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¿Cómo se supone que debes sobrellevar el hecho de que la persona que te tiene con el mundo al revés dijera que quería encontrar un ligue por el simple hecho de estar soltero?, esa respuesta la quería cierto pelirrosa que estaba encerrado en la habitación que le había sido proporcionada al pedirle a uno de los trabajadores de la villa que le dijera su lugar de descanso dentro del recinto por sentirse enfermo.

Yunho estaba recostado en su cama en posición fetal intentando no darle tantas vueltas al asunto, pero realmente era ridículo no hacerlo cuando el principal motor de su cambio fue Mingi y que ahora dijera algo de esa manera había dolido de la manera más horrible que alguna vez logró sentir, era como si un balonazo te diera en el estómago, revolviéndolo y queriendo que vomites por el impacto, sinceramente quería arrepentirse y mentalizarse que Mingi era un idiota, pero su corazón de cierta manera le decía que era su culpa por no calmar los celos del chico con Leila, oh Leila.

Aquella chica que hizo todo lo que estuvo en sus manos para ayudarle, si bien en un principio quiso cambiar su personalidad para abrirse con Mingi termino haciéndolo porque quería recuperar una parte de sí mismo que alguien en el pasado había dañado; pero no contaba que la ayuda de la chica complicaría las cosas, la adoraba, claro que lo hacía, pero sentía que para solucionar los problemas que tenía encima con Mingi debía alejarse de la chica temporalmente, ¿pero eso no terminaría siendo un acto de desagradecimiento?, ella fue quien lo ayudo en su proceso, tomar distancia podría ser grosero.

Ay el amor, un sentimiento tan bonito, pero destructivo al mismo tiempo, ¿qué se supone que debía hacer ahora?, ¿mostrar interés por Mingi?, ¿dejar que el dichoso japonés se lo quede y sea su estúpido ligue y hacer como que no le duele?, ¿debería arriesgarse por Mingi?, el chico hacía notar su interés al tener celos de la cercanía de la castaña, pero Yunho jamás le hizo una escena, más que nada parecía mostrar un desinterés aunque era su manera de protegerse.

-¡Jeong Yunho te doy tres segundos para que abras la puerta o yo mismo la abro a la fuerza! -un grito junto a golpes en la puerta resonaron en el silencioso lugar.

El chico se sentó de golpe en la cama frunciendo el ceño mirando la hora en su teléfono, eran apenas las nueve, aún no tenían que ingresar los deportistas a sus recintos... aunque Jongho no era deportista y había olvidado ese detalle.

Dando un suspiro se levantó para caminar hacia la puerta, abriendo la misma, dejando ver al pelinegro con un pequeño postre y entrando sin siquiera pedir permiso para hacerlo, algo común en el chico, así que no le tomo mucha importancia.

-¿Y tú que haces aquí?, no es que me moleste, ¿por qué no estás con los demás?- pregunto Yunho confundido cerrando la puerta con seguro para acomodarse poco después al lado del pelinegro en la cama.

-Soy parte del cuidado de ustedes, así que pude venir para ver como estabas, Leila me pidió que te trajera algo de comer porque no habías probado nada desde el almuerzo.

El más alto suspiro tomando el postre, el cual estaba cubierto con un plástico y con él una notita, "la comida siempre cura un corazón herido, espero te guste", Yunho mordió su labio dejando la comida a un lado, acto que no paso desapercibido por Jongho.

-Escúpelo, sé que no es solo Mingi el que te tiene así... de hecho te perdiste de la cachetada que le dio Leila por ser un idiota, fue divertido.

-¿Qué ella qué?-pregunto claramente sorprendido.

-Mingi se lo ganó, la insultó, así que según veo ella tiene su carácter fuerte también, el caso es que después de eso Leila no volvió al grupo, me escribió para que la buscara cerca al gimnasio de la villa y te trajera algo de comer, se preocupa mucho por ti Yunho.

Silence  «Seongjoong»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora