Un deseo

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Pov Alexandra:

Muévanse de mi camino o me los llevare por delante, lo juro

Tal parece que mis agentes me conocían a la perfección, a tal punto que a medida que avanzaba por los pasillos ellos se alejaban solitos; no se realmente como me veo aunque Samy menciono algo de "quita ese rostro asesino" antes de que la deje en mi oficina; pero por mucho que lo intentara, no tenía la habilidad momentánea de modificarlo

Estaba realmente furiosa con ese maldito imbécil, infeliz; no por él, ni las amenazas hacia nosotras que John me envió, me importa una mierda confirmar lo que ya sabía, pero Kara... ella realmente iba a estar decepcionada, triste, sintiéndose responsable y juro que ese hijo de puta pagara por eso

Todas supimos desde el primer segundo que esto no era más que una trampa, menos Kara; ella y su imperiosa necesidad de ver bondad hasta en el insecto más venenoso, nos hizo darle una oportunidad

O bueno, no, al menos yo, pero no intercedí cuando lo intentaba ella, por mucho que me molestara y vaya que me daba celos, pero se veían bien compartiendo tiempo juntos, por lo tanto preferí tragar el gusto amargo y dejar que siga

Vaya estúpida fui

Solo la usó, manipuló, mintió, trajo de regreso a su mente todas esas horribles torturas a las cual ella había estado sometida aduciendo que él también, engañándola solo para ganar su confianza y traicionarla en el momento indicado; una pena para el que nunca le haya creído ni el buenos días

-Herma... - eleve la mano, silenciando a Kara apenas llegue a la sala de interrogatorios, viéndola allí parada, junto a Lena que la tenía bastante agarrada, como si temiera que escape de un segundo al otro

O ingrese a la sala de interrogatorios y le enseñe a ese imbécil cuantos pares son tres botas

-Nada – dije sin detener mi andar – del otro lado del vidrio, no te prohibiré oír – determine, era inútil siquiera intentarlo – pero tú no volverás a acercarte a él, esta vez me oirás y si no lo haces, juro que lo hare cumplir aunque sea por la fuerza

-Pero... -

Cualquier recurso que quisiera utilizar quedo silenciado apenas crucé la sala, viendo al imbécil sentado tras la mesa, esposado, cabizbajo, aunque cuando cerré la puerta con fuerza, la elevo al instante

-No – susurro, sonreí ladina acercándome a paso lento – no, tu no ¡tú no deberías estar aquí! – bramo, intentando incorporarse pero las esposas no lo permitían

-Tú eres un delincuente buscado por el F.B.I., casualmente yo soy su directora, ¿por qué te sorprende tanto? – inquirí desbloqueando la funda de mi arma y nada me detendría en esta oportunidad – sabía que no eras más que un mentiroso que solo...

- ¡No hay tiempo para esto! – interrumpió intentando incorporase nuevamente, sin éxito

-No es como si me importara, pero te lastimaras si sigues con eso – señale, elevando los hombros, antes de cruzar los brazos – ahora...

- ¡NO! – cortó mis palabras – no, escúchame, sé que no me crees nada, pero tú no tienes que estar aquí, la dejaste sola ¡van por ella!

-Si te refieres a mi hermanita...

-Samantha Arias – dos simples palabras que me tensionaron por completo - ¿vino contigo, cierto? ¿está aquí? porque los planes se adelantaron ¡y el topo va por ella!

- ¡¿Qué mierda?! – golpee con fuerza los puños en la mesa - ¡no me engañaras como hiciste con mi hermana, estúpido, infeliz! ¡borra su nombre de tu maldita boca! – tome su mandíbula, apretándola con fuerza, sin importarme las implicancias del accionar – nada te salvara de esto

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