Las risas y la felicidad llenaban el pequeño parque en el que jugaban las dos pequeñas niñas. Ino y Sakura estaban sentadas en un banco, con un gran libro abierto sobre sus piernas. Ino le enseñaba a Sakura las letras y palabras que salían en el libro, y ambas se divertían intentando leerlas juntas.
Sakura estaba especialmente emocionada al ver las ilustraciones del libro. Enfocó su mirada en una imagen de una hermosa princesa con su largo y oscuro cabello suelto y la sonrisa más bonita que había visto alguna vez. Ino notó que las mejillas de Sakura se teñían de una suave tonalidad rosada, y una sonrisa se formó en su rostro al ver lo fascinada que estaba su amiga. Se inclinó hacia ella y preguntó con curiosidad...
Ino, sin poder contenerse, preguntó con curiosidad:
- ¿Te gustó la chica de la foto?
Sakura se sobresaltó y, aun enrojecida, levantó la vista hacia Ino. Después de un momento de silencio, admitió en voz baja:
- Sí, se ve muy bonita y muy poderosa. Me gustaría ser así algún día.Ino sonrió ampliamente ante la respuesta de Sakura. Sabía que su amiga era muy insegura con su apariencia debido a su frente grande, pero para ella, Sakura era perfecta tal y como era. Le tomó la mano y le dijo con firmeza:
- Tú ya eres bonita y poderosa, Sakura. Sólo tienes que creer en ti misma más a menudo.Las palabras de Ino hicieron que los ojos de Sakura se iluminaran, y una pequeña sonrisa cruzó su rostro. Era muy consciente de su aspecto y siempre estaba nerviosa por cómo se vería frente a los demás. Pero con Ino a su lado, se sentía como si fuera capaz de cualquier cosa.
- Te lo agradezco, Ino - murmuró, todavía con los ojos puestos en la fotografía de la princesa. - Creo que... Creo que algún día quiero ser tan fuerte y confiada como ella.
Ino soltó una risa suave y le dio un pequeño empujón a Sakura.
- No necesitarás volverse fuerte y confiada como ella, porque ya lo eres. Sólo tienes que recordar quién eres. Eres fuerte, valiente, inteligente y muy bonita. Y te lo recordaré siempre que lo necesites.Sakura la miró con una sonrisa tímida y se preguntó cómo había tenido tanta suerte de tener una buena amiga como Ino a su lado.
Las dos niñas se rieron juntas y siguieron pasando páginas del libro, señalando todas las ilustraciones hermosas que encontraban. Sakura no pudo evitar volver a mirar la fotografía de la princesa. Suspiró suavemente y pensó en lo bien que se vería una tiara encima de su frente.
- Ojalá pudiera parecer más a una princesa... - murmuró casi para sí misma. Ino, quien la había estado observando con atención, puso un brazo alrededor de los hombros de su amiga y la abrazó con fuerza.Ino le dio un apretón tierno en el hombro y dijo:
- Ya te lo he dicho, tú ya eres una princesa, Sakura. No necesitas parecer una, simplemente ya lo eres.
Sakura dejó escapar una risilla pequeña y escondió su rostro en las manos.
- ¿De verdad crees eso? - Preguntó con voz suave.Ino le levantó la barbilla y la miró a los ojos con una sonrisa sincera.
- Por supuesto que lo creo. Eres tan bonita y especial, incluso más que cualquier princesa. Eres mi princesa, Sakura.La cara de Sakura se tornó aún más roja ante las palabras de Ino. Nunca se había imaginado que alguien la considerara tan especial, y mucho menos como una princesa. Pero el hecho de que Ino lo hiciera le llenaba el corazón de felicidad.
Las dos jovencitas se miraron durante un momento en silencio, dejando que la emoción y la felicidad llenaran el aire entre ellas. Ino siguió acurrucando a Sakura en sus brazos, mientras ésta aún se debatía entre la sorpresa y la felicidad de saber que Ino la consideraba tan única.
- Gracias, Ino - finalmente murmuró Sakura, todavía con la cara roja. - Significa mucho para mí que me consideres tu princesa.
Ino le sonrió ampliamente y la volvió a apretar suavemente.
- Y siempre te considerare mi hermosa y única princesa - dijo, mientras pasaba la mano por la cara de pálida y suave de su amiga.
Sakura se recostó contra ella y suspiró suavemente, sintiéndose más que especial consigo misma tras las palabras de Ino.
Las dos siguieron pasando páginas del libro, pero sus mentes estaban vueltas hacía el vínculo único que tenían y hacia el futuro incierto que les esperaba.
.Sakura estaba sentada a solas en un parque donde ella y Ino solían pasar el tiempo. Tenía el lazo rojo en sus manos, apretando con tanta fuerza que sus nudillos se estaban volviendo blancos. Su mirada estaba perdida en el vacío, el dolor y la tristeza se entremezclaban en su rostro. Era un día hermoso, lleno de sol y brisa fresca, pero para Sakura, era un reflejo de lo que estaba a punto de suceder.
Sakura se sentía abrumada por la constante mención de Sasuke. Cada día, Ino encontraba la manera de llevar la conversación hacia él, y Sakura estaba cansada. Sentía una extraña sensación de envidia hacia Sasuke, como si él hubiera llegado y le hubiera robado la atención de su amiga. Era como si Ino estuviese más interesada en Sasuke que en su amistad, y eso le dolía.
"No puedo soportarlo más", pensaba Sakura. "Incluso empezaba a envidiar a Sasuke por haberse convertido en el centro de atención de Ino."El dolor que sentía Sakura no solo era una amistad rota, sino que también estaba llena de confusión. Su mente estaba llena de preguntas y dudas, y se encontraba luchando consigo misma para entender lo que realmente estaba sintiendo. En medio de todo ese caos, un pequeño momento de claridad atravesó su mente. Se dio cuenta de que los sentimientos que albergaba por Ino iban más allá de la amistad; era un tipo de amor distinto, uno romántico
Sakura reconoció aterrorizada que sus sentimientos por Ino estaban tomando un nuevo rumbo. No era algo que hubiera planeado, simplemente sucedió. El tiempo que pasaban juntas, los momentos que compartían, las conversaciones y las risas que compartían, todo parecía tomar un nuevo tono, un tono más íntimo y romántico. Sakura luchaba consigo misma, intentando racionalizar sus sentimientos y entender qué debía hacer a continuación.
Sakura sabía que tenía que tomar una decisión drástica, así que decidió terminar su amistad con Ino, usando como excusa que ella también le gustaba Sasuke. Aunque los sentimientos que albergaba por el uchiha no eran más que pura envidia, sabía que era la única forma de que Ino dejara de hablar de él todo el tiempo. Sakura tomó una decisión difícil, sabiendo que iba a ser duro para ambas, pero también pensando que era lo mejor para ella y sus confusos sentimientos hacia Ino.
Ino se acercó a Sakura con una sonrisa en el rostro, pero notó que el lazo rojo, que siempre llevaba puesto, no estaba allí. Le preguntó con un tono reprobatorio:
"¿Por qué no estás usando el lazo que te regalé? Te dije que siempre lo llevases como símbolo de nuestra amistad."Sakura tenía la vista baja, incapaz de mirar a Ino a los ojos. Con voz entrecortada, respondió:
- Lo siento, Ino. Tengo que contarte algo importante.Ino podía notar algo anómalo en la expresión de Sakura y en el tono de su voz. Su sonrisa se desvaneció ligeramente y contestó con cautela:
- De acuerdo, adelante. Dime lo que sea. Estoy aquí para escucharte.Sakura soltó un suspiro tembloroso y finalmente levantó la mirada hacia Ino, sus ojos estaban llenos de tristeza.
- Ino, hay algo que tengo que decirte - comenzó ella, luchando por contener las lágrimas que amenazaban con caer. - Necesito que entiendas que mis sentimientos hacia ti han cambiado, y que ya no quiero que sigamos siendo amigas.Ino se quedó atónita ante las palabras de Sakura. Su rostro pasó de confusión a incredulidad y luego a dolor. No podía creer lo que estaba escuchando.
- ¿Qué? - exclamó ella, con la voz llena de incredulidad. - ¿Qué quieres decir con que no quiero ser amigas? ¿De qué estás hablando, Sakura?