Pajarito de papel

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Mi nombre es Sara Lehmann, tengo 7 años y voy a la escuela. Mi mamá, yo y mi papá vivíamos en una pequeña casa amarilla con puerta roja, tenía un bonito jardín con flores, como todas las casas de una gran ciudad. Era realmente una gran, gran, gran ciudad. Teníamos una vida tranquila, aunque a veces demasiado. Recuerdo como yo jugaba en la calle con los otros niños, a veces a la pelota, otras veces a la cuerda, otras veces a correr. Mi mamá me llamaba para cenar y después de terminar mi papá tomaba una hoja de papel con la que hacía un pequeño pájaro, siempre me pareció increíble como le daba forma a algo tan simple. Yo amaba ese momento con él.

Vivimos tranquilos por un buen tiempo, hasta que mis padres empezaron a tener miedo...Miedo a los monstruos. En las noches, cuando yo debía ya estar dormida, los escuchaba hablar en voz baja, de cómo el país se estaba llenando de perversos monstruos y sobre qué iban a hacer. Mi mamá lloraba ahogando las palabras porque tenía miedo de que los monstruos le hicieran daño a mi papá, a ella, e incluso a mí. El intentaba consolarla y tranquilizarla, la abrazaba y le decía que todo iba a estar bien. Con esa última frase, finalmente me dormía confiada.

Con el pasar de los días cada vez me dejaban jugar menos tiempo en la calle con los otros niños y había algunas veces en las que mi papá volvía a casa muy nervioso mirando siempre de reojo hacia la calle. Nunca me decían nada pero yo sabía que era por los monstruos.

Un día mis padres me hablaron en un tono muy triste, y me dijeron que papá se iría pronto a buscar un lugar en donde fuera seguro para que pudiéramos vivir los tres. No quería mudarme. Yo estuve pensando toda la noche qué haríamos en otro país, si podríamos escapar de los monstruos y si mi papá podría estar bien lejos de nosotras y solo.

A la mañana siguiente desperté y fui a la cocina a desayunar. Y vi que sobre la mesa de la cocina estaba la maleta de mi papá con algunas de sus cosas, entre ellas el sweater marrón que mamá le tejió. Él y mi mamá se estaban abrazando hasta que me vieron y me ofrecieron un cuenco con avena caliente. No había leche, tampoco pan.

Nos preparamos para salir, mi mamá se puso su abrigo verde oscuro y un pañuelo azúl sobre la cabeza. Me ayudó rápidamente a ponerme mi abrigo color fresa, que ya estaba algo pequeño. Mi papá se puso su abrigo gris y su sombrero gastado. Yo le entregué su maleta que no estaba tan pesada y también un bastón, que había sido de mi abuelo.

Salimos a la calle y caminamos hacia la estación de trenes que quedaba algo lejos. Miré hacia arriba y vi a los monstruos. Grises y metálicos, flotaban en el cielo y vigilaban todo, lo dominaban todo. Sentí mucho miedo y por como mis padres tomaban mis manos supe que ellos también lo sentían. Tenía miedo de que los monstruos vieran a mi papá, de que lo descubrieran y de que se lo llevasen a un lugar del que no volviera jamás.

Llegamos a la estación luego de caminar varias cuadras. Mi papá sacó de su sombrero una hoja de papel, la dobló y desdobló varias veces hasta darle aquella conocida y querida forma de pájaro. Me lo entregó y dijo:

-Tómala y cuida de ella hasta volvernos a ver. Ten paciencia y esperanza, porque yo regresaré por ti y tu madre, nunca olvides que te quiero y te adoro, mi pequeño y dulce pajarito. Le dio unos billetes a mi mamá.

Los tres nos unimos en un fuerte y largo abrazo. Nos separamos y papá tuvo que subir al tren al instante, ya anunciaba su salida. Él se quedó en la pisadera del vagón, para no dejar de vernos. El tren partió y papá se despidió con la mano mientras se alejaba y nosotras hicimos lo mismo hasta que dejamos de verlo.

Una vez que se fue el tren yo y mi mamá empezamos a caminar lentamente de vuelta a nuestra casa mientras los monstruos seguían ahí, vigilando todo. Me pareció la vuelta a casa más larga y triste que nunca pudo haber. Antes de llegar, pasamos por el pan y algo de queso en el lugar de la esquina. El hombre que siempre atendía nos miró de reojo y no le cobró a mi mamá, además me dio un caramelo sabor a limón, me lo comí enseguida.

Ya en la casa mi mamá puso la tetera y me preguntó si quería queso con el pan. Nos sentamos a la mesa, mientras yo cuidaba del pajarito de papel. Y esperamos a mi papá.

Fin

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⏰ Last updated: Aug 02 ⏰

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Pajarito de papelWhere stories live. Discover now