CAPÍTULO 1

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Pero, ¿cómo entender eso? Si cuando conoció a Jeongin, fue lo más dulce para Minho

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Pero, ¿cómo entender eso? Si cuando conoció a Jeongin, fue lo más dulce para Minho. Si cuando lo conoció, su mundo brilló. Entonces, ¿cómo es que debería decir, que está contento con dejarlo ir? Si nunca fue así.

Cuando sus almas una y otra vez están brillando al lado de la otra, ¿cómo será capaz de olvidar este amor?

[...]

Prov. Minho

¿Cómo estar de acuerdo? Si el día en que te vi, mi corazón dejó de llorar. Si el día en que apareciste, amé de verdad.

Y así un regalo, surgió.

Ese regalo siempre fuiste para mí, Jeongin. Todo tu resplandor, me conquistó y me atrapó. Incluso cuando mi corazón, sólo anhelaba poderte besar. Incluso cuando lloraba y te miraba con esa mirada anhelante, aferrado a mi mochila, cuando mis cabellos negros solían estar pintados para ti. Yo te miré. Te sentí solo a ti. Te esperé y nunca te olvidé. Fue ese día, en que me di cuenta, que nada iba a poder cambiar nuestro amor. Aunque mi corazón supiera que sólo estaba aferrado a un hilo deprendido entre nuestras vidas, nunca dejé de soñar. Un día, te anhelé perpetuamente.

Y te besé.

Soñando que no te despertaras, imploré, antes de que él llegara. Mi corazón palpitó y rogó porque fueras consciente de lo que sentía, pero tal vez fui un idiota por dejarte ir, sabiendo que tú no me querías a mí. Pero tus ojos, tu aliento sobre mi mirada, esa noche me dijo que jamás podría dejarte ir. Tu consciente y aterrada mirada, sabía que tenías a mi corazón más allá de donde estábamos los dos.

Pero así comenzó, nuestra historia. Cuando te conocí yo, fuiste tan doloroso que parecía en un día lluvioso jamás curarse. Aún si siempre fuiste el remedio para esa tormenta. Cuando antes ni siquiera dormía, llegaste tú, para ser ese sueño profundo en medio de la lluvia que me calmaría. Me sentí tan aliviado, tan protegido. Y respiré adormecido, cuando recordé cuando yo te conocí. No había más que oscuridad el día en que apareciste. Eras como un rastro de seguridad en este infierno, aunque me llevaras a él. Pero tomando mi mano, tú sólo me sonreíste cuando las nubes solían invadir mis pensamientos. Me cubriste con toda la seguridad del mundo.

Y pensé que estaba soñando, pero ni fue así.

"Soy Jeongin, mucho gusto" —porque tú estabas frente a mí. Me dijiste hola y lentamente mi corazón vibró. Mi corazón dijo que le gustabas y yo, locamente sabía que tenía razón. Por dentro sonreí. Por fuera me mantuve en silencio y tú esperaste que te respondiera. Cuidadosamente desde la primera vez, sabía que ninguno de los dos podría estar tan lejos.

Mi alma llamó por ti.

Y sé que tú también lo supiste cuando me viste ahí.

Desde que te vi en aquella estación y decidiste no moverte por mí, lo sentimos. Estabas inquieto y yo sostenía mi paraguas caído, suspirando entre el frío por ese calor tuyo. Entre el calor que salió de mis labios cuando tú me mirabas de reojo jugando con tus pies. Casi me derretía por tu mirada, pero me detuve, mirando tus manos escondidas detrás de tu espalda, que jugando a cada segundo se distinguían con complicidad. Cuando una sonrisa salió de tus labios, me detuve a verte.

NIGHT MEET 2 [JEONGHO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora