lejos de mí, Alex Quackity

Siete

2021,
sol

Dos años.

Dos años tuve para disfrutar mi libertad antes de que una pandemia arrasará con ella.

Dos años tuve para aprender lo que no pude en toda mi vida.

Dos años no habían sido suficientes.

¿Sueno mal agradecida? No quiero pensar que hasta el día de hoy pienso de aquella manera, pero no estaría equivocada si aún lo hacía, porque quien esté libre de pecado que lance la primera piedra.

Me sentía desganada en mi interior, parecía no merecedora de lo que me rodeaba, y de lo que inundaba mi mente. No tenía ganas de levantarme, pero no tenía el derecho de robarle a su única persona que le importaba a Millie.

Y si por alguien hacía las cosas era por ella.

A Millie jamás le faltaría nada.

Millie lo único que conocía era el amor que yo le entregaba, el calor de su hogar al llegar a casa después de llegar de la primaria, encontrarse con un plato de comida en la mesa, juguetes con los cual divertirse en su habitación, y alguien quien la acompañaba si algo le pasaba.

Yo me había encargado de que Millie no creciera con ninguna falencia.

Porque yo no tenía una hermana que se asegurará que todo eso no me faltara.

Ni un padre.

Ni una abuela.

Millie me tenía a mí.

Pero yo no tenía a Millie.

A Millie no le correspondía encargarse de lo que a mi me había faltado.

Y a mi tampoco.