La Primera Reacción a la Verdad

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Perspectiva de Chloe

Llegamos a Hogsmeade sin incidentes. Las calles estaban desiertas, y las sombras parecían cobrar vida a nuestro alrededor. Nos movíamos con cautela, siempre atentos a cualquier señal de peligro.

—Está muy silencioso —murmuró Ron, mirando alrededor con desconfianza.

—Eso es bueno para nosotros —respondió Harry, sacando su varita y manteniéndola a mano.

Hermione y yo tomamos el camino detrás de Honeydukes, moviéndonos con rapidez y en silencio.

—Espero que esto salga bien —susurré, sintiendo cómo mi corazón latía con fuerza.

—Lo hará. Confía en el plan —me aseguró Hermione, sonriendo para darme confianza.

A medida que nos acercábamos al lugar de la reunión, nos ocultamos detrás de unos árboles, esperando la oportunidad adecuada para acercarnos más.

—Ahí están —dijo Hermione, señalando a un grupo de figuras encapuchadas reunidas en un claro.

Observamos desde nuestro escondite, tratando de escuchar lo que decían.

—Debemos ser pacientes. Ellos están esperando la señal —dijo una figura con voz autoritaria. Una pista, quizás, del líder.

Me concentré en las figuras, tratando de ver si podía reconocer a alguien. Justo entonces, sentí una presencia detrás de mí.

Una mano se colocó firmemente sobre mi boca, y de repente, todo se volvió confuso. Antes de que pudiera reaccionar, fui arrastrada lejos del grupo. Mi corazón latía con fuerza, y traté de liberarme.

Una figura encapuchada me sujetaba con fuerza, alejándome del grupo. El miedo se apoderó de mí mientras intentaba ver quién era.

—¡Marcus, suéltala! —ordenó una voz, ligeramente ronca, pero inconfundible.

La figura me soltó lentamente, y me giré para ver a James, de pie frente a mí. Estaba más delgado y parecía agotado, con una barba más prominente que antes. Un nudo se formó en mi garganta, y una lágrima rodó por mi mejilla.

—Princesa, no grites —dijo en un susurro, llevándose un dedo a los labios.

Sentí una mezcla de emociones: alivio, ira, confusión. Me acerqué a él lentamente, mis pasos firmes y decididos. Cuando estuve frente a él, no pude evitar golpearle en el hombro repetidamente.

—¡Así que eras tú el de las cartas! —grité, la ira brotando en mi voz—. ¡Quería creer que no, pero aquí estás! ¿Qué quieres con todo esto? ¡¿Volverme loca?! ¿Eso quieres?—

—Cálmate, princesa. Podrían oírnos —dijo James en un tono sereno, intentando calmarme.

—No intentes calmarme que... —empecé, pero me cortó al colocar su mano sobre mi boca.

—No grites. No quiero que te suceda nada, por favor —su tono era de súplica.

Asentí con la cabeza, y él retiró su mano, mirándome con una mezcla de ternura y preocupación.

—Seré breve, princesa. Después de que Voldemort cayera, me sentí completamente desorientado. No sabía dónde estaba ni por qué. Tenía recuerdos vagos, pero muy borrosos. Después de la guerra en Hogwarts, me llevaron a la mansión que encontraste hace unos días. Poco a poco fui recobrando la conciencia...

Antes de que pudiera continuar, escuché mi nombre siendo llamado a la distancia.

—Chloe, Chloe, Chloe —era Hermione, buscándome.

—Te están buscando. Me tengo que ir —dijo James, mirando a su alrededor.

—James, dime qué está pasando —dije con autoridad, pero él negó con la cabeza.

—No es el momento —respondió, y se alejó junto con Marcus, desapareciendo en la oscuridad.

La voz de Hermione se acercaba, y pronto la vi aparecer entre los árboles. Me agarró de las manos, buscando signos de daño en mi piel, pero no había ninguno.

—Me tenías tan preocupada, linda. Cuando volteé y no estabas, temí lo peor. No me vuelvas a hacer esto, tienes que quedarte conmigo —dijo, sus palabras atropelladas mientras me abrazaba con fuerza.

Cuando nos separamos, me miró a los ojos y pudo ver el desconcierto y miedo que sentía.

—¿Estás bien? ¿Qué ocurrió? —me preguntó, y le di una sonrisa forzada.

—Deja que volvamos al castillo para contarles a todos —respondí, y ella asintió, tomándome de la mano.

[...]

De regreso en el castillo, nos reunimos con el resto del grupo en la sala común de Gryffindor. Todos estaban ansiosos por saber lo que había pasado.

—Entonces, ¿qué sucedió? —preguntó Harry, cruzando los brazos.

Tomé un profundo aliento y les conté todo lo que había ocurrido, desde la aparición de Marcus hasta la revelación de James.

—Marcus es un viejo amigo de James. Creo que está en la misma situación que él, atrapado en algo más grande de lo que podemos imaginar —expliqué, mirando a mis amigos.

Hermione me observó con una mirada escéptica, claramente sin estar convencida.

—¿Y estás segura de que James no está influenciado por los mortífagos? —preguntó, su tono firme.

—Es mi hermano, Hermione —respondí, sintiendo la frustración crecer dentro de mí.

—Lo sé, linda, pero no sabemos qué tanto está influenciado por ellos —dijo, tratando de ser razonable.

Mi mirada se endureció, molesta por su insinuación.

—¿Qué insinúas? —pregunté, mi voz tensa.

Hermione bajó la mirada por un momento antes de continuar.

—No sé, tal vez quería... ¿ablandarte? —sugirió, y mi ira aumentó.

—¡Es mi hermano, Hermione! ¡Lo creí muerto hace tiempo! Mierda, por lo menos déjame asimilar las cosas —exclamé, mi voz elevándose.

Harry, Ron y Ella nos miraban, sorprendidos por el intercambio.

Hermione intentó calmarme, pero yo ya estaba demasiado molesta.

—Entiendo lo que sientes, Chloe, pero debemos ser cuidadosos. No podemos tomar decisiones basadas únicamente en emociones —dijo Hermione, tratando de razonar.

—¡Es fácil para ti decirlo cuando no eres tú la que está lidiando con esto! —respondí, sintiéndome traicionada.

La discusión se intensificó, y pronto ambas estábamos gritándonos, nuestras voces llenando el salón.

—¡Esto es ridículo! —exclamó Hermione, su frustración evidente.

—¡Entonces déjalo, Hermione! —grité de vuelta, mi corazón latiendo con fuerza.

La tensión en la habitación era demasiada, y los demás nos miraban, sorprendidos por la intensidad de la conversación.

Finalmente, con el corazón pesado, tomé a Ella del brazo y nos alejamos del grupo, dejando que el silencio llenara el espacio entre nosotras.

Entre Libros & Suspiros ~ HERMIONE GRANGERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora