En el camino hacia la antigua Forja de las Municiones, el lugar cercano al volcán de Quegrande, el Windheart surcaba los cielos con la elegancia y velocidad de una majestuosa y veloz ave. Las velas del barco volador brillaban con un resplandor cálido, como si estuvieran imbuidas de la energía vital de los dragones a bordo. El viento azotaba suavemente las velas y la estructura, emitiendo un suave murmullo que se mezclaba con el sonido rítmico de las alas mecánicas que mantenían la nave en el aire. Mientras Néstor mantenía sus manos de topo firmes en el timón del barco, dirigiéndolo hacia la guarida de los Cazadores.
Por su parte, en la cubierta, los jóvenes dragones se preparaban de diferentes maneras para la inminente batalla: Thorr, realizaba ejercicios intensos, flexionando sus músculos y probando su fuerza con un par de barriles pesados. Ray corría en círculos, ejercitando su velocidad.
En el centro de la cubierta, Edel y Cynder entrenaban juntas, moviéndose con una gracia y precisión casi coreográficas. Cada golpe y esquive era un reflejo del profundo entendimiento y confianza que tenían la una en la otra. Sus movimientos rápidos y precisos hacían que el viento silbara a su alrededor, mientras se preparaban para cualquier ataque inesperado.
"Buen esquive" le dijo Cynder a Edel, quien acababa de esquivar un coletazo suyo.
"Es un buen entrenamiento" respondió ella.
"Sí, buen entrenamiento chicas" les dijo Sparx, aplaudiendo, "Ustedes sí que entrenan duro. Pero, me pueden decir... ¿por qué ellos no se unen?"
Sparx señaló a la proa del barco, donde estaban Spyro y Jhonny, sentados con las patas cruzadas y los ojos cerrados uno frente al otro, el aire entre ambos parecía vibrar con una energía invisible.
"En realidad, sí entrenan" explicó Cynder, "Ignitus hace tiempo nos contactó a todos para mostrarnos un ambiente de entrenamiento al que solo se puede acceder a través de la meditación"
"Entonces... ¿están entrenando en sus cabezas?" preguntó Sparx, extrañado de cómo era posible.
"Algo así..."
Justo entonces, Jhonny cayó hacia atrás como si hubiera sido golpeado por una fuerza invisible. Spyro entonces despertó y se levantó.
"Vaya, eres muy poderoso Spyro" dijo Jhonny, levantándose, pero con una sonrisa.
"Tú también eres muy hábil" respondió Spyro, dándole la pata para ayudarle a levantarse. Luego, miró a su alrededor, "¿Cuánto tiempo ha pasado?"
"Bueno, llevan así unos minutos..." dijo Sparx, "Ya me preguntaba qué hacían..."
"Desde lo que pasó con Terrador, ya ha pasado una hora" explicó Cynder
"Eso quiere decir que nos quedan cinco..." dedujo Jhonny.
"Así es..." dijo Ray, deteniéndose al lado de Néstor, "Amigo, ¿Cuánto falta?"
"¡Solo unos minutos más... quizá solo 10 minutos!" exclamó este.
"Bien, quizá sea hora de armar el plan cuando entremos..." dijo Thorr, dejando los barriles a un lado.
"Bien, acerquémonos y les explicaré el plan..." les dijo Spyro y los seis se reunieron en un círculo.
"¡Oigan! ¿y yo qué?" preguntó Sparx.
"De hecho Sparx..." le dijo Jhonny, "Eres la clave de este plan..."
(Mientras tanto...)
En lo profundo de aquel volcán Quegrande (en el que años antes, Spyro había derrotado aun tipo llamado El Maquinista, y rescatado a Terrador) los seis Cazadores restantes se reunieron en una caverna interior que habían transformado en una mazmorra. El calor abrasador irradiaba desde una gran piscina de lava que burbujeaba lentamente en el centro de la cueva, iluminando la escena con un resplandor anaranjado. Alrededor de la piscina, se alzaban herramientas de forja dispuestas meticulosamente: un molde de hierro, yunques y martillos pequeños, todos listos para el trabajo que estaba por venir.
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La Leyenda de Spyro, Los Dragon Hunters
Fanfiction¡Es hora de aplicar lo aprendido! Spyro, Cynder y los sucesores a guardianes son llamados para una tarea especial: ser... ¿embajadores? A bordo de un nuevo vehículo, con un pequeño aliado, viajaran por distintas partes del reino de los dragones trat...