I

5 1 0
                                    

ya llevaban varias semanas que llevaba desapareciendo gente en el pueblo, algunos aparecían muertos y los otros ni rastro, no se llegaba a alguna conclusión convincente a este calvario, pero nada más aterradoramente normal para estas lúgubres fechas, la gente desaparecía sin más, una por una en este lugar. siempre una vez por semana y nunca un culpable.

Robert le tenia miedo a esta horrible situación y cada que podía lo discutía con su hermano William con intenciones de largarse del pueblo antes de que el fuese el siguiente, William no hacia caso a sus plegarias.

-no creo que pase nada, solo hay que ser precavidos –

-pero William, hazme caso, estúpido. Debemos irnos antes de que algo pase, algo horrible. Inefable –

Solo eran ellos dos en una pequeña cabaña a las afueras de este frio y seco pueblo pesquero de mala muerte, sus padres habían fallecido en un naufragio y nunca se recuperaron sus cuerpos, esto fue cuando Robert y William eran niños de 12 y 13 años, solo se tenían el uno al otro y eso le inquietaba a Robert al punto de llegar al llanto, le tenia absoluto horror a quedarse solo, naufragado en la vida.

Tan pronto dejaron de discutir, se hizo de noche tan pronto con se acaba el vino de un cáliz, Robert y William dormían juntos para más seguridad, pues, aunque William no quiera irse del pueblo, no quería correr el riesgo de desaparecer. Un ruido los despertó en mitad de la noche, un seco ruido de golpe en la casa de enfrente, a la mañana siguiente el vecino había desaparecido, nadie sabia de nada y el miedo se apoderaba de las mentes hinchadas de pensamientos cuanto menos, locos.

Robert rompió en lágrimas implorándole a su hermano irse del lugar cuanto antes mejor, ¨después podrías ser tu o yo¨. William le consoló bajando la tensión de Robert como debía hacer un hermano mayor.

-cálmate, no nos va a pasar nada, me crees? –

-pero no quiero morir o desaparecer –

 Robert se calmó y volvió a la vaga idea de que solo eran coincidencias y de que algún loco secuestrador se llevaba a la gente, así paso hasta la nueva semana de verdugo. Se hacia de noche y Robert colocaba pestillo a la puerta de la cabaña, cerraba las ventanas y apagaba velas. William estaba sentado junto a la estufa leyendo un libro, Robert sintiéndose mas tranquilo por las barricadas se va a la cama sin dilaciones.

En la madrugada se escucho un golpe seco pero fuerte, Robert despertó con la horrible imagen de una silueta negra en la oscuridad llevándose a su hermano, no era humana, lo cargo a una especie de mochila y se lo llevo dando un gran salto mientras enunciaba una desquiciada risa silenciosa, Robert no atino a nada, no movió un solo musculo, un solo tendón, estaba paralizado por el horror, sabía que no iba a volver a ver a William.

Robert despertó callado a la mañana siguiente, no tenia expresiones, ni llantos que dar, salió a la calle a mirar el amanecer grisáceo. Y cayeron lluvias granates.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 16, 2024 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

y cayeron lluvias granates Donde viven las historias. Descúbrelo ahora