

Comentó en alto aún con la vista enfrente concentrada, observando a lo lejos cómo personas corrían atemorizadas hacía sus autos y otras se esparcían por todo el lugar, tratando de huir. Al llegar la bajo con cuidado y sacó sus armas de sus estuches viendo a todo su alrededor, observando cómo dos de sus compañeros se encontraban luchando con dos bestias que estaban en el piso de arriba de aquel Restaurant cercas del balcón, pero su atención fue capturada por una de las bestias que se encontraba persiguiendo a una mujer ya de edad avanzada por el jardín del lugar. Con velocidad apunto a la bestia y disparó varias veces provocando que esta cayera y soltara chillidos agudos altos de dolor, revolcándose en el suelo, sin pensarlo corrió hacía la bestia para que evitara seguir atacando a más gente inocente y sin piedad dio varios disparos en el corazón y cabeza de este, matándolo.