¿Tu cuarto o el mío?

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Más tarde en el departamento.

— ¡Mierda! —era la única forma de expresarse que tenía Rai cada vez que miraba el reloj.

Ya era la una de la madrugada y no había indicios de que Alo pisaría el departamento.

En cuanto pasó la puerta del estudio de tatuajes, salió decidida a esperar a que la chica llegara a su departamento y hacerle las miles y miles de preguntas que tenía dándole vueltas en la cabeza desde que la conoció. Sin embargo, esperar a Alo no estaba siendo nada fácil.

La tarde entera había sido un suplicio. Primero fue Alex quejándose por todo, desde la poca presión que Rai había puesto sobre Alo acerca del tatuaje, hasta como Yeriel le había dado su número de teléfono a ese "seguramente recién salido de la cárcel", según palabras del mismo puertorriqueño. Por supuesto, esto desató una pelea entre ambos chicos dejando nuevamente a Jean, que aún seguía un poco agitado por el susto que le pegó Alo, y a la misma Rai entre medio de ellos. Y por supuesto que, después de eso, todo siguió con Yeriel yéndose a dormir al departamento de Jean y con Alex yendo a algún bar de mala muerte a buscar a cualquier chico con el que pudiera pasar la noche. Objetivo que el puertorriqueño cumplió a la perfección porque horas más tardes, cuando Rai estaba empezando a leer un libro que le ayudara a pasar más rápido el tiempo, su amigo entró con un pelirrojo ebrio que fue a parar derecho a la habitación de su socia. La pelea de Yeriel y Alex fue el único momento en que Rai no quiso ver que Alo apareciera por la puerta, estaba segura de que si llegaba a ver la dramática forma en que Yeriel lloraba y la exagerada forma en que Alex lo trataba, la empresaria se quedaba sin su socio. No conocía a Alo, pero por la forma en que se había preocupado por el bailarín, Rai dedujo que la pequeña tenía un lado protector muy desarrollado.

Otra de las cosas que Rai optó por hacer ese día con vista a que el tiempo fuera más rápido, fue llamar a sus padres. Ella venía de una familia muy unida donde el respeto, cariño y comunicación nunca habían faltado. Por eso, tanto sus padres, su hermana o ella, se encargaban de hablar a diario y decirse cuánto se extrañaban.

La conversación con su padre fue desde campeonatos de golf, hasta obligar a que Rai le prometiera que los iba a visitar, hablaron de cuánto extrañaban a Rai en Los Ángeles y de cuánto Mía detestaba al vago de su novio, también de los negocios de Rai en Nueva York. Por su parte, Grinny; su madre, le contó acerca de cada preparativo que la pareja estaba llevando a cabo para el aniversario de su boda de plata, le chismeó acerca de su vecino y la manía del hombre de mirar a su madre mientras ésta tomaba sol en la piscina, despotricó también en contra de su novio y finalmente, para sorpresa de Rai, le preguntó por Alo.

Ahora bien, estos dos últimos temas consultados por cada uno de sus padres, eran dos mundos distintos para Rai. Mientras que en los negocios la rizada se movía como un pez en el agua, con Alo parecía el padre de Nemo entre las anémonas; sabía que si hacía un paso en falso se podía quemar o algo parecido.

Rai tenía un talento natural para los negocios, ya desde chica lograba que el estúpido vecinito de la casa donde creció, le cambiara el delicioso helado de leche cubierto en dulce de leche por su sana manzana, para ella era simple y todo le resultaba a su favor. Sin embargo, con la pequeña era distinto, con Alondra sentía que perdía cada vez que hacía un intento de acercarse a ella. Con la tatuadora, Rai sentía que era la última en ser reconocida. Alo no parecía tener la misma debilidad que ella sentía por la pequeña. En fin, todo el mundo de Alo le era desconocido y eso la frustraba cada vez más. Por esa razón, después de que se encargó de contarle a su madre la poca información que tenía, estuvo más decidida que nunca a quedarse hasta la hora que sea para enfrentar a la pequeña, su madre le había hecho ver cosas que quizás a ella se le estaban pasando y por eso ahora estaba recostada en el sillón con uno de sus libros preferidos y cada vez que miraba el reloj, suspiraba y volvía a insultarlo.

No soy para ti - Railo G!P (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora