Capítulo 8

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Entra a la mansión en pasos lentos, para que se note bien que el mismísimo Guardián del Infierno está aquí. Está un poco molesto, ya que la llamada ha sido en un momento bastante delicado, con dos rehenes a los que tiene que mantener a raya muy cuidadosamente.

La encuentra sentada en el sofá, con las manos posadas limpiamente sobre su regazo, e inmediatamente gira la cabeza, colocando su intensa mirada sobre la suya. Sus ojos resplandecen, y él hace su famosa magia, empezando a drenar su energía poco a poco. En un par de minutos ella estará jadeando y prácticamente inconsciente. Él entorna los ojos con recelo al darse cuenta que tiene el flequillo cuidadosamente peinado a un lado, exponiendo su cicatriz, pero no piensa de más.

No consigue evitar la sonrisa abierta que se esboza ligeramente en sus labios al verla temblar ligeramente y tragar saliva, inhalando profundamente. Lo disimula muy bien, pero; muy, bien. Se nota que salió a su padre, se parecerían mucho físicamente si no estuviera destrozada por los químicos.

Aprovecha este poco aire que te queda, querida.

- ¿Me llamaste, Parker? – Pregunta con toda la tranquilidad del mundo, asegurándose que su voz suene lo más monótona posible y levantando el mentón desenfadadamente.

Sus dientes perfectos se hunden en su labio inferior y asiente quedamente, sin decir palabra. Cierra la puerta detrás de sí, bloqueando así su única posibilidad de escapar. Los cuadros medio destruidos lo llaman, y tiene que concentrarse para no admirar a la hermosa mujer si cara que aparece en cada fotografía.

- Tengo una... Tarea para ti. – Explica ella, y se levanta abruptamente, jugueteando con sus largos dedos. Christian se queda mirándola, nunca la había visto tan nerviosa, y se estremece con satisfacción viendo en el efecto que tiene en la pelinegra. – Sígueme. – Ordena tímidamente, y los dos se dirigen al ascensor. Apenas él cabe dentro, pero consigue entrar de alguna manera agachándose mucho.

Parker joven presiona su espalda contra el metal incómodamente, y él observa en silencio, pero sin apartar sus ojos de ella por un segundo. Es la mejor sensación que ha notado nunca. Ella evita su mirada a toda costa, su pecho empezando a subir y bajar entrecortadamente.

El ascensor se detiene con un chirrido metálico y las puertas se abren, la chica menor saliendo inmediatamente del cerrado espacio, inhalando aire profundamente. El otro se fija en que sus palmas están sudando, y las frota contra sus manos ansiosamente. Se encuentra apenas un par de pasos detrás de ella, y pasan por delante de varias puertas que él no recuerda que estuviesen allí previamente, y Parker joven se da la vuelta cuando llegan a la cuarta.

- Puedes... ¿Esperar aquí un momento? – Pregunta ella con voz temblorosa, su susurro prácticamente inaudible.

Christian enarca una ceja, pero asiente dándole permiso. Sin darle tiempo a decir nada más, entra a la habitación y cierra la puerta detrás suya, y él se queda de pie en medio del pasillo, sin saber exactamente qué hacer, observando los muros planos y vacíos.

Hacía bastante que no ponía pie a la mansión, no desde la última chica de cabello rizado. A cada segundo que pasa empieza a ponerse más nervioso, perdiendo la paciencia por momentos; necesita volver y comprobar que siguen allí, si se escapan y encuentran al chico sabe que no volverá a tener la posibilidad de llevárselo de nuevo. Sus dedos se ciernen alrededor del token que marca su puesto de Guardián del Infierno, colgando de su cuello a una fina cadena de hierro.

Está aquí malgastando su tiempo cuando lo podría invertir en algo útil, como torturar a algún Demonio, fantasear sobre Mary o pensar un plan B en caso de que lo del muchacho ese sin nombre no salga bien.

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⏰ Última actualización: Aug 18 ⏰

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